El malestar interno en el PP no ha conocido tregua ni en Semana Santa. Algunos dirigentes regionales han agitado las aguas turbulentas que agitan al partido desde el batacazo del 28-A. Unos reclaman moderación y templanza hasta las elecciones municipales. Otros señalan a Génova el camino a seguir. Todos están espantados ante la posibilidad de un nuevo tropiezo en las urnas, que sería mortal para el futuro de los populares.
Núñez Feijóo, por ejemplo, ha lanzado dos directos a la mandíbula de Casado desde el pasado domingo. El martes, antes de comenzar la reunión de la Ejecutiva Nacional, a la que no asistió, el líder gallego reclamó centralidad, olvidarse de guiños a Vox y 'ensanchar' el partido. Casado tomó nota y anunció su famoso 'giro al centro' tras el cónclave con su ejecutiva. Este jueves, durante la celebración del Dos de Mayo en Madrid, Feijóo volvió a la carga y, en esta ocasión, sus reproches fueron más personalizados contra Casado: "Error estratégico", "giros inadecuados". El líder gallego respondía así a las culpas que 'el actual equipo' cargaba sobre las espaldas de Rajoy para justificar la derrota del domingo.
Casado ha telefoneado a buena parte de sus lugartenientes regionales y ha recibido muestras de apoyo
Todos opinan, los barones no se callan. Le reclamaron a Casado que hiciera autocrítica y que modificara su estrategia. Así lo está haciendo, con la modulación de su discurso y tomando distancias con Vox. No hay unanimidad entre los dirigentes territoriales. Luis María Beamonde, de Aragón, arremetió en Onda Cero contra la foto de Colón. Biel Mesquida, Baleares, también sale sin el logo del partido en su campaña, como Xavier Albiol. José Antonio Monago, Extremadura, y Francisco Núñez, de Castilla la Mancha, secundan las tesis de Casado. Algunos han le hecho saber que no están de acuerdo con las críticas de Feijóo, tan insistentes: "Tenía que haberlo dicho en la Ejecutiva, que para eso está, y no lanzar sus venablos desde su parroquia a través de la prensa", comenta uno de los barones que se la juega el 26-M.
El miedo en Galicia
Casado ha telefoneado a buena parte de sus lugartenientes regionales y ha recibido muestras de apoyo. "Al menos hasta la cita con las urnas, luego ya se verá", dicen. Alguno le ha deslizado que no está de acuerdo con Feijóo, que respalda a Casado, que hay que respetar el resultado de las primarias, sea cual sea lo que salga de las próximas elecciones. Nada de gestoras con Ana Pastor al frente, subrayan.
Feijóo tiene miedo, está atemorizado a la vista del resultado del domingo en Galicia. Perdió casi cien mil votos, tres diputados, cuatro senadores, dos provincias y la mayoría de las grandes capitales. pretende recuperar poder territorial en las próximas elecciones. Teme un resultado adverso, de ahí sus desmarques de Génova y sus continuas correcciones a la estrategia de Casado.
Vox sigue siendo un elemento distorsionador para el PP ya que Juanma Moreno, presidente de la Junta andaluza, necesita sus votos para sacar adelante presupuestos
Casado intenta poner paz intramuros del partido. Ha trazado una nueva estrategia electoral, menos agresiva, y ha puesto el foco en empujar a Ciudadanos hacia el centroizquierda y en renegar radicalmente de Vox, lejos de los guiños de antaño. Vox sigue siendo un elemento distorsionador para el PP ya que Juanma Moreno, presidente de la Junta andaluza, necesita sus votos para sacar adelante presupuestos y otras medidas de gestión. También en Valencia y en Murcia se palpan la ropa antes de arremeter contra Abascal, pues necesitarán presumiblemente su respaldo para poder formar Gobierno.
El galimatías es considerable. Casado afronta el nuevo reto electoral con la moral baja, enormes dudas sobre la línea a seguir, y con un nuevo equipo de campaña, conducido por Tejerina y Gamarra, que intentará poner paños calientes entre los 'capitanes díscolos' de la formación.
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