Dirigentes regionales del PP, algunos de ellos candidatos en las elecciones autonómicas y municipales del próximo mayo, quieren ver cambios en Andalucía. Hablan con la dirección nacional, hacen sugerencias a Génova en las que plantean algunas inquietudes. La principal, que se note el cambio en Andalucía. "Necesitamos que se hagan gestos, firmes y rápidos, que se vea que si gobierna el PP es para algo, no sólo para cantar por bulerías", comenta un veterano dirigente aragonés.
Casado ha puesto al partido en clave preelectoral. Este mes desvelará los nombres de los cabezas en comunidades y ayuntamientos. "Ahora hay mucha tensión, la irrupción de Vox ha dado un vuelco en el panorama y no nos podemos andar con bromas", añaden en sectores muy influyentes del partido. "Todas las miradas están puestas en Andalucía, allí hemos resucitado y es preciso mantener esa línea el 24M", añaden.
"Cataluña y Andalucía, no hay otra cosa"
No solo en todo el partido se sigue con atención lo que ocurre en Andalucía. "Cataluña y Andalucía, no hay otra cosa", añaden. Cataluña seguirá ocupando el centro de los debates, pero los primeros pasos y decisiones del PP al frente de la Junta serán muy observados en toda España.
Juanma Moreno será presidente de la Junta andaluza en enero. Nadie duda de que las negociaciones con Ciudadanos culminarán las semana próxima, con el reparto de sillas de la mesa del Parlamento. Es una figura no demasiado conocida fuera de Andalucía y de determinados círculos en Madrid, ya que fue secretario de Estado cuando Ana Mato era ministra de Sanidad y uno de los apadrinados de Javier Arenas en el partido.
Infundios e intoxicaciones
Dada su condición de fiel alineado en el grupo de Soraya Sáenz de Santamaría, en Andalucía se le atribuye una imagen de político excesivamente 'diplomático', que evita los conflictos y escasamente partidario de entrar al choque. Sus años en la oposición se caracterizaron por momentos ríspidos pero, en general, por una actitud más contemporizadora con la Junta de lo que algunos desearían. "Se trata de infundios sin fundamento y sin base alguna, no lo conocen, las apariencias engañan", comentan en su entorno, donde destacar su contundencia durante la campaña.
"Si no se hubiera bajado Pablo Casado a Andalucía, nos habríamos quedado en 22 o 23 escaños (consiguieron 26) y a lo peor hasta nos habría pasado Ciudadanos", explica la mencionada fuente. El PP ha apostado por la solidez y la firmeza en las cuestiones centrales. Moreno es más dado a la sutileza, lo que para algunos es un mérito y para otros, ahora mismo, un problema.
La línea la ha dibujado perfectamente Casado, que centró la contienda en los asuntos más sensibles, en especial el golpe en Cataluña y la inmigración. Ahí no se puede ceder, recuerdan en Génova. Cierto que la imagen de Moreno no es la de un político férreo y rocoso, pero también hay gente en el PP que aconsejan habilidad y cintura. "Los que hablan así, seguro que no tienen que bajar al barro de unas elecciones a la vuelta de cuatro meses", concluyen estas fuentes.
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