En una sesión del pleno del Congreso, celebrada el pasado martes 6 de febrero, se desató la polémica cuando ministros del Gobierno español ocuparon los escaños de diputados ausentes y emitieron votos en su nombre. Este incidente, que ha generado críticas y cuestionamientos sobre la integridad del proceso legislativo, ha puesto bajo escrutinio la disciplina y la ética dentro del parlamento español.
Minutos antes de la votación final en el pleno del Congreso, los ministros negociadores, María Jesús Montero y Félix Bolaños, junto al ministro de Transportes, Óscar Puente, ocuparon la bancada azul del hemiciclo. Ante la ausencia de la ministra Yolanda Díaz, Bolaños se sentó en su escaño mientras continuaba sus conversaciones con los independentistas.
El punto álgido llegó cuando Félix Bolaños, ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, permaneció en el escaño de Yolanda Díaz y procedió a votar en su lugar. Según consta en el acta de votaciones del Congreso, cada escaño es personal e intransferible, lo que convierte la acción de Bolaños en una "usurpación" del voto de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Este hecho resultó en un voto adicional para la coalición Sumar y uno menos para el PSOE.
Rectificación apresurada de Bolaños
Una vez detectado el error, Félix Bolaños se apresuró a corregirlo cambiando rápidamente de lugar y ocupando su asiento habitual. El PSOE, al percatarse del impacto negativo en sus votos, reaccionó velozmente para minimizar el daño y preservar su posición política en el Congreso.
El incidente con Félix Bolaños no fue el único error durante la sesión. La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, también se vio envuelta en una controversia al ocupar el escaño vacío de José Ramón Gómez Besteiro, candidato del PSOE a la Xunta de Galicia. Besteiro no asistió a la sesión debido a su participación en la campaña electoral gallega, lo que generó críticas hacia Narbona por su presencia en un escaño que no le correspondía.
Disculpas de Narbona
A diferencia del caso de Bolaños, la actuación de Cristina Narbona generó una carta de disculpas dirigida a la presidenta del Congreso, Francina Armengol. En la carta, Narbona reconoce su "equivocación" al ocupar el escaño de Besteiro y se disculpa por el error, asegurando que no volverá a repetirlo.
Estos incidentes han suscitado críticas tanto dentro como fuera del Congreso, con llamados a una mayor transparencia y responsabilidad por parte de los miembros del Gobierno y los partidos políticos. Se espera que se tomen medidas para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro y se restaure la confianza en el proceso legislativo español.
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