El llamado 'pacto de las flores' que cristalizó el pasado jueves en Santa Cruz de Tenerife entre PSOE, Podemos, Nueva Canarias y la Agrupación Socialista Gomera (ASG) ha supuesto un durísimo revés para Coalición Canaria (CC) y el colofón a una semana negra en la que ha perdido sus principales feudos: el día 15, los ayuntamientos de Tenerife y La Laguna, donde gobernaba desde hace 40 y 26 años respectivamente; y el pasado jueves, el Gobierno autonómico en el que estaba desde 1993.
A CC sólo le queda el cabildo de la isla de Tenerife, pero aún así se expone a una moción de censura en las próximas semanas, así que la fuerza hegemónica del archipiélago en las últimas décadas se arriesga a quedar sólo al frente localidades de pequeño y mediano tamaño.
Para Coalición Canaria empieza la travesía del desierto. Y, además, de golpe y porrazo ya que tenía opciones de mantener el poder tanto en el Ejecutivo regional como en las citadas ciudades de Tenerife y La Laguna, pero las negociaciones se truncaron en varios momentos claves hasta el portazo final de ASG a las aspiraciones del bloque del centro-derecha para seguir gobernando las islas.
El aviso de Tenerife
En Santa Cruz de Tenerife, por ejemplo, las negociaciones para formar el Gobierno autonómico condicionaron los pactos municipales. En esta ciudad ganó Coalición Canaria (10) el 26-M, con PSOE en segundo lugar (9), y ambos necesitaban cerrar pactos que incluyesen a Ciudadanos (2).
Al final, la socialista Patricia Hernández se convirtió en la primera mujer alcaldesa de Tenerife al alcanzar la mayoría de catorce votos gracias a que Ciudadanos finalmente cumplió su palabra y le prestó su apoyo, al igual que lo han hecho Unidas Podemos, aunque desde la formación naranja abrió expediente de expulsión a los dos ediles naranjas que apoyaron a la candidata del PSOE.
La elección de Hernández puso fin a 40 años ininterrumpidos de gobierno de Coalición Canaria al frente del Ayuntamiento tinerfeño. La paralización en la víspera de las negociaciones entre CC y PP para que Asier Antona fuera elegido presidente del Ejecutivo canario provocó que las sesiones constitutivas de los ayuntamientos quedasen al libre albedrío de los pactos.
La debacle de Coalición Canaria se precipitó con la llegada de Clavijo, que cesó al PSOE, socio en el gobierno, y optó por gobernar en solitario con sólo 18 de los 60 diputados
Pero lo peor estaba por venir pues la pieza más codiciada era el Ejecutivo autonómico. El cruel desenlace final, con la ASG de Casimiro Curbelo negociando hasta el último minuto a dos bandas para decantarse por la fórmula progresista de PSOE-Nueva Canarias-Podemos, fue una ducha helada para CC, que incluso había cerrado un pacto de legislatura con ASG pese a lo antagónico de sus programas.
El nuevo pacto, que hará presidente de Canarias al socialista Ángel Víctor Torres, abre un nuevo ciclo político. CC llevaba en el poder regional desde que en 1993 arrebató el poder a Jerónimo Saavedra, pero con el paso de los años ha ido perdiendo sus señas de identidad. Primero fue la escisión del ala progresista -Nueva Canarias- y en las últimas legislaturas han aflorado casos de corrupción hasta la mismísima imputación del presidente del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, por el llamado caso Grúas cuando era alcalde de La Laguna.
La debacle de Coalición Canaria se precipitó con la llegada de Clavijo, que cesó al PSOE, socio en el gobierno, y optó por gobernar en solitario con una escasa dotación de diputados (18 de 60), cosechando de esta manera un desgaste que finalmente le ha supuesto la caída política suya y de su partido, según recordaba Diario de Avisos.
El último consuelo
El único consuelo que le queda a CC es el cabildo de Tenerife, pero por muy poco tiempo. Su candidato, Carlos Alonso, fue nombrado el pasado viernes presidente de este organismo insular pero simplemente porque la normativa obliga a su designación como candidato más votado.
Pedro Martín, del PSOE, obtuvo idéntico número de consejeros aunque unos 700 votos menos que Alonso, y en las últimas semanas ha encabezado negociaciones con otras fuerzas para conformar una alternativa de cambio y presentar una moción de censura tan pronto como pueda.
El secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, tuvo que dar el viernes la cara ante la pérdida de los principales bastiones de poder. "Hasta el último instante creímos que era posible ese acuerdo de 36 diputados en favor del interés general de Canarias, sumando a los 20 diputados logrados por CC-PNC, los obtenidos por PP, Ciudadanos y ASG. Pero finalmente no ha sido posible”, reconoció con gesto apesadumbrado.
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