Nacieron en Barcelona en 2006 con un objetivo claro: resolver los problemas reales de los ciudadanos. Su resultado en las primeras elecciones a las que se presentaron, tres diputados en las autonómicas catalanas de ese mismo año, auguraba cambios en la política española. Ciudadanos acababa de irrumpir y todo apuntaba a que iba a ser para quedarse.
El mejor momento del partido de Albert Rivera llegó en las elecciones generales del 28 de abril de 2019, cuando, con 57 diputados, lograron convertirse en la tercera fuerza en el Congreso de los Diputados por detrás de PSOE y PP, pero solo siete meses más tarde, en los comicios del 10 de noviembre, se derrumbaron hasta los 10 escaños, lo que provocó la dimisión de Rivera.
¿Cómo es el futuro de Ciudadanos?
Dentro de unos días, los próximos 14 y 15 de marzo, Ciudadanos celebra la Asamblea General de la que saldrá elegida la nueva dirección del partido. A la carrera por la presidencia concurren Inés Arrimadas, Francisco Igea, representante de los más críticos del partido, y Ximo Aparici, un militante valenciano desconocido que defiende la vuelta a los orígenes de la formación.
Por esto último pasa el futuro de Ciudadanos para uno de sus fundadores, Xavier Pericay. "Tiene que ser un partido útil, creíble y para eso tiene que tener un perfil de centro, liberal, y que no se confunda con los partidos colindantes", explica a preguntas de Vozpópuli. "Hay que recuperar algo que en los últimos tiempos se ha perdido, que es una personalidad propia y sobre todo un tipo de votante que veía en este proyecto político algo distinto a PP y PSOE", remarca. Para el exportavoz del partido en el Parlament balear, la opción de pactar únicamente con el PP no es una buena solución.
Pericay lamenta que tras la dimisión de Rivera no se abriese un debate en la formación. "Creo que eso fue un error y lo pagamos porque hay un descontento en las bases del partido y en gran parte de cargos", asegura.
Sobre la celebración de la Asamblea General, Pericay cree que "tiene toda la razón de ser" y aunque es consciente de que "es muy difícil que pueda prosperar" la enmienda a la totalidad de los estatutos presentada por Igea, defiende que si no se cambia la estructura del partido es probable que vuelva a suceder "lo que pasó el 10 de noviembre".
Boadella
Para el dramaturgo catalán Albert Boadella, otro de los fundadores de Ciudadanos, el futuro de la formación naranja está en tratar de hacer pactos "hacia un lado o hacia otro" y buscar alianzas entre los partidos sin colocarse "en los extremos". "Esta es la función de Ciudadanos y en cierta medida nació así, cuando nos juntamos un grupo de gente, muy heterogénea, muy transversal. Eso está en el ADN de este partido", afirma Boadella a este diario.
Boadella matiza que Ciudadanos debe plantearse que "no es un partido de mayorías". En su opinión, cuando obtuvieron 57 diputados el partido "estaba sobredimensionado". "Debe mantener este ámbito de un partido no muy amplio, seguramente más de los diputados que tiene, porque cuando un partido entra ya en un espectro de mayorías muy importantes rápidamente tiene que ceder parte de sus propios contenidos, y Ciudadanos tiene un electorado muy exigente con mucha facilidad en decepcionarse", añade.
El error "más grave" que cometió el partido, según apunta Boadella, fue de comunicación. "No supieron explicar bien por qué no querían pactar con Sánchez", afirma.
En relación a la Asamblea General y a la disputa del liderazgo de Ciudadanos, para el dramaturgo no hay dudas: todos los partidos necesitan una figura representativa y Arrimadas "cumple muy bien esta función". Considera que es positivo que exista debate siempre y cuando, tras el congreso, se mantengan "prietas las filas y no sigan las diferencias en los contenidos".
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