Política

Ábalos señala a Moncloa por sentenciarle con la auditoría de Puente: “Que no cuenten conmigo ya”

El exministro insinúa que el aparato socialista ha decidido enterrarle para afianzar a la líder del PSPV, la titular de Ciencia, Diana Morant, ante un previsible resurgir del 'abalismo'

José Luis Ábalos, exministro de Transportes y ex todopoderosa mano derecha de Pedro Sánchez, tiene un mensaje para el presidente del Gobierno y secretario general de su todavía partido: “Que no cuenten conmigo ya”. El ahora diputado del Grupo Mixto, desterrado al gallinero del Congreso por los suyos cuando trascendió el caso Koldo -la supuesta trama corrupta de enriquecimiento con la compra de mascarillas durante la pandemia- explica a este diario que la auditoría encargada por su predecesor, Óscar Puente, es un despropósito sin rigor.

El político valenciano insinúa que el aparato socialista ha decidido enterrarle para afianzar a la líder del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE), la titular de Ciencia y apuesta de Sánchez para liderar el partido, Diana Morant, ante un previsible resurgir del 'abalismo' en la Comunidad Valenciana. Ábalos asegura que empezaba a contar con el apoyo de su partido, así como con la incomprensión de la mayoría por su destierro. El exministro cuenta aún con numerosos aliados en su federación, en la que ha militado durante décadas, aunque la mayoría de sus fieles sobreviven aglutinados en otras corrientes.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, se lava las manos ante cualquier acusación de venganza política. "Se encargó una auditoría a los funcionarios a los que el ministro no conoce y no ha visto en su vida. Ni ha cruzado media palabra con ellos. Han hecho lo que creían con su deber. Al ministro le sorprende que alguien [en referencia a Ábalos] crea que la auditoría perseguía a alguien o que pretendía algo distinto que esclarecer hechos. Allá cada cual con su conciencia", explican fuentes muy cercanas a Puente. No obstante, no resulta habitual que desde un ministerio se dé la orden de auditar una etapa anterior. Sobre todo cuando los titulares son del mismo signo político.

La auditoría, grosso modo y como ya contó este diario, apunta que José Luis Ábalos presionó para contratar los servicios de Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas, una sociedad que “ponía los pelos de punta” y que era considerada como “una empresa de chichinabo”. Esta firma en cuestión obtuvo 'a dedo' algunos de los contratos de material sanitario del Gobierno más jugosos de la pandemia, como adelantó Vozpópuli en plena crisis sanitaria.

Estos contratos fueron otorgados por empresas del entorno del Ministerio de Transportes, dirigido entonces por el exsecretario de organización del PSOE; motivo por el que Soluciones de Gestión se convirtió en ‘el proveedor de confianza de Ábalos’ en los titulares de prensa. Nada más trascender el caso, el PSOE señaló a Ábalos, a quien presionó para que renunciara al acta de diputado. No lo hizo y se fue el Grupo Mixto, mientras el partido inició un expediente de expulsión que aún no se ha resuelto.

Pero ahora, la advertencia de Ábalos debería ser tomada en serio en Moncloa. La mayoría parlamentaria del Ejecutivo es exigua. Un solo voto podría tumbar cualquier proyecto. Y el exministro tiene claro que ha terminado la época de hacer seguidismo de la política del Ejecutivo. La relación entre el PSOE y Ábalos se ha deteriorado enormemente desde el estallido del caso Koldo. Especialmente desde que el partido, supuestamente por error, difundió sus datos personales cuando notificó a la prensa su expediente de expulsión. 

Ábalos denunció a Santos Cerdán por ello ante el comité federal de ética y garantías. Y está a la espera de que ese mismo órgano resuelva las alegaciones a su expulsión, que Ferraz remitió pocos días después de que fuera defenestrado públicamente tras un comité federal que le pidió la renuncia al escaño para asumir responsabilidades políticas.

El PSOE defendía hasta hace unas semanas que Ábalos no se atrevería a mostrar una línea diferente en el Congreso. Y le anticipó una estancia difícil en el Grupo Mixto donde "Podemos se impone con mano de hierro". Los morados, con cuatro diputados, son el partido más numeroso dentro del grupo junto a Coalición Canaria, el BNG y UPN que tienen un diputado cada uno. Pero Ábalos se ha tomado la auditoría como una voladura. Es más, está valorando si iniciar o no acciones legales.

Cabe recordar que hasta ahora, el exministro ha votado alineado con sus excompañeros en todas las cuestiones trascendentes para los socialistas: desde la amnistía hasta la renovación del Poder Judicial. Es más, hasta apoyó la toma en consideración de la iniciativa para sancionar a los clientes de la prostitución y a los proxenetas. Y eso que no lo veía con buenos ojos por ser un "tema de moralidad". Pero ahora todo puede cambiar. La aldea 'ábala' no se va a rendir.

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