PP y Vox se sientan este martes a negociar la investidura para desalojar a Susana Díaz de la presidencia andaluza. El ambiente previo es tenso. Este lunes se filtró una parte de la composición del futuro Gobierno. El PP atribuye la 'jugada' a Ciudadanos, que pretende alejar a Vox del 'pacto a dos' andaluz. En las filas de la formación de Santiago Abascal se mantiene una actitud de enorme firmeza que podría derivar en alguna sesión de investidura fallida.
Teodoro García Egea, secretario general de los populares, y Javier Ortega, número dos de Vox, han preparado telefónicamente el encuentro. Se prevén momentos tensos. "Hay riesgo de que el socialismo se perpetúe", advierte García Egea para meterle presión a Vox, cuyos doce escaños son clave para la designación del nuevo presidente andaluz.
El PP logró aplacar, primero, al partido de Abascal y su empeño en dinamitar la Ley de violencia de género. Ahora, a tan sólo dos días de que arranque la ronda de conversaciones de la presidenta del Parlamento para fijar la sesión de investidura, los populares pretenden poner a Vox contra las cuerdas de sus contradicciones. "Reclaman primero la derogación de la norma y luego, al darse cuenta de que es jurídicamente imposible, exigen simplemente algunas mejoras", ha reprochado García Egea a Vox, que pasó del rechazo frontal a la ley como condición inamovible para investir a Moreno Bonilla, a aceptar luego las modificaciones que sugiere Pablo Casado, sobre la protección en todo el ámbito familiar, niños, ancianos y varones incluidos.
Las tres condiciones de Vox
El PP mete presión, el tiempo se acaba. "Si después de 36 años no nos ponemos de acuerdo, pasará factura", decía este lunes García Egea. "Hay quien parece darle alas al socialismo", añadía. Todos saben que se dirige a Vox y a Ciudadanos. Los populares le plantean a Vox tres condiciones para evitar el choque y darle curso al acuerdo. No habrá reformas en el pacto con Ciudadanos; todas las mejoras y modificaciones que reclama Abascal se abordarán una vez se ponga en marcha la legislatura, y, finalmente, la reunión con Ciudadanos no puede ser cuestión ineludible para alcanzar un acuerdo.
El partido de Albert Rivera se niega a cambiar ni una coma a su pacto de 90 medidas con el PP. "Es un acuerdo serio y no vamos a cambiarlo", decía José Manuel Villegas, número dos del partido naranja. Tampoco acepta aparecer en la mesa junto al representante de Vox. No quiere fotos. Ya se hicieron un 'robado' durante las negociaciones para formar la Mesa del Parlamento. Ahora, ni eso. Rivera pretende aparecer muy lejos de Vox. Piensa que, electoralmente, le penaliza y le contamina. De ahí el revuelo producido por la filtración del reparto de sillas en el futuro Gobierno. Un intento de los naranja de plasma claramente que el diálogo es cosa de dos, según denuncian lo populares.
El cordón sanitario
El PP está intentando que, al menos, algún representante del partido de Rivera se sume a la mesa. Tampoco se va a dejar la vida en ello. "Nadie que quiera retirar a Susana Díaz de la Junta se puede negar a apoyar el gobierno del cambio", decía el portavoz del PP, en el tono admonitorio que ha adoptado su partido estas últimas horas. Vox, al tiempo, también ha modulado su órdago, aunque algunos de sus portavoces insisten en que no darán por ahora su brazo a torcer.
Abascal está indignado con el 'cordón sanitario' que plantea Cs desde la noche electoral. "Hay que respetar a los 400.000 andaluces que nos dieron el voto. Y si hay que ir de nuevo a elecciones, se vuelve", amenazaba Ortega en declaraciones periodísticas. De ahí que se planteen claramente que no habrá investidura a la primer ay que las negociaciones previas pueden extenderse un par de meses.
Pocos dudan de que finalmente se superen las actuales turbulencias y se alcance el acuerdo. PP y Ciudadanos ya tienen cerrada la estructura del Gobierno, según se deslizó desde la formación naranja. Moreno Bonilla, presidente. Juan Marín, vicepresidente y cinco carteras para cada partido. Hacienda para el PP y Economía para Ciudadanos, tal y como publicó Vozpópuli. "Sería impensable que no nos pongamos de acuerdo para acabar con el régimen de corrupción en Andalucía", aseguran desde el PP. García Egea oficia de mediador y de componedor. "No tengo problemas en sentarme a hablar con Vox, algunos sin embargo prefieren sentarse con Otegi o con Torra".
El lío entre "las tres derechas"
Este día 10, la presidenta de la Cámara celebrará la ronda negociadora para designar candidato a la investidura. La proclamación del jefe de Gobierno se celebrará, posiblemente, el día 16. Ya no hay demasiado tiempo para la polémica y las discusiones. El reloj avanza y Susana Díaz contempla con satisfacción este lío "entre las tres derechas".
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