El independentismo más militante y combativo se encuentra indignado con los 'continuos engaños' de Carles Puigdemont, quien, desde la sesión en el Parlament en la que se aprobó la declaración de la independencia, no ha cumplido con nada de lo que supuestamente había prometido. Oficialmente, la CUP calificó la intervención del 'expresident' en Bruselas como "un acto de dignidad". Ente una parte de la militancia, la opinión es bien distinta.
Oriol Junqueras en Barcelona, defendiendo tímidamente la imagen del Govern, mientras Puigdemont se dio a la fuga, sin contar con nadie y sin apenas informar a casi nadie. Así resumen la situación en las bases del independentismo, que se consideran estafadas por la gestión del expresident de la Generalitat. "Ni independencia, ni república ni nada", señalan en estos círculos, defraudados por la sucesión de acontecimientos.
El sábado, en Gerona, el ya expresident se paseaba entre aplausos por la ciudad de la que fue alcalde. Sonreía y tomaba vinos con la parroquia. El domingo desapareció. El lunes emergió en Bruselas. Se deshizo en singulares explicaciones para justificar el fracaso de toda la 'operación procés' y asegurar que no se movería de Bélgica hasta que no obtuviera garantías por parte del Estado sobre la futura actuación de la Justicia. Este jueves está citado en la Audiencia Nacional junto a su Gobierno, imputado por presuntos delitos de rebelión y sedición.
El martirologio exigido
"Espero que defiendan la independencia como en su momento defendieron el 1-O", aseguró en su mensaje bruselense. "Otra vez recurre a nosotros para salvarle la cara", señalaban en fuentes de la CUP, muy irritadas con quien hasta ahora era un dirigente admirable. "Nos ha dejado colgados".
Tan sólo si se entrega a la Justicia y comparece en Madrid como víctima de la 'violencia del Estado', podría salvar la cara, comentan en estas fuentes. Su imagen esposado, y conducido por la policía, también sería un buen activo para su particular martirologio.
Dentro del separatismo hay quien justifica todos sus errores en base a lo difícil de la apuesta. "Luchar contra el Estado no era tarea fácil, y él al menos lo intentó"
No son unánimes las críticas contra Puigdemont. Dentro del separatismo hay quien justifica todos sus errores en base a lo difícil de la apuesta. "Luchar contra el Estado no era tarea fácil, y él al menos lo intentó", explican en ERC. Junqueras, sin embargo, le retiró el saludo, incluso casi llegaron a las manos en las largas horas de negociación de la convocatoria electoral.
Los partidos secesionistas estudian ahora la posibilidad de concurrir unidos ante el 1-O. PDeCAT, el partido de Puigemont, pretende reeditar su acuerdo con ERC de cara a las urnas. Incluiría también a la ANC y Òmnium, las entidades de la agitación, que postulan a 'los dos Jordis' para que entren en la lista electoral. No quieren que Puigdemont figure en ellas. Su tiempo ya pasó. "Nos prometió algo que no existía. No había república, era imposible", señalaba una dirigente de la ANC. Flota una enorme sensación de desencanto entre la militancia. "Han sido muchos contratiempos, hay espíritu de derrota. Esto no se aregla en dos días", añade.
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