Los catalanes viven sumidos en la incertidumbre política. Aunque se van despejando dudas sobre quiénes gobernarán la comunidad autónoma, la idea de contar con un presidente de la Generalitat por Skype no ayuda a transmitir seguridad alguna. Sin embargo, en el plano educativo, el clima parece haber mejorado desde el pasado 1 de octubre y los meses posteriores. La celebración del reférendum ilegal -fue suspendido por el Tribunal Constitucional el 7 de septiembre de 2017 tras su convocatoria- supuso una fractura a todos los niveles y el debate sobre si existía o no adoctrinamiento político en las aulas catalanas resucitó con más fuerza que nunca.
Las denuncias por parte de asociaciones, particulares e, incluso, de algún atrevido inspector eran constantes, pero gran parte de la comunidad educativa catalana se esmeraban en defender que se trataba de "casos puntuales" y no de una práctica extendida a todo el profesorado. Un argumento al que se llegó incluso a sumar el Ministro de Educación Íñigo Méndez de Vigo, con las esperadas críticas de algunos miembros de su propio partido y de quienes creen que el adoctrinamiento es un problema "estructural" que afecta a todo el sistema educativo catalán.
¿Lección aprendida?
Desde que el Senado diese luz verde a la aplicación del Artículo 155 el pasado 27 de octubre han pasado más de dos meses y medio y la cifra de denuncias a centros escolares se ha visto considerablemente disminuida. Determinados agentes de la comunidad educativa, como asociaciones de padres o sindicatos mayoritarios de docentes lo achacan a que, salvo casos concretos en aquellas semanas de agitación, la escuela catalana no lo practica y detrás del boom mediático solo había intenciones políticas.
En cambio, otras asociaciones consideran que muchos profesores que habían tenido "carta blanca" hasta entonces comienzan ahora a actuar con prudencia para no acabar en los juzgados. Eso, sí, unas y otras posturas coinciden en que la aplicación del 155 no ha influido en la enseñanza catalana. Al menos, hasta la fecha.
"No creo que el Artículo 155 tenga que ver en la disminución de denuncias, más que nada porque ha sido una aplicación de mínimos"
"No creo que el Artículo 155 tenga que ver en la disminución de denuncias, más que nada porque ha sido una aplicación de mínimos. Si el Gobierno hubiese querido hacer una aplicación de fondo, el 155 hubiese tenido que aplicarse por tiempo indefinido y no plantear elecciones en dos meses, un periodo en el que es imposible hacer cambios significativos. En el plano de la Enseñanza no se ha hecho nada, salvo abrir un expediente al único inspector que se atrevió da denunciar el adoctrinamiento", considera el presidente de la asociación Profesores por el Bilingüismo, Francisco Oya.
Según Oya, los motivos podrían encontrarse en que los profesores más extremistas empiezan a hablar con cierta prudencia. "Viendo que ahora te pueden poner una demanda y puedes acabar en un juzgado, empiezan a andar con pies de plomo", dice. Y añade que, por otro lado, el hecho de que ya tengamos en marcha las instituciones catalanas con un gobierno separatista ha creado cierto desánimo en quienes no son nacionalistas.
"Arma política"
Desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Enseñanza Secundaria de Catalunya (Fapaes), en cambio, continúan hoy defendiendo que el sistema educativo catalán no padece de "adoctrinamiento político" y que a lo largo de la crisis política que ha vivido Cataluña en los últimos meses "la educación ha sido utilizada como arma política". "Las asociaciones de padres y madres nunca recibimos denuncias en este sentido, por lo que nos sorprendió el alcance mediático que tuvieron casos puntuales en torno al 1 de octubre", aseguran a este diario. Y añaden que, a día de hoy, siguen sin recibir quejas. "La aplicación del 155 no ha influido en la vida cotidiana de Cataluña y en las escuelas tampoco", aseguran.
"El adoctrinamiento en el sistema es estructural. El separatismo copa colegios profesionales, profesores y asociaciones de padres"
Pero según Oya, las asociaciones de padres y madres en Cataluña están "copadas por el separatismo". "El adoctrinamiento en el sistema es estructural, la estrategia del separatismo es copar colegios profesionales, profesores y maestros, pero también las asociaciones de padres, prácticamente no hay ninguna que no esté controlada por la corriente separatista", opina. Y aclara que, aunque los profesores tengan buena fe, es inconcebible que uno pueda dar clase en lengua española o no siga el currículum establecido por la Generalitat o los manuales de Ciencias Sociales fijados, donde Cataluña suele aparecer como un territorio con soberanía apartado de España", explica.
No opina lo mismo la Federación de Educación de CCOO en Cataluña que aseguran que los docentes catalanes están bastante afectados por "haber sido utilizados como arma política". "Adoctrinamiento no ha habido nunca, aunque se hayan dado algunos casos puntuales. Hay bastante resquemor entre los profesores porque la educación se ha utilizado como arma arrojadiza entre independentistas y constitucionalistas", consideran fuentes de la federación.
"Existen denuncias, algunas son falsas y otras están en curso, pero el modelo de sistema educativo catalán funciona y no se puede usar a 120.000 docentes como herramienta. No obstante, el proceso tiene un ciclo vital llegando a su cima más alta el 1-O, momento donde proliferaron las denuncias", recuerdan. "En los patios de los colegios se hablan las dos lenguas sin problemas", señalan.
El rol de los inspectores
Desde Sociedad Civil Catalana (SCC), la vocal y profesora en la UAB, Maribel Fernández, explica a 'Vozpópuli' que los motivos por los que habrían disminuido el número de denuncias en los dos últimos meses pueden deberse a que las escuelas ahora mismo no son "un caldo de cultivo" como lo fueron durante el 1-O : "La tensión fue brutal y todo lo que pasaba se visibilizaba mucho". Por otro lado, la docente señala que el hecho de que se hayan alzado tantas voces sumado a que algunos medios extranjeros hicieran reportajes sobre este asunto, podrían haber generado cierto temor.
Desde SCC, donde están preparando un informe sobre los casos que ocurrieron, aclaran que en ningún caso hacen la denuncia a la totalidad del sistema educativo, pero que algunas de las cosas que han pasado son muy preocupantes y debería revisarse el sistema. "Ante el alud de denuncias que se hicieron, la inspección no dijo nada. Es llamativo que al único inspector que denunció adoctrinamiento en las aulas se le abriese un expediente. No es lógico que la reacción de la inspección ante algunas evidencias sea 'la escuela catalana no se toca'. Tendrían que haber puesto en marcha una investigación y no cerrar filas y demonizar a los denunciantes", argumenta.
Ya asegura que la 'escola catalana' esta vertebrada en torno al nacionalismo. "Tenemos que abrirnos a otras alternativas porque Cataluña somos todos y el modelo actual solo atiende a una parte, no es una fórmula de convivencia si se trata de negar lo que piensan los demás", concluye.
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