PP y Ciudadanos celebran este jueves en Murcia la reunión definitiva para abordar la crisis abierta desde la citación como investigado del presidente regional, Pedro Antonio Sánchez, en el caso Auditorio. Delegaciones de ambos partidos intercambiarán frente a frente sus posturas: los populares creen que Sánchez solo debe retirarse si se le abre juicio oral; los naranjas, claves para la gobernabilidad, exigen su dimisión inmediata. El choque de pareceres puede acabar en moción de censura o, más probablemente, en la convocatoria de elecciones anticipadas. Ciudadanos no teme este último escenario. De hecho, cree que saldría reforzado de una nueva cita con las urnas.
“Tiene que irse”, es la respuesta que da, en público y en privado, la formación de Albert Rivera cada vez que se le interpela por esta cuestión. No deja espacio a la continuidad del presidente porque “está siendo investigado por delitos de corrupción política” y el pacto de investidura que PP y Cs firmaron allí es claro: cuando eso ocurra, el cargo público en cuestión debe marcharse. A ello se comprometió también públicamente el propio Sánchez e idéntica cláusula aparece en la Ley de Transparencia autonómica. Por todo ello, remarcan los de Rivera, “tiene que irse”.
Una maniobra que tendría que ejecutar antes de que la oposición lanzara una hipotética moción de censura que PSOE y Podemos quieren presentar sin dilación y que Cs todavía no ha contemplado públicamente. Si Sánchez se adelanta con la disolución de la Asamblea -el mecanismo establecido es aprobar un decreto “previa deliberación del Consejo de Gobierno”-, la formación naranja se dice preparada: “Si nos obliga a ir a nuevas elecciones para atornillarse a su puesto, iremos”.
El barón del PP se niega a irse antes de que se le abra juicio oral, aunque se dice dispuesto a hablar "de todo" en la reunión que este jueves mantiene con Cs
Además, Cs tampoco cree que el barón vaya a quedar eximido de toda sospecha a corto plazo, como defiende el PP. Sánchez declarará el lunes en el Tribunal Superior de Justicia de Murcia “y no pasará nada más que eso”, opinan desde la dirección naranja. Las fuentes consultadas estiman que no habrá un nuevo auto judicial inmediato ni mucho menos para enterrar las acusaciones contra el presidente. "Creemos que el siguiente paso tardará en llegar" y, cuando lo haga, "puede traer peores noticias" para el aludido. De modo que están seguros de que la sombra de la corrupción seguirá largo tiempo sobre el dirigente popular, que para liberarse de las presiones podría optar por pulsar el 'botón nuclear' de las elecciones.
Un sistema más proporcional
En este punto, Ciudadanos realiza dos comentarios adicionales. Uno, que los comicios los carga el diablo y en un escenario como el actual puede salir la jugada al revés de como la espera el impulsor; y dos, que se aplicaría la nueva ley electoral, alumbrada en 2015 por impulso precisamente de la formación naranja. Esa reforma eliminó el sistema de varias circunscripciones -había cinco, que designaban 21, 11, 7, 4 y 2 escaños, respectivamente- para implantar la elección de los 45 diputados autonómicos en circunscripción única. Igualmente, rebajó del 5% al 3% el número de votos mínimos a sacar para entrar en el reparto de actas -la conocida como 'barrera electoral'-.
El sistema anterior beneficiaba a los partidos más votados, penalizando a los minoritarios. Estos tenían muy difícil competir por escaños en las circunscripciones más pequeñas y, de hecho, tanto Cs como Podemos se quedaron a cero en 2015 en las que elegían 4 y 2 diputados. Se los repartieron a partes iguales PP y PSOE. Los de Rivera, además, se quedaron en blanco en la tercera también. En las otras, en cambio, el resultado fue más equilibrado. Más de 14.000 votos naranjas (de un total de 79.000) se fueron directamente a la basura entonces y ahora entrarían en el cómputo global.
El sistema electoral hizo que el 18% de los votos que obtuvo el partido naranja en las autonómicas murcianas de 2015 no valieran para nada
El partido naranja obtuvo en las autonómicas murcianas de 2015 el 12’5% de las papeletas, pero solo le valieron 4 escaños, menos del 9% del total. El PP, en cambio, sacó el 37’4% de los votos y copó el 49% de los puestos (22). Esas diferencias se atenuarían mucho con el nuevo sistema, más proporcional. Además, Rivera mejoró sus resultados en esta región en las elecciones generales para situarse en niveles del 17'7% (20-D) y el 15'7% (26-J). Datos que llevan a Ciudadanos a estimar que podría obtener un grupo parlamentario bastante más grande -entre 6 y 8 escaños- si hay comicios en primavera. Y que los populares tendrían muy difícil alcanzar la absoluta, aunque también han cotizado al alza en las generales.
De materializarse ese supuesto, la situación a efectos de gobernabilidad sería en abril-mayo la misma de ahora, pero con los de Rivera sosteniendo la sartén por el mango: exigirían la retirada del candidato popular para empezar a negociar la investidura. “Si [Pedro Antonio Sánchez] sigue imputado, con nosotros que no cuente”, adelantan. Y así será, aseguran, porque el caso Auditorio tiene pinta de “alargarse” en lo que concierne al presidente del PP. Por eso siguen insistiendo en que la mejor opción es que dimita ya, que por otra parte es “lo que se comprometió a hacer y a lo que obliga la Ley de Transparencia” de esta comunidad.
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