El ministro de Universidades, Manuel Castells, se encuentra en la cuerda floja. En el Gobierno de Pedro Sánchez crecen las voces que piden su cese. Miembros de Podemos llevan semanas informando a Ada Colau sobre esta situación. La alcaldesa de Barcelona es una de las partidarias del sociólogo y lucha por no perder a la persona de su confianza en el Consejo de Ministros. Aunque también intenta influir en la elección de su posible sustituto.
Sánchez tiene previsto una remodelación del Ejecutivo para después de la aprobación de los presupuestos. La cuestión es de forma y fondo, como adelantó Vozpópuli. En la Moncloa creen que el actual Gobierno, con más de veinte ministros, no es eficaz ni rentable en cuanto a imagen. Desde hace semanas ha empezado una quiniela de nombres que ha llevado a varios ministros a preocuparse por su futuro. Entre ellos destaca el nombre de Castells.
El profesor universitario y sociólogo, uno de los fundadores de los Comunes, es considerado parte de la cuota de Colau en el Gobierno. “El PSOE no lo quiere. Pero Colau le ha dicho a Pablo [Iglesias] que ‘es suyo’, y ahora están pactando poner a otro”, revelan fuentes de Unidas Podemos conocedoras de la operación. Entre los Comunes admiten estar al tanto de estas conversaciones, aunque sostienen que todavía no hay un nombre alternativo sobre la mesa.
Figura "muy desgastada"
El propio Iglesias, según fuentes de Podemos, ha explicado el problema a Colau en persona. Castells obtuvo el visto bueno de Pedro Sánchez para sentarse en el Consejo de Ministros gracias a la buena relación con el socialista madrileño (le asesoró durante la travesía en el desierto en las primarias del PSOE). Pero ahora a niveles altos del Ejecutivo creen que su figura está “muy desgastada”.
Por currículum y edad (el ministro tiene 78 años) aparece en todas las conversaciones como uno de los favoritos para caer en esta remodelación. El ministro de Ciencia, Pedro Duque, está de salida, puesto que en los próximos meses se da por descontado su traslado en la Agencia Espacial Europea. Así que las fuentes consultadas apuntan a una fusión de ministerios, con la sustitución de Castells y la posible unión con Cultura, donde también se han registrado problemas internos, o Educación, dirigida por la socialista Isabel Celaá.
Las declaraciones del pasado lunes han complicado la situación del ministro. Castells tildó al Rey de "imprudente" por "entrometerse" en el acto de los nuevos jueces en Barcelona, sumándose a la crítica del ministro Alberto Garzón, que también ha generado malestar en la Moncloa. “La Casa Real hizo, en mi opinión, un acto imprudente por entrometerse en una situación de este tipo”, afirmó.
El mundo universitario, por su parte, sigue mirando con escepticismo al ministro Castells. Algunos rectores denunciaron la inacción de Castells ante la vuelta a las aulas. La sensación de desamparo y falta de liderazgo y recursos han generado dudas sobre su gestión. La CRUE denunció que el Fondo Covid continúa en el aire y su presidente, José Carlos Gómez Villamandos, se quejó de ello hace una semana.
Pacto Colau-Iglesias para las autonómicas
Colau sin embargo no se resigna. Con las elecciones catalanas que se acercan, la regidora no quiere perder a uno de sus referentes en el Ejecutivo. La relación entre Iglesias y Colau es, además, de circunspección. La alcaldesa anhelaba dar el paso a la política nacional después de las elecciones generales de noviembre, pero Iglesias resistió y pudo confirmar su liderazgo en el congreso de Vistalegre 3.
En Cataluña, por otro lado, existe una corriente crítica con Iglesias que el líder morado quiere frenar. Es por ello que desde antes del verano los emisarios de Iglesias trabajan en secreto (se menciona el nombre de Lucas Ferro) para formar una lista electoral para las autonómicas dominado por los Comunes, y con la lideresa de Podem, Conchi Abellán, fuera de las primeras posiciones.
En ese encaje, Colau e Iglesias hablan también de Castells. El líder morado es consciente de que el futuro del catedrático en el Gobierno se complica. Sabe que la Moncloa quiere dar un tijeretazo al Ejecutivo. Pero intenta “negociar” con la política catalana otro nombre que sea de su agrado. “Colau no quiere que echen a Castells. Es uno de los suyos y está intentando que, si deben nombrar a otro ministro, sea de su cuerda”, reiteran desde Unidas Podemos. La misión no es fácil, pero en Podemos creen que tampoco es imposible.
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