El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece haber institucionalizado su incomparecencia en las intervenciones previas a las votaciones de las leyes más controvertidas salidas de su voluntad, cuando no la espantada para evitar emitir su voto en el Congreso, ya sea electrónico o por llamamiento. En el caso de la ley de amnistía ha sido fiel al primer precepto: llegó, se escondió y votó. Luego, se marchó del Hemiciclo con una sonrisa en que se atisbaba cierto rictus sardónico. Fue una de las imágenes de la mañana, pero no la única.
- Los "filonazis" de Vox. El momento de mayor tensión lo protagonizó el diputado del PSOE por Castellón Artemi Rallo, que con tanto entusiasmo defendió desde la tribuna de oradores las supuestas bondades de la norma que no tuvo empacho en calificar de "filonazis" a los integrantes de la bancada de Vox, que protestaban a la presidenta del Congreso por considerar que se le había escatimado un turno de réplica al diputado del partido de Abascal José María Figaredo.
- "Traidores". El parlamentario de Vox Manuel Mariscal se dejó oír en el momento en que Pedro Sánchez daba su sí a la ley de amnistía. "Traidores; sois una panda de corruptos" es lo más fino que salió de su boca.
- Ábalos, según lo previsto. Otro de los focos se situó sobre el discreto plano ocupado en el grupo mixto por el exministro y ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos. Pasó prácticamente inadvertido. Y votó sí, como había anunciado hace semanas.
- Ausencia 'podemita'. Hubo también diputados que se ausentaron del pleno y tampoco ejercieron el voto telemático. Fue el caso de la diputada de Podemos, grupo integrado en mixto, Martina Velarde.
- Un estrecho margen de dos votos como un síntoma. Inevitable fue también que cundiera la idea de que el 'marcador' resultó más estrecho de lo esperado: 177 votos a favor de la ley, solo dos por encima de la mayoría absoluta.
- Junqueras, 'invitado' a salir de la cafetería. El líder de ERC, Oriol Junqueras, siguió la votación desde la tribuna de invitados. Pero también, según aseguran algunos miembros de Vox, se coló donde no le correspondía, en concreto en la cafetería del Hemiciclo del Congreso, un lugar que está reservado solo para diputados y senadores, hasta que uno de los ujieres le 'invitó' a salir tras hacerle ver que no podía estar en ese lugar.
