Argelia esgrimió una respuesta parlamentaria del Gobierno en la que reitera su apoyo a la posición de Marruecos sobre el Sáhara para suspender la visita del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a última hora. Argel consideró un gesto descortés de Madrid que el posicionamiento saliera a la luz el mismo día del viaje de Albares, según ha recogido la prensa oficial argelina.
Fuentes diplomáticas del Ministerio de Asuntos Exteriores aseguran a Vozpópuli que “no les consta” tal respuesta. La web del Congreso tiene registradas varias preguntas de los grupos parlamentarios sobre el Sáhara.
Estas fuentes indican que todavía no hay fijada una nueva fecha para el encuentro entre Albares y su homólogo argelino, Ahmed Attaf, que pretendía ser el primer paso relevante para recomponer las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Argelia: "España juega a dos bandas"
La información con cuentagotas que llega de Argelia sobre la cancelación del viaje no es tan exhaustiva ni crítica con España como cuando estalló la crisis entre ambos países hace casi dos años. Pero después de varios días de silencio, algunos diarios han dado la versión oficial del Gobierno argelino que lidera el presidente Abdelmajid Tebboune.
Se acusa al Ejecutivo español de “manipulación” y de “juego a dos bandas” por apoyar el plan de autonomía de Rabat para el Sáhara Occidental. Argelia rechaza de plano esta iniciativa y defiende la postura del referéndum de autodeterminación para la ex colonia española en el pulso permanente entre ambos países por la hegemonía regional del Norte de África.
Argelia considera que hay una “contradicción flagrante” en la respuesta del Gobierno español. Por un lado, se apoya “los esfuerzos del enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas”. Y, por otro, se reafirma en el contenido de la carta enviada por Pedro Sánchez al rey Mohammed VI en la que se afirma que “España considera que la iniciativa de autonomía presentada por Marruecos en 2007 es la base más seria, realista y creíble para resolver este conflicto".
Para Argelia, el plan marroquí es antagónico a la posición histórica de España en defensa del referéndum. Pero lo que más ha molestado a Argel es que este documento coincida con las fechas del viaje de Albares.
El reparto de culpas por lo ocurrido también guarda un espacio propio para Marruecos. Argel acusa directamente a Rabat de permitir dos saltos de inmigrantes irregulares en las vallas de Ceuta y Melilla justo en los días previos a la visita de Albares En concreto, asegura que 28 personas consiguieron entrar en territorio español.
No es casualidad, según Argelia, que estos episodios se produjesen en este momento y después de meses de una relativa calma en los pasos fronterizos de las dos ciudades autónomas.
El nuevo precio del gas
Albares tenía previsto desplazarse el pasado domingo a Argel en un intento por cerrar de una vez por todas la crisis abierta hace casi dos años por Sánchez al reconocer el plan de autonomía en el Sáhara de Marruecos. Los dos países han ido dando pasos en esa dirección. El embajador de Argelia, por ejemplo, regresó a España el pasado 14 de diciembre y desarrolla sus funciones diplomáticas con plena normalidad.
El viaje de Albares era un paso importante, que ahora ha quedado congelado. La agenda del titular de Exteriores era, sobre todo, económica. Este periodo de crisis ha tenido consecuencias para las empresas españolas en el país norteafricano.
La negociación del nuevo precio del gas con la energética estatal argelina Sonatrach está en su recta final. Y aunque es verdad que el suministro no se ha visto afectado, la crisis ha afectado de lleno a otros intereses españoles. Técnicas Reunidas, por ejemplo, inició los trámites para llevar a un arbitraje internacional a Sonatrach tras denunciar que retenía unos avales por valor de 1.000 millones de euros.
La industria de la cerámica, especialmente en la provincia de Castellón, también está muy pendiente de que se solvente este choque diplomático. Argelia es uno de sus principales clientes. Y la patronal del sector ha cifrado en 150 millones de euros las pérdidas provocadas por la ruptura de las relaciones comerciales.
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