El epílogo político de Rita Barberá le dio a probar todos los sinsabores de ese mundo en el que un día reinó. Alcaldesa de la tercera ciudad de España durante 24 años, cofundadora y símbolo de uno de los partidos hegemónicos del régimen del 78, presidenta durante ocho años de la Federación de Municipios y Provincias, Barberá terminó sus días apartada del partido en que militó durante 40 años y recluida en el Grupo Mixto del Senado, donde no era bienvenida por la mayoría de sus 16 compañeros. Su fallecimiento se ha producido cuando atravesaba el momento más difícil de su carrera.
La exregidora de Valencia fue elegida senadora por designación autonómica en julio de 2015, poco después de perder el bastón de mando de la ciudad. Al cabo de seis meses, estalló la operación Taula en torno al Grupo Popular del Ayuntamiento valenciano, caso que acabó con el Tribunal Supremo abriendo una investigación penal contra Barberá. Tal cosa se produjo el 12 de septiembre de este año y el PP reaccionó pidiéndole el acta. La senadora se negó, pues creía que hacer tal cosa implicaba asumir la culpabilidad, y prefirió abandonar su partido de toda la vida antes que salir de las Cortes por la puerta de atrás. Hasta el último momento defendió su inocencia.
Solo acudió a la primera reunión del Mixto, donde comprobó el rechazo que causaba en la mayoría de sus nuevos compañeros
Pasó en el Grupo Mixto dos meses y nueve días. Acudió a la primera reunión, entre una enorme expectación mediática y pidió conservar uno de los puestos de representatividad que tenía hasta entonces -en la Comisión Constitucional y en la de Economía-. Doce de sus 16 nuevos compañeros se lo negaron, recluyéndola en la portavocía adjunta de un órgano menor y con escasa actividad -la Comisión de Incompatibilidades-. Barberá renunció a sus complementos de sueldo y también anunció que no sería una molestia para su grupo, rechazando participar en el reparto de tiempo de las intervenciones. No volvió a ninguna reunión del Mixto.
El heterogéneo grupo -allí se integran parlamentarios de Ciudadanos, la antigua Convergencia, Foro Asturias, Compromís, EH Bildu, Nueva Canarias, Coalición Canaria o la Agrupación Socialista de La Gomera- continuó con su actividad como si Barberá no existiera. Se la encontraban por los pasillos o en los plenos, pero no había relación más allá del saludo.
"Una sorpresa dramática"
“Su muerte ha sido una sorpresa dramática, solo puedo expresar mis condolencias y decir que me queda la sensación reconfortante de haberla tratado siempre con dignidad y respeto”, declara en conversación con Vozpópuli Rosa Domínguez, senadora de Foro Asturias. Para ella, es un orgullo haber “respetado siempre respeté su derecho a la presunción de inocencia; la situación ahora es muy dura, pero me siento personal y humanamente muy satisfecha porque mantuve con ella un trato excelente, como una compañera más”. Domínguez fue una de las cuatro excepciones que en el Mixto defendieron que Barberá fuera portavoz de una comisión, “como reglamentariamente le correspondía”. Junto a ella se posesionaron dos parlamentarios de Ciudadanos y la representante de Nueva Canarias, Mª José López Santana.
“Teníamos constancia de que iba a venir al Pleno de ayer y nos extrañó que al final no apareciera, pero una nunca espera un desenlace así”, señala López Santana. Tras mostrar sus “condolencias a la familia y a los amigos” de Barberá, confirma que su papel en el Mixto era “testimonial”: “Decidió tener un protagonismo muy secundario, renunció a ser portavoz -en este grupo cada mes le toca a uno ejercer como cabeza visible-, a mantener cupos de intervenciones en pleno o en iniciativas.”
"Me queda la sensación reconfortante de haberla tratado siempre con dignidad y respeto", dice Rosa Domínguez, senadora de Foro Asturias
La senadora de Nueva Canarias añade que “sólo pidió una comisión y poder trabajar allí, que es lo que recoge el reglamento, a otros niveles prefirió no participar y de hecho solo fue a la primera reunión, donde había que hacer la reestructuración y lo facilitó todo lo que pudo”. Ese perfil bajo de Barberá hizo que apenas tuviera relación con sus nuevos compañeros: “No hubo mucha interacción, más allá de saludos, de encuentros casuales en el pasillo, de un ‘buenos días’ o un ‘buenas tardes’”.
La exalcaldesa de Valencia convivía en la Cámara alta con dos senadores de Compromís, el partido con el que mayor enfrentamiento político tuvo. Uno de ellos es Carles Mulet, que afirma haberse quedado “en estado de shock” con la noticia de su fallecimiento: “Ayer la echamos a faltar en el Pleno, fue rara su ausencia, desde aquí nuestro pésame y condolencias, que ya hemos hecho públicas”.
Los diputados de Compromís en el Congreso han participado en el minuto de silencio por Barberá, del que se han ausentado los miembros de Unidos Podemos por considerarlo “un homenaje político”. El partido valenciano se presentó en colación con Pablo Iglesias en las generales, pero no se integró en sus grupos parlamentarios. También los senadores han respetado el minuto de silencio en la Cámara alta, donde los senadores de Pablo Iglesias han entrado con el homenaje ya empezado. “Probablemente después de que alguien con un poco de cabeza se diera cuenta de que se trataba de una compañera de escaño”, dice al respecto Rosa Domínguez, de Foro Asturias.
Relación inexistente
Mulet no habla por boca de Podemos, pero se desmarca de “cierto espectáculo” que percibe desde el PP tras el fallecimiento, cree que es incoherente porque “han sido ellos quienes la han abandonado en este tramo final”. El senador de Compromís confirma que el trato con Barberá en el Mixto era prácticamente inexistente: “solo fue a la primera reunión, luego solo acudía al Pleno, no nos hemos dirigido la palabra ni en este ultimo mes en que yo ejercía como portavoz, no se puso en contacto conmigo en ningún momento”.
Compromís admite que se negó a que su nueva compañera tuviera una portavoz de comisión y que se le dio un puesto en Incompatibilidades, “el último que nos habíamos repartido”, porque el reglamento obliga a ello. “Vino a la primera reunión, dijo que renunciaba a su parte proporcional de asignación económica que le correspondía por ser del Mixto y también que le gustaría estar en una de las comisiones en las que ya estaba con el PP, Constitucional o Economía. Al negársele, se levantó, dijo que no quería estar en el debate y que ya le comunicaríamos la decisión”, añade Mulet.
El papel de Barberá estas nueve semanas ha sido similar al de Pedro Gómez de la Serna en la XI Legislatura en el Congreso. Apartado del PP por haber cobrado presuntamente comisiones ilegales, De la Serna pasó al Mixto sin reclamar turnos de intervención ni participar de la actividad parlamentaria al mismo nivel que sus compañeros de Compromís o Coalición Canaria (CC). Luego votaba en línea con el Grupo Popular y trataba de pasar desapercibido.
“En el Grupo Mixto no podemos hablar ninguno en nombre de todos porque aquí cada uno es de un partido diferente”, indica la senadora de CC, Mar del Pino Julios. “ A nivel personal, expresar una reacción de consternación y respeto a la familia, ha sido un fallecimiento sobrevenido y muy impactante”, continua. Julios también subraya que “poco contacto hemos podido tener con ella en este tiempo”. Barbero, acostumbrada a ser aclamada durante años por las calles de Valencia y a ser citada como referencia por los mandamases del PP, había pasado de esa popularidad desbordante a la practica clandestinidad política.
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