Alejandro Fernández (Tarragona, 1976) lleva apenas tres meses al frente del PP catalán. La tarea es complicada. Ha heredado un partido con apenas cuatro diputados. Y se enfrenta a una posición casi hegemónica de Ciudadanos en el espacio constitucionalista catalán y a la irrupción de otras fuerzas como Vox.
Fernández dice en una entrevista a Vozpópuli que su objetivo es reconstruir el centro derecha en Cataluña, que en su opinión no existe. La derecha catalana, asegura, se ha convertido un movimiento nacional populista.
Las elecciones no son un ultimátum
El líder del PP catalán asegura que las elecciones del 26-M no son un ultimátum para el partido y confía en ir poco a poco recuperando el terreno perdido. Pone como ejemplo a ERC. Y recuerda que la formación republicana estaba casi desparecida hace 10 años. "Ellos encontraron su camino. Nosotros encontraremos el nuestro", afirma.
Fernández se muestra pesimista sobre el futuro inmediato de Cataluña mientras su política esté dirigida desde Waterloo por Carles Puigdemont. Asegura que la solución a largo plazo pasa por un pacto entre las grandes fuerzas constitucionalistas. Aunque admite que la distancia que separa ahora mismo a PP, Ciudadanos y PSC es "cósmica".
Mucha gente nos reprocha que reaccionamos tarde al desafío separatista. Hay que aprender de aquellas cosas que la ciudadanía percibe como un error e intentar corregirlas"
¿Qué le parece el portazo que el separatismo ha dado a los Presupuestos?
Mientras la política catalana esté dirigida desde Waterloo será prácticamente imposible ir a escenarios de normalidad. Eso se traducirá o bien en que se vetará cualquier tipo de acuerdo o se pondrán condiciones de chantaje inasumibles. El único problema es que Pedro Sánchez es capaz de asumir esas condiciones con tal de mantenerse cinco minutos más en la Moncloa.
¿Usted es partidario de elecciones generales?
Si Sánchez tiene esas encuestas tan estupendas por obra y gracia de Tezanos, pues que las convoque ya porque las gana. Mucho me temo que no debe tenerlo tan claro.
¿El 155 es la solución para Cataluña?
La solución en Cataluña es la normalidad institucional y democrática. Yo siempre digo que nuestro proyecto a medio y largo plazo es la reconstrucción del centro derecha en Cataluña, que no existe porque la derecha catalana se convirtió en un movimiento nacional populista. La intervención de la autonomía catalana no es que sea un proyecto político, es una obligación y una responsabilidad mientras la política catalana esté dirigida desde Waterloo. Mientras la política catalana esté dirigida en Waterloo, que es antidemocrático e ilegítimo, asistiremos a episodios peores que los que vivimos hace un año.
Nuestro proyecto es la reconstrucción del centro derecha en Cataluña, que no existe porque la derecha catalana se convirtió en un movimiento nacional populista"
La situación del PP en Cataluña es delicada. ¿Cómo se reconstruye el centro derecha desde una posición teóricamente de debilidad?
Cuando hablamos de la recuperación del centro derecha en Cataluña, hablamos de recuperar un discurso del que nadie habla porque estamos en medio del proceso. Hablamos de impuestos moderados, hablamos de incentivar la iniciativa privada, hablamos de respeto a las instituciones democráticos. Hablamos en definitiva de defender los valores que han caracterizado al centro derecha. Necesitamos paciencia y confianza en nuestras propias posibilidades. No podemos volvernos locos. Sigo pensando que en Cataluña, porque hace no mucho tiempo era así, sigue habiendo un gran espacio para la gente que cree en el emprendimiento, en la sociedad libre, en cierto respeto a los valores de la tradición.
¿Es el 26-M un punto de no retorno para el PP catalán? Si por ejemplo quedan fuera del Ayuntamiento de Barcelona, ¿es el final del PP en Cataluña?
El PP siempre vuelve. El PP tiene un espacio y una visión que se puede resumir en España y libertad. Pero a veces las coyunturas mandan. ERC estaba en una situación muy parecida a nosotros hace sólo unos años y peor incluso. Y hoy la situación es distinta. Ellos hicieron lo que hicieron. Nosotros buscaremos nuestra manera de hacerlo, pero no nos marcamos como ultimátum ninguna elección. La historia nos demuestra que si te ajustas a la misión histórica y los principios y valores siempre acabas encontrando el espacio político.
La renovación del pacto constitucional debe partir de la aceptación de que el nacionalismo ha decidido romper la lealtad constitucional"
¿Cuál es el error que cometió el PP para encontrarse en la situación en la que está?
Muchos centenares de miles de catalanes creen que reaccionamos tarde al desafío separatista. Y esto hay que decirlo. Sí que es verdad, y yo estaba ahí, que el PP intentó siempre preservar el pacto constitucional y la defensa de las instituciones y acabó suspendiendo la autonomía de Cataluña. Pero es verdad que mucha gente nos reprocha haberlo hecho tarde. Hay que aprender de aquellas cosas que la ciudadanía percibe como un error e intentar corregirlas.
¿Está el constitucionalismo roto en Cataluña?
El principal responsable de la ruptura del constitucionalismo es el PSC. El PSC decide abrazarse al separatismo de manera indisimulada. Pero también es cierto que Ciudadanos renuncia de una manera consciente a liderar parlamentariamente ese constitucionalismo y monta una operación que podríamos llamar opa hostil al PP que pretendía llevar a Albert Rivera a la Moncloa. Y que fue una opa fracasada porque quien acabó en la Moncloa fue Pedro Sánchez. Pero creo que todo se puede recomponer con buena voluntad y desde luego por el PP no será.
¿Estábamos mejor en Cataluña hace diez años o ahora? Si los separatistas se hacen esa pregunta en conciencia quizá pensarían si lo que han hecho ha merecido la pena"
¿Existe gobierno en Cataluña?
Todo sistema con vocación insurreccional como es Waterloo se basa en el vaciado de las instituciones democráticas. El Parlamento deja de legislar, el Gobierno deja de gobernar, incluso se les exige a los Mossos que dejen de actuar y se les sustituye por una cosa llamada CDR que hacen como de orden publico. Es típico de los sistemas totalitarios. Para una persona como es mi caso pues es una situación preocupante.
En una sociedad tan fracturada como la catalana, ¿es posible dirigirse a los ciudadanos de otro bando?
Es muy difícil porque cualquier discrepancia en un movimiento nacional identitario como es Cataluña es percibida como una traición. Pero hay algunas cosas que conviene trasladar al conjunto de la sociedad. Por difíciles que fueran las cosas, ¿estábamos mejor en Cataluña hace diez años o ahora? Si los separatistas se hacen esa pregunta en conciencia quizá pensarían si lo que han hecho ha merecido la pena.
Usted cree que la solución para Cataluña es un gran pacto PP-PSOE-Ciudadanos.
El pacto constitucional de la Transición se basa en el acuerdo de los grandes partidos para la alternancia política con el acuerdo con los nacionalismos periféricos. La renovación del pacto constitucional, al menos por un tiempo, debe partir de la aceptación de que el nacionalismo ha decidido romper la lealtad constitucional. Y eso nos obliga a las grandes fuerzas constitucionalistas a llegar a un acuerdo que garantice una mayoría suficientemente amplia para garantizar la estabilidad política y económica en España. Y eso pasa por un acuerdo Ciudadanos, PSOE, PP. Pero a día de hoy estamos a una distancia cósmica.
Mientras la política catalana esté dirigida en Waterloo asistiremos a episodios peores que los que vivimos hace un año"
A usted le han rajado las ruedas del coche. El PP sufre ataques y señalamientos. ¿Cómo se vive así?
Con una tristeza enorme. Cuando llegas a una situación así creo que mucha gente debería entender que esto no te obliga a ti a cambiar. El único que debe cambiar es el que te destroza el coche o la casa. Y debe llevar a reafirmarte en tus convicciones. Sacar de la ecuación el miedo y seguir con más fuerza que nunca. Cuando te hacen eso, el que tiene que cambiar, Código Penal mediante, es el que ha llegado a un extremo así.
¿Prevé episodios de tensión durante el juicio que comienza la semana que viene?
Los habrá porque así lo decidirán desde Waterloo y los CDR los ejecutarán. Pero en amplias capas de la sociedad catalana empieza a consolidarse la idea es que los mensajes que lanza el separatismo caen en el absurdo. Hay gente que empieza a entender que esta gente son todos unos farsantes. Y que su única atalaya son los cargos. Quim Torra debe ser el único represaliado del mundo que gana 150.000 euros y va en coche oficial. Y que encima vaya diciendo que es víctima de una persecución es como una tomadura de pelo. Su hipocresía esconde su voluntad de controlar la sociedad.
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