En Ferraz hay una bomba con un temporizador. Hasta seis federaciones (Extremadura, Madrid, Castilla y León, Castilla La Mancha, Aragón y Asturias) presionan al líder para que convoque una reunión sobre el pacto fiscal. El trato que cerró Pedro Sánchez con ERC a cambio de la investidura en Cataluña del socialista Salvador Illa amaga con reventar la paz en el PSOE. Algunos barones lanzan, en conversación con este diario, un serio aviso a su secretario general: "Si hay rebelión será social... más de militantes y de cuadros", advierte uno de ellos.
Y ya empiezan a surgir las exigencias. La avalancha, adelantada por la Cadena Ser, la ha comenzado el secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, quien ha pedido a Sánchez que convoque el Consejo de Política Federal "para dialogar y definir" una postura conjunta sobre financiación autonómica. El dirigente extremeño ha explicado que Ferraz aún no ha remitido a las federaciones territoriales el documento oficial del acuerdo catalán.
En total, hasta ocho dirigentes territoriales han puesto en el grito en el cielo tras conocer los términos del acuerdo difundidos por ERC y aplaudidos por el presidente, quien los ve un paso para federalizar España. Los líderes en Galicia (José Ramón Gómez Besteiro), Extremadura (Miguel Ángel Gallardo) y, como no podía ser de otra manera, en Castilla-La Mancha (Emiliano García-Page) y en Aragón (Javier Lambán) son contrarios a la idea de primar Cataluña por encima del resto.
La misma línea está siguiendo el líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato; el de Castilla y León, Luis Tudanca, y el de Murcia, José Vélez. No obstante, los más belicosos son Page y Lambán, enfrentados abiertamente al líder del PSOE. Es más, la tensión entre Page y Sánchez está en máximos. El presidente tiró de ironía este miércoles para atacar al castellanomanchego por su hostilidad. Y Page ya ha gritado alto y claro que "hasta aquí" en busca de un movimiento de contestación interno.
La situación es tal que hasta el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, que es miembro de la Ejecutiva y supuestamente afín a Sánchez, elevó la voz para reclamar que el techo competencial y la capacidad de gestión y financiación de su comunidad sea igual que en Cataluña. "Si este acuerdo posibilita un Ejecutivo con Illa al frente me siento mucho más tranquilo y satisfecho. A partir de ahí, lo que pueda tener de incidencia directa o indirecta en Andalucía o en otros territorios concierne a otros socialistas que no vamos a permanecer callados".
No obstante, desde algunos sectores del socialismo español se advierte de que la brecha abierta en el resto del país por Pedro Sánchez con Cataluña tendrá consecuencias en toda España y en todo el PSOE: "Todo irá 'in crescendo'. Pero nada será precipitado". No habrá, por tanto, un golpe de barones. Pero sí un gota a gota que terminará abriendo el hueco por el que se colará un fuerte debate interno que las fuentes consultadas ya sitúan después del verano y que amenaza con revolver las aguas en otoño.
En efecto, la confirmación de que habrá una especie de cupo catalán similar al vasco y al navarro ha puesto en alerta roja a casi todas las federaciones socialistas. Todas se verían perjudicadas por este tratamiento "singular". Y cinco de ellas ya han mostrado su malestar públicamente. "Es una vergüenza", explican fuentes de una de ellas. Y es que no dan crédito a este nuevo movimiento de Sánchez de aceptar un concierto que había sido descartado por el Gobierno central. Pero los cambios de opinión son frecuentes en el inquilino de Moncloa, recuerdan sardónicamente en otra baronía socialista.
En verdad, Pedro Sánchez sigue sin dar detalles ni desgranar el contenido del pacto. Solo se ha detenido para calificarlo como "magnífico". Lo acordado, tal y como ha explicado ERC, supone un concierto económico para Cataluña y su salida del régimen fiscal común. "Efectivamente estamos dando un paso en la federalización de nuestro estado autonómico, eso es incuestionable", defendió el líder socialista en su balance de fin de curso.
El PSOE impulsó en su día dos declaraciones políticas en Granada y en Barcelona en las que el partido dejó por escrito su ímpetu de transformar el sistema autonómico en un modelo federal completo. Lo desconcertante es que ese fervor se ha diluido en los últimos años, ya que ni tan siquiera aparecía en sus programas electorales. El Gobierno no precisa cómo solucionará la ruptura de la igualdad fiscal que aparentemente implica el trato entre los republicanos y los socialistas catalanes.
El presidente es consciente de que los escándalos que le rodean -los casos que afectan a su mujer, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez- están avivando los pocos focos de contestación interna que subsisten en el PSOE. El último congreso federal, el 40, se celebró los días 15, 16 y 17 de octubre de 2021. Y los estatutos dejan claro que el siguiente se puede convocar entre el tercer y cuarto año desde el anterior. Por eso, algunas fuentes sitúan el gran cónclave socialista este otoño.
Los socialistas salieron del último congreso, en teoría, reunificados. La última gran renovación de Gobierno de Sánchez, en julio de 2021, sacó de la primera línea al gran enemigo íntimo de los socialistas, Iván Redondo, para situar como jefe de gabinete a Óscar López. Un movimiento que se vio como un giro hacia el PSOE para que Ferraz tuviera mando en el núcleo duro de Moncloa y para olvidar de una vez la ruptura traumática entre el 'sanchismo' y el viejo aparato socialista.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación