Ningún político está libre de cometer errores dialécticos. Son muchas horas de ensayo, años de aprendizaje y un equipo de asesores siempre dispuesto para no fallar. Pero a veces la lengua patina y los medios de comunicación y las redes sociales transforman pequeños gazapos en virales.
El presidente del Gobierno en funciones ha arrancado la precampaña con una intensa presencia en los medios y actos públicos. Pedro Sánchez se ha enfundando el traje de candidato por unos días redoblando sus apariciones públicas ante unos sondeos que parecen frustrar las expectativas por la que los socialistas decidieron ir de nuevo a las urnas. Todo forma parte de la estrategia diseñada por el comité electoral del partido, que coordinan su jefe de Gabinete, Iván Redondo, y José Luis Ábalos. Pero la sobreexposición del candidato preocupa dentro del partido en estas semanas de precampaña donde ha cometido tres gazapos que muchos no han dejado pasar.
En su visita a Extremadura se refería al jamón ibérico como serrano, con el consiguiente revuelo entre los empresarios del sector. A comienzos de semana se le atravesaban las siglas de las nuevas tecnologías y no pudo contener la risa al no saber pronunciar la abreviatura de megabits por segundo (Mbps), la tasa de transferencia de datos más usada en comunicaciones. "¿Se va de campaña ahora?", le preguntaba la periodista Angels Barceló en la Cadena Ser. "Pues ahora voy a Huesca, luego estaré en Aragón...", respondió convencido.
¿Es sostenible una presencia tan intensa? ¿Qué riesgos entraña? "Pedro Sánchez está buscando defender una renta de expectativa que si no la defiende la puede perder", alerta el consultor Antoni Gutiérrez-Rubí. “Los gazapos son una anécdota. Lo que sí que puede pasar es que si los electores están en parte cansados y decepcionados, una sobreexposición puede que la alimente. Deben medir muy bien si esa sobreexposición les va bien o no les va tan bien”, añade.
A priori, el plan trazado por el gurú comunicativo de Moncloa pasa por que Sánchez se quite la camiseta de candidato durante las próximas semanas y se vuelva a enfundar el traje presidencial. Todo en un momento donde previsiblemente llegará la sentencia del Tribunal Supremo sobre los líderes del proceso independentista catalán y cuando se produzca la exhumación de Franco.
Con hipereexposición mediática desplegada hasta ahora, "Sánchez trata de apelar a dos grupos: los votantes de izquierda menos politizados para hacerles ver la necesidad de movilizarse para que haya gobierno y, como intento de robarle una pequeña cantidad de votos a Ciudadanos, importante en términos sustantivos", analiza el politólogo del CSIC Pepe Martínez-Albertos.
"Dentro del votante socialista vemos una parte importante de votante que dan un peso y una responsabilidad a Pedro Sánchez y al partido de por qué no ha habido un gobierno", añade.
En las antípodas del jefe del Ejecutivo en funciones se sitúa el líder del Partido Popular, Pablo Casado. "La visibilidad de los candidatos está asociada a la estrategia. En el caso de Casado ya saben que menos es más. No necesitan más exposición para consolidar su voto y para crecer en voto moderado y voto frontera. Incluso, con menos exposición, crecen más", concluye.
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