Nadie duda de que Mariano Rajoy, en su silencio imperturbable, masculla introducir alguna sorpresa en su nuevo Gabinete. Por ejemplo, incorporar a figuras jóvenes y no abrasadas por el ejercicio del cargo o por los escándalos. Han de tener capacidad de comunicación y de negociación, comentan los habituales. Será una Legislatura de diálogo, consenso, cesiones y bronca. Algunos de los actuales titulares saltarán por la borda y otros empiezan a sonar con insistencia. Pronósticos sin base o, quizás, con algún sentido de la orientación.
Habrá cambios importantes, vino a decir Jesús Posada, expresidente del Congreso y uno de los pocos dirigentes que ha osado pronunciarse en público sobre el futuro Gobierno de Rajoy. Dio luego por descontado que Dolores Cospedal entrará en el Gabinete. No entró en más detalles. A Posadas se le escucha porque conversa frecuentemente con el vértice de su formación.
El número de Podemos
Conocido de antemano el resultado de la primera votación de Investidura, y sin más sorpresas que la subreactuación de Podemos ante unas acusaciones de Rafael Hernando, en las filas populares circulaba este jueves con intensidad una incesante flujo de rumores y cábalas cobre la composición del nuevo Ejecutivo. Unanimidad en las opiniones: Nadie sabe nada. Rajoy no ha hablado con nadie. El actual candidato a la investidur ha centrado las últimas fechas en preparar sus intervenciones para el debate parlamentario. Tiene meridianamente claro algunos nombres, quizás todos, según comenta un veterano del partido. Pero no suelta prenda. Salvo quizás, alguna hermética consulta en privado. Huye de los riesgos de las filtraciones aunque le divierte escuchar las teorías que circulan por su formación.
Hay tres carteras para cubrir, ahora libres de titular y que no obligarían a importantes movimientos de equipos. Industria, Sanidad y Fomento quedaron libres, tras la salida, por razones diferentes, de José Manuel Soria, Alfonso Alonso y Ana Pastor. Ahí hay un hueco de posibilidad para que se mueva 'el banquillo' y entren en el terreno de juego los muchachos de la cantera.
Pablo Casado es uno de los cachorros que aparece en todas las quinielas. Su juventud, soltura con los medios, excelente relación con el resto de las fuerzas políticas y enorme anuencia en la interna de su partido le hacen el aspirante perfecto. Casado huye de los rumores y rechaza siempre cualquier aspiración. Hombre de Aznar, se ha ganado la confianza de Rajoy. Entró en la cúpula de Génova el verano de 2015 y ha trabajado a satisfacción tanto de su superiora inmediata, Dolores Cospedal, como de su responsable directo, Jorge Moragas.
José Luís Ayllón, actual secretario de Estado de la Cortes, barcelonés de origen zamorano, también ha ganado puntos. Se habla incluso de que podría crearse la cartera de Relaciones con las Cortes, dado el nuevo estilo del día a día que se impondrá a partir de ahora en el Congreso. Todo habrá de negociarse. Ayllón, ‘sorayo’ declarado, es un ‘fontanero’ tan eficaz que incluso se le menciona para ocuparse del Gabinete del presidente del Gobierno en el caso de que Jorge Moragas decida candidatearse para un ministerio. Alberto Nadal es el clásico por antonomasia. Otro hombre del equipo de la vicepresidenta. Ocupa la oficina económica de Moncloa y podría incorporarse a alguna función en este área. Fomento sería un buen destino e incluso Comercio y Turismo, si recobra entidad ministerial y se desgaja de Industria.
Pugna sorda en el área económica
El área económica del futuro gobierno es un terreno pantanoso, vidrioso y polémico. La pugna entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro es un clásico en Moncloa. La pugna está servida. Este pasado miércoles pudo haberse despejado alguna duda, de acuerdo con fuentes solventes. Rafael Hernando, el combativo portavoz del grupo parlamentario, protagonista de ríspidos episodios frente a formaciones rivales, como este jueves contra la formación morada de Pablo Iglesias “se ha ganado una cartera”, dicen algunos de los suyos. Los nuevos tiempos quizás precisen otro tipo de perfil al frente de la bancada popular.
Existe una corriente que impulsa a Javier Maroto, otro de los ‘cachorros’ de Génova, ahora diputado tras la salida de Alfonso Alonso rumbo al frente vasco. Maroto no goza de tantas simpatías entre los suyos como otros dirigentes de la formación. En el caso de que Moragas decida salir de su privilegiada atalaya junto al presidente, podría ser relevado por Alfonso de Senillosa, su actual mano derecha, empresario de éxito que saltó a la política quizás siguiendo los pasos de su tío, Antonio de Senillosa, fuera una de las figuras más relevantes del panorama catalán en los tiempos de la transición.
¿Una dama sorpresa?
Íñigo de la Serna, alcalde de Santander, ha entrado en los últimos días en los rumores. No es novedad. Su nombre ya ha aparecido en otras ocasiones. Ahora se ha encaramado en las quinielas en el penúltimo minuto. Habrá sorpresas, comentaba Posada. Incluso se comenta la incorporación de alguna mujer no adscrita al PP, independiente y con relevante trayectoria profesional. Todo un enigma.
Desde Moncloa se ha sugerido con insistencia a Ciudadanos la posibilidad de incorporarse al Ejecutivo. Se les ha ofrecido hasta tres carteras. Albert Rivera apenas lo ha contemplado como posible. Nada de ministros. Nada de gobierno de coalición si no entra también el PSOE, el sueño dorado de Rajoy. Quizás habrá gente de la formación naranja en puestos institucionales, alguno de ellos de relevancia.
Este domingo, una vez que el presidente elegido en la sesión de investidura haya tomado posesión en Zarzuela, en el caso de que se cumplan algunas previsiones, podría empezarse a desenredar la madeja.
La pugna entre las 'primeras damas', Soraya y Cospedal, es sin duda el combate que más atención acapara en el partido. Reparto de funciones y de cometidos. Lucha de poder. La gran pregunta es: ¿Habrá cambios en la portavocía del Gobierno? ¿Y quién llevará al CNI?.
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