La campaña por la sucesión de Mariano Rajoy como presidente del Partido Popular ha comenzado este sábado con un verdadera ola de fuego cruzado entre los seis candidatos ya oficiales.
La exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, comenzó su campaña en Cataluña y fue una de las más incisivas. Incidiendo en que ella es la única que pondrá al partido por delante y también, la única capaz de garantizar que "Cataluña seguirá dentro de España". "Me hubiera gustado aplicar el 155 un poco antes y que TV3 hubiera sido intervenida", dijo, dejando un 'recado' a la entonces responsable de las relaciones de Moncloa con Cataluña y ahora contrincante de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría.
La exvicepresidenta, por su parte, 'minimizó' a los rivales y, volvió a insistir en que es la única candidata capaz de plantar cara al PSOE en las generales. "Me presento porque creo que puedo ganarle las elecciones a Sánchez", ha dicho en su acto en Málaga.
Mientras tanto, Pablo Casado dio el pistoletazo junto al 'neutro' Feijoo en Galicia y dejó entrever el juego sucio que se avecina. "No existen las casualidades en la vida", ha dicho sobe Casado, asegurando que no permitirá que lo que considera "informaciones interesadas" sobre su máster le aparten "de su camino".
Los candidatos contrarios a la 'cúpula'
El exministro de Relaciones Exteriores, José Manuel García Margallo, por su parte, ha pedido un PP menos centrado en las decisiones de la actual 'cúpula' y se ha desmarcado de Santamaría, Cospedal y Casado, ubicándolos como los candidatos del 'aparato'. "Yo nunca he tenido poder orgánico (en referencia a la secretaria general, Cospedal), ni acceso a la Administración periférica, como la vicepresidenta, y Casado tenía despacho antes de ayer en Génova y también el aparato de NNGG", ha resumido el exministro, a quien, de todos modos, estas cuestiones no le preocupan.
Más concretos y 'estruendosos' en sus propuestas han sido los dos candidatos menos 'conocidos', como el concejal valenciano Elio Cabanes, que ha avanzado, entre otras medidas, que pondrá en marcha una oficina contra la corrupción en el partido. "Es el momento de renovar al PP", ha asegurado.
Situándose en el 'ala' más conservadora se presentó en suma el diputado por Ávila, José Ramón García Hernández, que pidió a los medios "no hablar de favoritos". "Se acabó el lenguaje autonómica correcto", afirmó además, lanzando ya una de sus "propuestas estrella: una ley orgánica para regular el deber de conocer el castellano y el derecho a usarlo".
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