España

La Policía rastrea un centenar de buzones de Correos para localizar al autor de las cartas bomba

Tras constatar que los seis envíos investigados por la Audiencia Nacional se hicieron desde la provincia de Valladolid, los agentes centran sus esfuerzos en los puntos habilitados para depositar las cartas

Tras ubicar el envío de las cartas bomba en la provincia de Valladolid, la Policía centra sus esfuerzos en rastrear el entorno de los buzones con la esperanza de obtener alguna pista que conduzca al autor. Se trata de una tarea ardua por la envergadura de la investigación, al haber más de un centenar de puntos en los que depositar los envíos. Al mismo tiempo mantiene activas las pesquisas en los foros y grupos anarquistas o prorrusos en los que se pueda facilitar cualquier tipo de información que sea de utilidad al Juzgado de la Audiencia Nacional, que trata de esclarecer los hechos.

La hipótesis de que tras el envío de las cartas se ubique una única persona -o grupo reducido- se refuerza tras advertir que las seis misivas con contenido pirotécnico partieron desde la misma provincia: las dirigidas a Pedro Sánchez y Margarita Robles, a las Embajadas de Estados Unidos y Ucrania, a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz y a la empresa armamentística Instalaza, radicada en Zaragoza. La séptima carta intervenida, dirigida también a la legación ucraniana en Madrid con un ojo ensangrentado de un animal en su interior, correspondería a un autor diferente, en base a los informes de la Policía.

Así, el foco de la Policía se centra en Valladolid. En concreto, en los buzones ordinarios de Correos. Porque, según el escrito remitido por los investigadores al Juzgado Central de Instrucción número 4, las cartas se enviaron desde uno de los ubicados en la provincia castellano leonesa. Según el buscador de la empresa de mensajería, en la región hay 119 buzones en los que depositar las cartas -sin contar las oficinas o las "taquillas inteligentes" de Citypaq-.

Complicaciones en las pesquisas

Es en este punto donde se complica el rastreo de los agentes. Los buzones no tienen cámaras de seguridad. Cabe la posibilidad de que alguna cámara ubicada en las inmediaciones de los buzones grabara alguna imagen de utilidad, pero este extremo sólo sería útil en los puntos localizados en zonas urbanas o de mayor tránsito comercial. En las áreas rurales hay menor número de dispositivos de grabación, por lo que las posibilidades se reducen.

La misma afirmación se puede aplicar a la localización de testigos que puedan aportar claves en el caso: dentro de la complejidad de la investigación, será más fácil dar con algún testimonio de valor en las zonas de mayor tránsito, frente a los buzones que están en áreas más despobladas.

Por eso, la Policía aún mantiene activa la vía de investigación centrada en el mundo virtual: chats, foros y espacios digitales en los que se pueda verter cualquier comentario de interés a las pesquisas. Las principales sospechas recaen en grupos de corte anarquista, por el modus operandi. También en los que haya una afinidad prorrusa, tras constatar que todos los destinatarios de los paquetes participaron en una fase u otra del envío de material armamentístico que España ha suministrado a Ucrania.

¿Brecha de seguridad en Correos?

El hecho de que los sobres hayan sido enviados a través de buzones ordinarios de Correos preocupa a sus empleados, que estos días cuestionan a la empresa que dirige Juan Manuel Serrano cómo es posible que los envíos hayan podido burlar sus controles internos de seguridad. De hecho, todas las cartas recogidas en los buzones ordinarios por personal de Correos son luego llevadas a la Central de la compañía de cada territorio, donde se someten a los controles de seguridad. Estos controles dependen del tipo de envío (sobres o paquetes) y el peso del mismo, de forma que pasan bien por un circuito de clasificación automático, bien por máquinas de radioscopia, controladas por un vigilante.

No obstante, y a pesar de las demandas de información clara por parte de los sindicatos, en los últimos días Correos se ha dirigido a los empleados únicamente para solicitarles "máxima colaboración", atendiendo a si aparecen en sus dependencias sobres como los interceptados, y que "extremen la precaución", por el contenido de los mismos.

CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios en la compañía, denuncian la "irresponsabilidad" de los gestores de Correos, "que han permitido que se ponga en riesgo la seguridad de miles de trabajadores y las trabajadoras como consecuencia de los hechos que se han producido en los últimos días en relación con envíos postales conteniendo material explosivo", se lee en un comunicado firmado por ambas organizaciones este lunes. En él, los representantes de los trabajadores reprochan no haber sido informados de las medidas de seguridad adicionales adoptadas en las dependencias de Correos, toda vez que el día 24 de noviembre ya se tuvo conocimiento de un sobre con contenido explosivo dirigido al Palacio de la Moncloa.

"Si se confirman las versiones que los medios están difundiendo, estos hechos vuelven a evidenciar la existencia de una brecha de seguridad en Correos, como ya ocurrió en la primavera de 2021, cuando circularon por la red postal envíos amenazantes dirigidos a personalidades políticas conteniendo munición o navajas", insisten CCOO y UGT, que ponen en duda la versión de la empresa defendida entonces sobre que los envíos potencialmente sospechosos por peso o dimensiones se escaneaban. "El nuevo incidente demuestra que no es cierto", aseguran.

"¿Dónde está Serrano? Esa es la pregunta", cuestionan fuentes de UGT, que reclaman al presidente de la compañía que dé explicaciones sobre los episodios de cartas con explosivos sucedidos hasta ahora. Desde Correos, la respuesta oficial sigue siendo la misma: "Estamos colaborando con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la investigación que se está llevando a cabo".

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