El Parlamento Europeo ha estado cerca de comenzar el año 2017 albergando un movimiento muy importante en su seno. El Grupo de los Liberales y Demócratas (ALDE), el cuarto más numeroso (68 diputados) en esta Cámara de 751 escaños, ha debatido asociarse con los populistas italianos del Movimiento 5 Estrellas (M5S), partido lanzado por el cómico Beppe Grillo en 2009 para enfrentarse al establishment. Sus 17 parlamentarios habrían engordado la bancada de ALDE hasta los 85 miembros, superando al grupo de los Conservadores y Reformistas (74) y dejando a su presidente, el belga Guy Verhofstadt, mejor posicionado para luchar por la presidencia del Parlamento la semana que viene. Esa batalla para elegir al sucesor de Martin Schulz se dirimirá el próximo martes y Verhofstadt aspira a triunfar como tercera vía en medio de la pugna que mantienen populares y socialdemócratas.
El político belga ha sido precisamente el principal patrocinador de la alianza ALDE-Grillo, una operación en la que le apoyó Ciudadanos… mientras fue viable. La formación de Albert Rivera aporta dos parlamentarios al grupo (Javier Nart y Carolina Punset), además de ocupar una vicepresidencia del partido (Luis Garicano). Tal y como informan fuentes parlamentarias a Vozpópuli, C’s transmitió su apoyo a unirse a Grillo siempre que tal cosa se hiciera dejando por escrito que el M5S aparcaba el euroescepticismo y asumía las grandes líneas programáticas de ALDE. El que fuera un partido populista, anti-establishment, nacido para combatir el statu quo y que propugna la salida de Italia del euro se consideraba un obstáculo salvable.
Y es que creían que tal corpus ideológico quedaba neutralizado firmando las condiciones mencionadas. "Vamos a verlo; ahora, si está Convergència en ALDE sería muy raro que no pudiera estar 5 Estrellas", declaró en RNE Juan Carlos Girauta, portavoz naranja en el Congreso. Ningún otro dirigente fue tan explícito en público. Tampoco un Rivera que despachó el asunto sin dar mayores concreciones al ser preguntado por ello en rueda de prensa. Pero el partido apostaba por la alianza condicionada con el M5S.
Esto fue así hasta la tarde del lunes, cuando los liberaldemócratas se reunieron para tratar un asunto que hasta entonces habían negociado taimadamente Verhofstadt y dos vicepresidentes de ALDE facultados por él para tal empresa, según ha podido saber este diario. El bureau, órgano que reúne a los jefes de delegación de los partidos que componen ALDE, decidió no recomendar la unión con Grillo y de ese modo dejarlo fuera del orden del día de la reunión que el grupo al completo celebra este martes. El nivel de contestación fue tan alto que se acordó no seguir adelante con la discusión. No tenía sentido.
En principio, iba a ser hoy cuando ALDE votara si aceptaba o no la maniobra, ampliamente respaldada por las bases del Movimiento 5 Estrellas el domingo. Si dos tercios de los 68 diputados liberales daban el 'sí', la alianza se abriría paso. Una mayoría inalcanzable visto lo visto en el bureau y tras lo declarado por distintos miembros de ALDE a lo largo del lunes. Parlamentarios franceses, suecos, finlandeses o daneses lo rechazaban de plano, llegando a amenazar en algún caso con la escisión si la operación se confirmaba.
Ocho españoles implicados
Los representantes españoles -un total de ocho: dos de Ciudadanos, uno de PNV, PDECat y UPYD y tres independientes- mantuvieron un perfil bajo, si bien varios de ellos mostraron sus recelos sobre la alianza al ser preguntados por Vozpópuli. Oficialmente, los de Rivera pedían esperar a que ALDE debatiera el tema, aunque estaban en línea con Verhofstadt, explicaron diversas fuentes del grupo.
Cuando vieron que se quedaban en minoría y que Grillo aumentaba las condiciones para unirse a ellos, viraron su postura. “No se dan las circunstancias para una integración plena; queda abierta la puerta a colaborar o a votar juntos determinadas propuestas a lo largo de la legislatura, pero rechazamos su entrada en el grupo”, informaban desde el partido de Rivera al concluir la cita del bureau. Y mencionaban la política medioambiental o la de regeneración democrática como espacios de encuentro, aunque “los puntos en común no son suficientes” como para ejecutar la alianza que impulsaban Grillo y Verhofstadt.
El político belga, que fue presidente de su país entre 1999 y 2008, mantiene una buena relación con el partido de Rivera. De hecho, el líder de C's lo tiene como uno de sus referentes europeos y de él recibió un importante espaldarazo en la precampaña de las generales de 2015: Verhofstadt viajó a Madrid para apadrinarle en un acto diseñado por su equipo para exhibir músculo internacional. Unas semanas después, le arroparía también en el mitin de cierre de campaña.
El vínculo se ha estrechado desde entonces, ha dado algún rédito más para Ciudadanos como la promoción de Garicano en Bruselas, pero ha encallado al intentar una compleja y arriesgada alianza con el populismo italiano para mejorar las posibilidades de Verhofstadt en su nuevo reto, que también es en parte el de Rivera: conquistar la presidencia del Parlamento Europeo y demostrar que el reformismo liberaldemócrata que C's consagrará en breve en su ideario está en auge.
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