Objetivo: integrar a Podemos. Ciudadanos quiere que esta legislatura se abra paso una reforma constitucional, pero priorizará que salga adelante por consenso a que se realice a cualquier precio. De ahí que vaya a plantear cambios "mínimos" como punto de partida del debate, propuestas que difícilmente despierten el rechazo de nadie y que busquen adecuar la norma fundamental "al siglo XXI", explican fuentes de la dirección naranja. Será en las próximas semanas cuando se ejecute la iniciativa, al reclamar una mesa de trabajo multipartita para comenzar a explorar modificaciones en la Carta Magna.
“Tenemos que ser valientes y decir ‘sí’ a la modernización y actualización de la Constitución y ‘no’ a la ruptura del marco de convivencia”, manifestó su líder, Albert Rivera, este martes en el Congreso. Acto seguido, advirtió de que un proceso así no puede abordarse con la meta de “contentar” a los separatistas y adelantó que será inviable “sin un amplio consenso”.
Fuentes de su Ejecutiva confirmaron posteriormente que pretenden sumar a Podemos en la operación -una vez vencidas las reticencias del PP- porque “no sería bueno para el país" cambiar la norma fundamental al margen de una fuerza con “más de cinco millones de votos” detrás. PP, PSOE y C’s superan los dos tercios de los escaños en el Congreso y podrían aprobar por sí mismos cualquier cambio, pero Rivera prefiere que Pablo Iglesias participe del posible acuerdo. “Estoy convencido de que hay espacio de consenso”, aseveró ayer.
Para facilitarlo, el partido naranja impulsará una mesa de diálogo en los primeros meses de 2017. Al tiempo que promueve una reforma exprés de la Carta Magna para eliminar los aforamientos políticos -que puede ejercer de catalizador de un acuerdo mayor-, intentará que las principales fuerzas parlamentarias se sienten para intercambiar postulados, escuchar a expertos y tratar de delimitar un espacio de confluencia que busque actualizar el texto constitucional.
El partido naranja cree que puede fraguarse un gran pacto tomando como base el informe del Consejo de Estado de 2006
Las fuentes citadas indican que la base podría ser “el informe del Consejo de Estado de 2006” y “algunas modificaciones concretas más”, aparcando los asuntos donde las posturas están más lejanas. Ese informe del máximo órgano consultor defiende suprimir la supremacía del varón sobre la mujer en la sucesión al trono, incluir en la Carta Magna los nombres de las autonomías y la “percepción” del proceso de convergencia europea y reformar el Senado. Rivera cree que los cuatro grandes partidos pueden ponerse de acuerdo en torno a esas materias, sin perjuicio de hablar de otros cambios y añadir ulteriores modificaciones.
Reforma electoral
Ciudadanos, por ejemplo, defendería un sistema electoral donde la circunscripción no sea la provincia, una completa despolitización del Poder Judicial o el blindaje de determinadas competencias de ámbito estatal. Lo mismo tendría que hacer el resto: volcar sus propuestas, cruzar documentos y detectar los puntos que se comparten o donde podría llegarse a un acuerdo. Prescindirán de líneas rojas “en aras del entendimiento”, buscando “qué tenemos en común en lugar de qué nos separa”.
En este sentido, aclaran desde C's, estarían dispuestos a que la reforma electoral o la judicial se abordaran exclusivamente en el ámbito de las leyes orgánicas, sin tocar preceptos constitucionales. Igualmente, creen que la limitación de mandatos del jefe del Ejecutivo -pactada con Rajoy- puede recogerse en la Ley del Gobierno, sin tocar la norma fundamental. “Esperamos por parte del resto la misma actitud constructiva”.
A su juicio, los aspectos pendientes de modernización son lo suficientemente importantes como para que todos se sumen, incluido un Podemos que aparece lejos de cualquier pacto de Estado. C’s cree que hay margen para que Iglesias acepte el debate “de mínimos” que se planteará y admite que no contempla seguir adelante si no se da esta circunstancia. No solo porque implicaría prescindir de un nicho importante de la sociedad -que sí se sumó al consenso del 78-, sino porque el partido morado tendría en su mano la posibilidad de forzar un referéndum sobre cualquier cambio y dibujar ante el mismo un escenario de polarización similar al vivido recientemente en otras democracias occidentales.
La firma de 35 diputados (10% de la Cámara) sería suficiente para convocar el plebiscito. Sin acuerdo previo, el bloque constitucionalista se enfrentaría al rupturismo de Podemos en las urnas, muy probablemente desvirtuando el debate sobre la reforma constitucional. Algo que PP, PSOE y C’s quieren evitar.
Los de Rivera admiten que será imposible la reforma si Podemos se enroca en torno al derecho a decidir
"Tenemos que ser capaces de llevar el debate de la Constitución a la calle”, avisó Iglesias este martes. Y adelantó sus prioridades ante la posible reforma: "Hay que cambiar el sistema electoral para hacerlo más proporcional”, reforzar la lucha “contra la corrupción” y “reconocer un país plurinacional”. Ante este panorama, Rajoy pidió zanjar “claramente” qué se quiere modificar antes de abrir el melón porque una iniciativa así no puede tomarse, a su juicio, sin “conocer el principio y también el final” de lo que se quiere cambiar.
Tal cometido sería el de la mesa de trabajo que C’s quiere conformar próximamente, como prólogo a la ponencia que en el Congreso se encargaría de acercar posturas entre partidos. “Si Podemos se enroca con la autodeterminación y los referéndums de independencia, no podrá negociarse nada; pero si todos abandonamos las propuestas que para otros son inaceptables, puede alcanzarse un gran acuerdo”, resumen desde la Ejecutiva de Rivera.
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