La única condición que Pedro Sánchez puso en sus numerosas conversaciones públicas y privadas con Mariano Rajoy para negociar la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña fue que le concediera una coartada que vender al votante socialista: una comisión de modernización del Estado Autonómico, la cual, tras seis meses de trabajo, dé paso a una ponencia de reforma de la Constitución de 1978.
Rajoy ha cumplido y este miércoles se va a poner en marcha una comisión en la que no cree. El problema no es que no crean él y el PP, el problema es que Albert Rivera y Ciudadanos rechazan su contenido aun cuando vayan a participar, y, sobre todo, que los partidos nacionalistas han decidido todos hacerle boicot tras la intervención de la Generalitat y el cese de Carles Puigdemont y su gobierno.
Así que el panorama no es muy halagüeño, pero Sánchez y los suyos no quieren esperar a que pase la tormenta catalana como les recomendó incluso el portavoz del PNV, Aitor Esteban, a quien los socialistas querían hacer presidente de la citada comisión para darla credibilidad.
Esteban lleva semanas advirtiendo que, si un debate de esas características resulta peliagudo en medio de cualquier campaña electoral "normal", con el drama catalán abierto en canal es de locos. El PDCat no quiere ni hablar de reformar el sistema autonómico con su "president en el exilio" (Puigdemont); y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Pablo Iglesias (Podemos) ni se lo plantean a corto plazo.
Tras el 'no' del PNV a participar y presidir la comisión, socialistas y populares han decidido tirar para adelante con José Enrique Serrano como presidente y muñidor de cualquier futura reforma constitucional
No obstante, Pedro Sánchez está muy necesitado de marcar la agenda y se ha negado a ampliar, más allá del día de hoy, el plazo para comenzar los trabajos de esa comisión de modernización del sistema autonómico. La va a presidir el veterano diputado socialista José Enrique Serrano, secretario general de la Presidencia del Gobierno tanto con Felipe González como con José Luis Rodríguez Zapatero, y verdadero muñidor de todos los pactos entre socialistas y populares durante los últimos años.
Junto a él, Sánchez ha colocado una persona de su máxima confianza, Sofía Hernanz, segunda socialista en una Mesa de cinco miembros en la que el PP se ha garantizado una mayoría de tres: la expresidenta del PP catalán Alicia Sánchez Camacho y los también diputados Susana López Ares y Jaime de Olano.
Se quiere un debate de altura alejado del "barro" que se está viviendo en Cataluña en estos momentos, en palabras a Vozpópuli de uno de sus miembros. El PSOE ha propuesto como temas de debate el Balance del modelo autonómico y la ordenación de las competencias entre las tres administraciones (central, autonómica y local) para disminuir la litigiosidad ante el Tribunal Constitucional (TC).
Además, y con vistas a la subsiguiente ponencia de reforma constitucional, se debatirá la conveniencia de incluir el nombre de las Comunidades Autónomas en la Carta Magna de 1978, se analizará la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, y la reforma del sistema de financiación autonómica.
Los socialistas proponen que los primeros comparecientes sean los tres 'padres' vivos de la Constitución de 1978: Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (UCD), José Pedro Pérez-Llorca (UCD) y Miquel Roca (Convergència). Dejan para más adelante las comparecencias de los 17 presidentes autonómicos
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