Política

La apuesta de Susana para las primarias: “O yo o el caos”

Los barones que apoyan a la presidenta andaluza están seriamente preocupados por la resurrección de Pedro Sánchez, convencidos de que una derrota de Susana Díaz en las primarias sumiría al PSOE en el caos.

Susana Díaz confía en que el miedo de un sector mayoritario del PSOE a verse sumido de nuevo en el desconcierto forzará a que prevalezca un apoyo claro a su candidatura en las primarias previstas para mayo. El mensaje que ha empezado a transmitir y que tomará cuerpo conforme avance la campaña descansa en la célebre frase de “o yo o el caos”, bien conocida por la inmensa mayoría de los españoles cuando fueron a votar el 20D y el 26J y le dieron el triunfo a Mariano Rajoy.

La presidenta andaluza confía en que el miedo al desconcierto dentro del PSOE le dé ventaja en las primarias

Los afiliados socialistas, a los que corresponde la última palabra dentro de tres meses para la elección del nuevo secretario general, saben bien que el hipotético retorno a ella de Pedro Sánchez garantizaría todo menos un congreso de unidad. Es obvio que Emiliano García-Page, desde Castilla-La Mancha, Guillermo Fernández Vara, desde Extremadura y Ximo Puig, desde la Comunidad Valenciana, están con Susana Díaz, así como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Pero no está tan claro que el apoyo que ahora le prestan a Patxi López los barones que antes abrigaron a Sánchez esté resultando útil para el exlendakari. ¿Cómo se moverían Francina Armengol (Baleares), Sara Hernández (Madrid), César Luena (La Rioja) o Rafael González (Murcia) ante el 39º congreso si Sánchez recuperara su trono en mayo? Casi nadie sabe en su partido dar una respuesta, pero la opinión más compartida en Ferraz es que el PSOE se adentraría en el más completo desorden debido a las dificultades que encontraría el ganador para conformar un equipo de confianza en una organización que sigue abierta en canal.

Las dificultades no serían menores si Susana Díaz ganara las primarias, pero lo hiciera con un apoyo bastante inferior al 50%. “Si Pedro llega al 30%, el partido tendrá un problema serio muy difícil de administrar. Y lo más preocupante es que este escenario es el que empieza a ganar cada vez mayor cuerpo en una competición donde, es verdad, todavía no hemos podido medir bien el empuje de Susana”, advierten fuentes cercanas a la andaluza.

Implicados en la 'operación Susana'

Algunas voces del Grupo Parlamentario recuerdan que en la ‘operación Susana’ se han implicado tantas personas y de toda índole que ahora la presidenta andaluza tendría muy difícil recular. En su entorno se maneja la idea de hacer una encuesta entre afiliados para constatar antes de que sea tarde si hay o no agua en la piscina; en otras palabras, si es conveniente presentar la candidatura cuando está en riesgo no solo el control del partido en Andalucía sino el propio Gobierno de la Junta, donde Ciudadanos podría acabar apoyando una moción de censura para colocar en ella al PP. Han sido ya varias las ocasiones en las que diferentes portavoces de la formación naranja han advertido de que el apoyo a la investidura de Díaz fue nominal y, por tanto, será reconsiderado en caso de que el PSOE cambie allí de candidato.

Hay quien se atreve a pronosticar que como este sondeo será secreto, el solo hecho de que la presidenta andaluza anuncie su paso al frente, previsiblemente a primeros de marzo, significará que los resultados son buenos para ella y, por tanto, tiene a su alcance el timón del partido.

Patxi López busca presentarse como el único que puede garantizar una cierta unidad en el PSOE después de su congreso

La incertidumbre es tan alta que a estas alturas tampoco se descarta que Patxi López acabe tirando la toalla ante el escaso tirón de su candidatura, dejando que Susana Díaz y Pedro Sánchez libren su lucha a cara de perro. “Si alguna ventaja tiene Patxi en esta contienda”, refieren las fuentes, “es precisamente la de presentarse como el único que podría garantizar con su triunfo una cierta unidad dentro del partido y organizar un congreso aseado”.

Pero también corre con alguna desventaja, la principal de ellas que es considerado por buena parte de la militancia socialista como un peón colocado en el tablero para achicar el espacio de Sánchez y conseguir en junio un pacto con la presidenta andaluza, reeditando así la histórica alianza de esta federación con la del País Vasco que condicionó los repartos de poder en el PSOE durante las últimas décadas.

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