Las gestiones de la Generalitat de Carles Puigdemont en busca de apoyo internacional a la independencia tocaron hasta las puertas de Rusia. En concreto, uno de sus dirigentes más oscuros y controvertidos como es el líder del Partido Liberal Democrático (PLDR) de ese país, el histórico Vladímir Vólfovich Zhirinovski. Celebró la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, su hemeroteca está plagada de comentarios antisemitas y no duda en usar los puños para solventar sus diferencias. Tampoco oculta sus relaciones con movimientos nacionalistas en Europa.
Este miércoles El Periódico desveló la información de que un juez de Barcelona investiga una trama rusa de apoyo a la Declaración Unilateral de Independencia que Puigdemont impulsó en el Parlament el 27 de octubre de 2017. Vozpópuli también ha publicado informaciones sobre altas instancias de la seguridad del Estado interesadas en los lazos entre el independentismo catalán y Rusia.
El citado medio informa de que en el marco de estos movimientos a nivel internacional buscaron la participación de Zhirinovski y le invitaron a asistir el día 27 a la votación en la que proclamó la república independiente de Cataluña. Esto viene recogido en un informe de la Policía Nacional que sitúa al político ruso como un posible mediador del presidente del país Vladimir Putin.
Zhirinovski, de 72 años, lleva presentándose como candidato a la presidencia de Rusia desde 1991 en tiempos de Boris Yeltsin. Su mejor resultado fue en 2008 cuando logró el 9,5 por ciento de los votos. Es tanto el tiempo que lleva como opositor al Kremlin que son muchos los que dudan de que esa oposición sea real. En los temas principales siempre apoya al Gobierno. Ha ostentado cargos de la máxima responsabilidad como la vicepresidencia de la Duma (el Parlamento ruso) entre 2000 y 2011.
"Apreciado Vladimir..."
La Policía Nacional halló en un registro al que fuera responsable de Relaciones Internacionales de Convergencia, Víctor Tarradellas, un “borrador manuscrito de misiva” con la invitación a Zhirinovski: “Apreciado Vladímir Vólfovich. Sabemos de la gran posición en defensa de los derechos democráticos y le invitamos mañana a asistir a la sesión del Parlament donde se declara la República de Catalunya, donde en estos momentos tiene una gran parte de los derechos intervenidos”.
Apenas unos días antes, Zhirinovski y varias decenas de seguidores se habían concentrado frente al consulado español en Moscú para mostrar su apoyo a la independencia de Cataluña. "Hemos venido aquí para mostrar al Gobierno español y a la monarquía que en Rusia hay muchos ciudadanos que apoyan el deseo de Cataluña de vivir de forma independiente, bajo su bandera, en un Estado catalán", dijo.
Sus formas y su discurso le convierten en una mezcla de Jesús Gil, Donald Trump y un líder ultranacionalista al uso de los que afloran en diversas latitudes. El pasado mes de febrero concedió una entrevista al diario El Mundo. El periodista le preguntó acerca de su impresión sobre Vox tras su buen resultado electoral en Andalucía.
"La democracia debilita al Estado"
En su respuesta, Zhirinovski aireó sus contactos con movimientos nacionalistas en el viejo continente aunque sin incluir en este caso a la formación de Santiago Abascal: “Tenemos contactos con los nacionalistas europeos, pero ellos (Vox) ponen reparos, nos temen por ser rusos. La democracia está bien, pero debilita al Estado. La gente ahora no quiere ni hacer el servicio militar".
En la misma entrevista abogaba por sacar a Franco (“un fascista”) del Valle de los Caídos y a Lenin de la Plaza Roja de Moscú. También defendía mandar tropas a Venezuela. Preguntado acerca de su sospechosa ambigüedad con el Kremlin, ofreció una calculada respuesta ambigua: "Lo que no vamos a ser es enemigos de Rusia. Nuestra posición es preservar a Rusia y a todos sus territorios de la antigua URSS. Esta es nuestra posición. La reunificación con Crimea la apoyamos. La de Donbás también, Abjasia... Apoyamos la guerra contra los oligarcas. Pero también tenemos nuestras peleas. Somos otro partido".
La agencia de noticias ucraniana Interfax, perteneciente al grupo de comunicación privado ruso con el mismo nombre, informó en 2014 de que el Gobierno de Kiev había tomado la decisión de abrir una causa penal contra Zhirinovski y el líder del partido comunista ruso, Gennady Zyuganov. Se les acusaba de "acciones financieras destinadas a cambiar los límites del territorio y la frontera estatal de Ucrania". El medio de comunicación citaba las declaraciones del asesor del Ministerio del Interior ucraniano Zorian Shkiriak.
Acogió al presunto asesino de Litvinenko
En 2007, Zhirinovski acogió en su lista electoral como número dos a Andrei Lugovoi. Era el principal acusado por las autoridades del Reino Unido del envenenamiento y asesinato del espía ruso Alexander Litvinenko, unos hechos que señalaban directamente al Kremlin. Lugovoi logró su escaño y con ello la inmunidad parlamentaria.
En Internet hay recopilatorios de sus sonadas salidas de tono como la que protagonizó en febrero de 2018 durante un debate electoral en su país. Mantuvo un agrio enfrentamiento con la líder de otro partido rival a la que dedicó todo tipo de insultos personales como “tonta”, “basura” o “prostituta”. Ella reaccionó arrojándole un vaso de agua (min 13.09).
No era la primera que protagonizaba un incidente similar. Años atrás, el lanzamiento de vasos de agua e intentos de agresión marcaron su participación en otro debate televisado contra el político Boris Nemtsov, quien acabó convertido en un opositor a Putin y asesinado a disparos en Moscú en 2015. Años antes se enzarzó a puñetazos con otro rival político, esta vez entre los propios escaños de la Duma. Acabó rodando por el suelo del parlamento.
A lo largo de su carrera son muchas las veces que se pronunció de manera despectiva hacia los judíos. Según informó El País, en los años 90 publicó un libro titulado Iván, oculta tu alma, en el que refrendaban muchas de las teorías del nazismo sobre el pueblo judío: su presunta influencia, sus rasgos físicos, su relación con el poder...
El mismo periódico publicó en 2008 el caso de Mijail Monastyrski, uno de los investigados por la Policía española en el marco de la operación Troika. Se instaló en Estepona (Málaga) y empezó a temer por su vida por lo que pidió una entrevista con los agentes de la Policía Judicial de la Policía Nacional a los que les relató todo tipo de detalles. Antes de llegar a España había sido diputado por el partido de Zhirinovski. Según relató, compró su escaño por 300.000 dólares. Monastyrski acabó muriendo en Francia tras ser arrollado en la carretera por una hormigonera.
En las últimas elecciones rusas Zhirinovski cosechó algo más de cuatro millones de votos, apenas un 5,6 por ciento del censo. Se convirtió en tercera fuerza del país, pero muy por debajo de los 56 millones y medio que cosechó el actual presidente Vladimir Putin, considerado por muchos su rival y al mismo tiempo su principal protector.
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