Oficialmente, ni PSOE ni PNV van a reconocer que en la reunión de Pedro Sánchez con Andoni Ortúzar esta semana en Bilbao se vaya a abordar siquiera, pero es "un secreto a voces" que los nacionalistas están más que interesados en que la crisis del BBVA se salde con la llegada a la presidencia del banco de José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, admiten a Vozpópuli diversas fuentes socialistas.
"No hace falta que lo hablen, se sobreentiende de todo lo conversado hasta la fecha", reconoce una fuente, dando por supuesto que intentarán despistar con la inversión en la Y de alta velocidad ferroviaria que unirá las tres capitales con Madrid en 2023, o a la necesidad de bajar el precio de la luz para la poderosa industria electrointensiva vasca -siderurgia, principalmente-, para que pueda competir en igualdad de condiciones en Europa.
Al fin y al cabo, el BBVA no deja de ser una empresa privada y, aunque el Banco Central Europeo (BCE) se viera obligada a intervenirlo para acabar con la crisis reputacional causada por el escándalo Villarejo, y Sánchez tendría entonces mucho que decir sobre el hipotético sucesor de Carlos Torres, el propio BCE y los mercados no aceptarían "semejante intromisión" del poder político.
Podemos, el socio preferente del PSOE en la investidura de Sánchez, no quiere ni oír hablar de que Bankia deje de ser una entidad pública
Empresarialmente la operación también es compleja porque el mismo interés que tiene el PNV en que Goirigolzarri vuelva a casa -fue consejero delegado de 2001 a 2009- para que el poder económico vasco recupere su santo y seña desde el siglo XIX, primero como Banco Bilbao y Banco Vizcaya por separado y luego como BBVA, lo tiene Unidas Podemos en que Bankia siga siendo una entidad pública en el siglo XXI y ni se privatice ni se fusione con un tercero.
De hecho, antes de que estallara el escándalo Villarejo ya había muchos rumores y novias para Bankia. Pablo Iglesias llegó a insinuar en el Congreso que la entidad acabaría siendo absorbida por BBVA. El Sabadell también ha sido serio candidato. Su presidente, Josep Oliu, en un encuentro con periodistas dejó la puerta abierta a que este matrimonio sucediera. La operación tendría cierto sentido ya que ambos bancos son los que más perjudicados salen con la ausencia de subida de tipos.
El 'pez pequeño' se come al 'grande'
Además, en caso de que produzca, tendrá que producirse un pacto en las alturas de los accionistas de referencia de BBVA para admitir que en una fusión/absorción el presidente de la entidad menor, Goirigolzarri, acabe haciéndose con la presidencia del que pasaría a casi empatar por volumen de negocio con Banco Santander, por encima de los 600.000 millones de euros.
Lo único cierto es que para buena parte de los grandes apellidos bancarios e industriales vizcaínos la decisión de José María Aznar en 1996, recién ganadas sus primeras elecciones, de entregar el BBVA a Francisco González para desvasquizarlo y restarles poder a ellos y al PNV supuso una afrenta que no han perdonado.
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