Los ultras están intentando explotar desde dentro las protestas de la calle Ferraz. Ya son tres los días en los que se han vivido disturbios y los agentes han detectado una dinámica en sus acciones. La Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional, que son los agentes que trabajan para identificar a estos individuos y sus papeles dentro de las organizaciones. Los investigadores han detectado que el uso de bengalas marca el inicio del fin de la concentración pacífica porque supone un llamamiento a los radicales para que tomen posiciones, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.
La Policía Nacional ha detectado que las protestas frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz cuentan con una media diaria de un centenar de radicales. Estos grupos acuden solo con el objetivo de proferir insultos y de buscar la violencia.
En los primeros minutos de la convocatoria se encuentran lejos de la cabecera en esquinas donde tienen sus puntos. Tienen dos perfiles distintos: jóvenes de extrema derecha, en el caso de Ferraz, que buscan violencia u hombres más maduros que llevan toda su vida en estas batallas.
Los grupos de ultras
Estos veinteañeros son simpatizantes y miembros de Bastión Frontal, Hogar Social, Suburbios Firm o Frente Onuba. Aprovechaban la masa que mueve el fútbol para desplegar y alentar su violencia pero en este caso han fijado su punto en Ferraz.
Los ultras quedan entre ellos antes de la protesta y se organizan. Después mantienen comunicaciones a través de aplicaciones de mensajería. Una de ellas, que ha conseguido descifrar los agentes de Información, es que el lanzamiento de bengalas a los antidisturbios es el 'aviso' de que tienen que ir posiciones.
El humo de estos artefactos sirve como señuelo para ganar posiciones en las protestas por los grupos ultra. Les da igual quién se encuentra en la primera fila del cordón de seguridad. En algunos momentos incluso sacan a la fuerza a los asistentes para ubicarse ellos.
Esa bengala también sirve como advertencia, ya que deben estar alerta. La tensión aumenta y las personas que acudían a la protesta les va dejando poco a poco solas en las cabeceras. Los investigadores conocen al dedillo a los líderes de estas asociaciones.
Los agentes infiltrados en Ferraz
Muchos de los que ahora mandan antes eran jóvenes que recibían órdenes. Se pasa el mando también entre generaciones. Los agentes han aprendido de todas las experiencias en las diferentes jornadas en Ferraz. Tienen controlados los grupos de las convocatorias y las actividades de sus miembros.
Gracias a esta información han podido reelaborar los dispositivos policiales con datos fundamentales. La jornada de este jueves, cuando se practicaron más detenciones (24), fue la primera en la que desplegaron agentes infiltrados entre los manifestantes. Cinco de ellos pasaron a disposición judicial. El Juzgado de Instrucción número 18 de Madrid ordenó su libertad sin medidas cautelares. Se les acusa de la presunta comisión de delitos de desórdenes públicos, resistencia a la autoridad y daños.
Es sumamente importante la labor de estos efectivos de seguridad. Mantienen comunicación directa con sus compañeros y transmiten la información para que los jefes del operativo se adelanten a los pasos de los ultras.
Ultras del ocio nocturno
Estos datos son claves para que luego se practiquen las diligencias y los arrestos. Cuando acabó la paz, en las protestas de la calle Ferraz, acompañaron a sus compañeros antidisturbios y fueron los que con rapidez detuvieron a los implicados. Todos eran hombres y mayores de edad.
Casi un tercio de ellos tenían antecedente por delitos similares. Sobre todo por las típicas peleas del mundo de la noche que ocasionan lesiones. Muchos de estos ultras vienen curtidos del ocio nocturno. Su violencia la plasman en sus noches de fiesta. Después ya, pasan a desarrollarla en las masas de personas como la concentración en Ferraz.
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