Política

Ciudadanos aparca el debate interno sobre el 'no' a Sánchez hasta después del 10-N

Garicano e Igea tuvieron la oportunidad de hablar en la Ejecutiva nacional sobre la estrategia política con el líder del PSOE y una eventual abstención naranja tras los comicios, pero prefirieron guardar silencio. La dirección mantiene ahora como única opción entrar en un Gobierno de la mano del PP

El pasado lunes fue la primera ocasión en la que la Ejecutiva nacional de Ciudadanos se reunía desde julio, tras su ampliación a 50 miembros para dar cabida a un buen número de los fichajes electorales de Albert Rivera y, de paso, diluir el peso de las voces críticas que en junio habían puesto en cuestión el 'no es no' a Pedro Sánchez.

De aquel conato de rebelión interna sólo quedan en la Ejecutiva naranja Luis Garicano y Francisco Igea, pero ambos han recogido velas para volcarse en sus respectivos puestos oficiales: el primero como jefe de la delegación de Cs en el Parlamento Europeo, y el segundo como vicepresidente de la Junta de Castilla y León gracias al Gobierno de coalición entre populares y naranjas.

El orden del día de la reunión convocada por Rivera se centró en dos puntos: la aprobación de las listas electorales para el 10-N y la presentación de una moción de censura en Cataluña contra Quim Torra. Y nadie se salió del guión previsto, aunque el apartado de ruegos y preguntas daba pie a que algún miembro de la Ejecutiva levantase la mano, sobre todo después de que en septiembre el partido plantease a Sánchez una abstención condicionada para evitar la repetición de elecciones.

Garicano, por videoconferencia

Al final, Garicano e Igea evitaron entrar en este espinoso asunto, según fuentes de la Ejecutiva consultadas por Vozpópuli. El primero, además, no estuvo físicamente en la reunión sino que participó desde Bruselas por videoconferencia. En una ocasión pidió la palabra, pero fue para avalar el paso dado en Cataluña contra Torra. Igea, por su parte, prefirió guardar silencio y no habló durante el cónclave.

Las citadas fuentes dan por sentado que el partido aparcará el debate sobre Sánchez hasta después del 10-N y una vez se conozca cómo queda la aritmética de los escaños. Rivera es consciente de que en la campaña le caerán preguntas sobre su eventual abstención a Sánchez, pero el líder naranja se defenderá con la única opción que Ciudadanos tiene ahora sobre la mesa: la negociación de un acuerdo de Gobierno con el PP si los números dan para ello.

Rivera, en todo caso, mantiene la mano tendida a Sánchez para celebrar "una reunión de Estado", diferente de lo que puede ser una reunión entre los líderes del PSOE y su partido, para hablar de la defensa de la Constitución en Cataluña. "Aquí no hay siglas, señor Sánchez, no se equivoque. No haga cálculos, que nos salen mal a los españoles", le espetó en la reunión de ayer con los diputados catalanes de Cs.

Pese al tono, Rivera mantuvo un discurso más conciliador con el presidente del Gobierno en funciones que en los meses previos. "Esa reunión que le pido a Sánchez es lo que nos piden la mayoría de los españoles. Y no distingo entre votantes ni entre ideologías. Creo que es una necesidad de Estado y creo que hay que hacerlo así", afirmó antes de advertir a sus compañeros de Cs en Cataluña que tiene la "obligación" de buscar "las cosas que me unen con el señor Sánchez"... aunque sean pocas en estos momentos.

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