Política

Alarma en Ferraz por los cambios en Moncloa: “A Sánchez le gusta el marketing pero no puede mejorar su imagen”

Los socialistas temen que el nuevo séquito de asesores del presidente le vuelva a empujar a una campaña de humanización que ya fracasó

Begoña Gómez y Pedro Sánchez
Begoña Gómez y Pedro Sánchez. EP / Diego Radamés.

El nuevo séquito de hombres y mujeres tras el presidente tiene inquieto a algunos cuadros socialistas. En el partido se tomaron la reciente visita de Pedro Sánchez y Begoña al cine como una vuelta a la campaña de humanización que ya protagonizó el año pasado y que ideó su exjefe de gabinete y actual ministro, Óscar López. "A Pedro Sánchez le encanta el marketing, pero no puede mejorar ya su imagen", conceden fuentes del partido. La figura del presidente crispa. Por eso, las fuentes consultadas no creen que vaya a surtir efecto.

Hace poco más de un año, de cara al ciclo electoral, el presidente en apenas unos meses recibió a un grupo de visita en Moncloa que resultó estar compuesto por cargos, militantes y simpatizantes del PSOE. También jugó a la petanca con pensionistas vinculados al partido; vio la película As Bestas en el cine; jugó al baloncesto con personas en silla de ruedas; echó una partida de ajedrez con Khadem, la iraní que disputó sin velo el mundial de partidas rápidas; paseó en bicicleta por Valladolid y se dejó ver en el estreno de la obra 'Lorca por Saura' en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid. Igual que se acaba de dejar ver con el cineasta Pedro Almodóvar en San Sebastián.

Moncloa se inspiró en su día en Jaime Durán Barba, el consultor ecuatoriano que llevó al expresidente argentino Mauricio Macri a la Casa Rosada; un polémico especialista en comunicación política que ha plasmado en varios libros (La política en el siglo XXI: arte, mito o ciencia) la necesidad de vestir a un candidato con los atributos necesarios para llegar a sus potenciales votantes, en especial, las cualidades humanas que hacen caer bien a una persona.

En plata: un traje de empatía y nada de ideología, porque según la tesis de Barba, los ciudadanos llegan a la oferta electoral con demanda de emociones que deben ser cubiertas. Y ese es el motivo por el que cotiza al alza un candidato que toque el corazón. Y ahí es donde entra el equipo de Moncloa que acaba de cambiar por completo, con perfiles jóvenes y académicos y que el presidente usa como un gobierno en la sombra donde hace y deshace a su antojo sin contrapoder alguno.

A Oscar López le ha sustituido como fontanero jefe Diego Rubio, que fue secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia País. Rubio es un brillante académico cacereño de 38 años sin raigambre socialista alguna. En el partido no le conocen. Tampoco en el Consejo de Ministros.

Su segundo, Ángel Alonso, de 41 años, responde a un perfil similar. Por debajo están José Fernández Albertos, que es el nuevo secretario general de Política Nacional; José Rama Caamaño, nuevo director del departamento de Análisis Territorial); Antonio Hernández Espinal, director del departamento de Coordinación Política). El único que sigue en su puesto es (Paco) José Salazar: secretario general de Coordinación Institucional.

En Moncloa se reconoce a Vozpópuli que el presidente "polariza". No por casualidad, el equipo de comunicación y estrategia del líder socialista decidió cortar en su día la campaña de acercamiento con los ciudadanos por temor a silbidos y abucheos que pudieran perjudicar aún más su imagen. Tiempo después se decidieron a reanudarla para contraatacar y vender que si hay quien le desprecia, también hay quien le quiere. Sánchez, en verdad, ha soportado en varias ocasiones la ira de buena parte de los españoles.

Que Sánchez no tiene la mejor imagen de la política española no es ningún secreto a voces. Sin ir más lejos, el último barómetro del CIS situó al líder socialista (4,42) por detrás de Yolanda Díaz (4,66). Le sigue Alberto Núñez Feijóo (PP) con 3,91. Otros líderes como Santiago Abascal (Vox) e Ione Belarra (Podemos) tienen puntuaciones más bajas, 2,67 y 3,07, respectivamente.

Lo cierto es que la comunicación obsesiona en Moncloa. Es más, se culminó la grabación de una docuserie que no se ha publicado aún y que trata de acercar el día a día del equipo de la presidencia del Gobierno y de su inquilino a los ciudadanos. Cualquier herramienta importa para mejorar la imagen del presidente.

La docuserie de marras recoge los recuerdos y anécdotas de los trabajadores del complejo de La Moncloa o una imagen que muestra a Pedro Sánchez y su mujer Begoña Gómez desayunando en la residencia presidencial. El objetivo es mostrar una cara más cercana y amable del presidente del Gobierno. Pero los recientes escándalos que le rodean han complicado su última fase. En cualquier caso, el PSOE espera que el presidente se olvide del marketing.

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