Vox cierra la página de un año que podría haber sido escrito por Raymond Chandler. En sus novelas se descubre quién es el asesino, pero no hay happy ending. La cosa termina sin mucho jolgorio, pero tampoco en derrota. Algo similar ha ocurrido en 2023, un año de sabor agridulce para la formación de Santiago Abascal. Si bien alcanzó el éxito en las elecciones autonómicas, consiguiendo entrar en 140 gobiernos locales y 5 autonómicos (al que hay que añadir un pacto de coalición en Baleares), en los comicios generales perdió 19 escaños respecto a 2019 y no consiguió sumar con el PP para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa.
Los buenos resultados en las autonómicas se han visto ensombrecidos por un mal resultado a nivel nacional que requiere de un análisis en profundidad. El presidente Sánchez aireó el miedo a Vox en la campaña y la demoscopia ha demostrado que funcionó mejor que nunca. Fracasó la estrategia del PP de Feijóo, que intentó arrastrar el voto del centroizquierda, pero no toda la culpa fue suya, como defiende la cúpula voxista.
Claros y oscuros en un año en que el partido de Santiago Abascal ha sufrido una importante convulsión interna. La salida de Iván Espinosa de los Monteros marca un antes y un después en la formación. El exportavoz de Vox siempre ha apelado públicamente a razones personales para defender su decisión, pero fuentes cercanas argumentan que fue su pérdida de protagonismo, cada vez más arrinconado por la gente de confianza de Abascal, la que le empujó a irse.
Reestructuración de poder
La marcha de Espinosa de los Monteros ha sido un duro golpe para la formación. Era un líder para muchos dirigentes provinciales de Vox, y su marcha provocó algo que parecía impensable hace años, la puesta en duda del liderazgo de Santiago Abascal en algunos sectores. El partido ha tratado por todos los medios de apagar incendios internos provocados por una transición en los puestos de poder que no todos han aceptado. También fueron sonadas las salidas de los diputados Víctor Sánchez del Real y Rubén Manso, muy queridos en la formación y con gran presencia mediática.
Se ha hablado largo y tendido sobre las dos familias que conviven en Vox: una liberal y otra ultraconservadora. Sin embargo, fuentes internas descartan este enfrentamiento, y atribuyen los choques producidos este último año a desacuerdos de poder.
La reestructuración interna del partido ha supuesto la reducción de las vicesecretarías de 12 a 6. Entre las suprimidas se encuentra la de Relaciones Internacionales, que lideraba Espinosa de los Monteros. También se decidió prescindir de la vicesecretaría de Portavocía, de la que se encargaba Patricia Rueda; la vicesecretaría de Relaciones con las Cortes (José María Figaredo); la de Recursos (Víctor González) y la de Formación (Begoña Conde).
Uno de los damnificados por los cambios de Vox es el vicepresidente segundo, Javier Ortega-Smith, cada vez menos visible en la trinchera política del partido. El exsecretario general, siempre reservado, lanzó un duro comentario con la salida de Iván. "Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo". El concejal madrileño se ha mostrado crítico con algunas decisiones de la cúpula, y ha pedido reflexión y a volver a los principios fundacionales. Por el contrario, la dirección del partido siempre ha atribuido el fracaso electoral del 23-J a la estrategia del voto útil del PP.
Otro de los primeros espadas que ha dado un paso atrás es el exgerente y diputado nacional Juan José Aizcorbe. Ya solicitó descargar estas funciones en las elecciones generales, cuando solicitaba tiempo para poder hacer campaña en Barcelona. Pese a no estar tan presente en el día a día económico del partido, mantiene funciones de control y fiscalización en el Comité de Gestión, reportando al Tesorero de Vox.
Sobresalen en esta nueva era del partido el eurodiputado y vicepresidente, Jorge Buxadé, timón ideológico de la formación; el diputado Ignacio de Hoces, vicesecretario de coordinación parlamentario y brazo ejecutor de la cúpula en los territorios; Enrique Cabanas, el escudero en la sombra de Abascal; Gabriel Ariza y Kiko Méndez-Monasterio, pivotes estratégicos clave; Pepa Millán, como nueva portavoz parlamentaria; e Ignacio Garriga, al frente de la Secretaría General.
Guerra contra la amnistía
Vox cierra el año combatiendo la propuesta de la ley de amnistía de Sánchez en todos los frentes posibles. El partido de Abascal ha sido la formación política que más ha incentivado la participación de la ciudadanía en las protestas callejeras frente a la sede del PSOE en Ferraz. En el ámbito judicial, Vox se ha querellado contra Sánchez en el Tribunal Supremo y ha presentado recursos al Tribunal Constitucional para frenar la ley. A su vez, han presentado denuncia por prevaricación contra la Mesa del Congreso ante el Tribunal Supremo por tramitar la ley de amnistía.
Vox ha intentado desde el primer momento encauzar una estrategia de acción unitaria con el PP para parar la ley de amnistía. Sin embargo, los populares no han querido sentarse con el partido de Abascal, y han reivindicado que tomarán sus propias decisiones. Vox considera que sin la unión de la oposición será imposible frenar a Sánchez. Confían en que el letrado del Senado -en teoría afín al PP- bloquee la tramitación de la ley al considerarla inconstitucional.
Gira internacional de Abascal
La presencia internacional de Vox ha sido un punto destacado de este 2023. Gracias al trabajo a largo plazo de la Fundación Disenso, Santiago Abascal ha contactado personalmente en un mes con el presidente argentino, Javier Milei -en Buenos Aires, donde acudió a su toma de posesión como presidente-; con la mandataria italiana, Giorgia Meloni -participando además como ponente en el evento anual celebrado por Fratelli d'Italia, Atreju-; con ministros israelíes -justo después de que el Estado hebreo defenestrase la visita de Pedro Sánchez-; y hasta con Elon Musk, CEO de Tesla, SpaceX y X -antes Twitter-. Una presencia internacional incuestionable con hits como la entrevista con Tucker Carlson, que supera las 11 millones de visualizaciones. El propio Musk afirmó conocer a Abascal por su entrevista con Carlson, que calificó de "muy interesante".
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