Ramón Ruiz (Suesa, 1952) ha sido la mano derecha de la vicepresidenta del Gobierno cántabro, Eva Díaz Tezanos, en los últimos años en el partido y en el Ejecutivo. En julio, Díaz Tezanos perdió las primarias y el pasado miércoles el consejero de Educación fue cesado, por petición del nuevo secretario general, el 'pedrista' Pablo Zuloaga, que sigue exigiendo a la 'número dos' del Gobierno cambios a su equipo.
En esta entrevista, el ya exconsejero denuncia que la nueva dirección está "acosando" a la vicepresidenta con el objetivo de "quitarle todo el poder institucional, arrinconarla y que no tenga posibilidades" de presentarse a las primarias para las elecciones autonómicas de 2019. Y defiende que Pedro Sánchez "debiera intervenir".
¿Pensó que las primarias pondrían en riesgo su continuidad en el Gobierno?
En ningún momento lo pensamos ni yo ni ninguno de los que formamos parte del Gobierno, porque en la campaña, quien después quedó ganador, Pablo Zuloaga, había señalado varias veces que no tenía nada que ver una cosa con la otra, que al Gobierno lo iba a apoyar y que los consejeros estaban trabajando bien. Y eso lo ha mantenido hasta el final, porque no es un problema de que no hayamos hecho las políticas socialistas, se trata de otra cuestión.
El PSOE de Cantabria pidió su cese después de que usted se negara a hacer cambios en su equipo. La vicepresidenta tampoco quiere hacer cambios. ¿Cree que podría acabar con un cese?
Desde el momento en que el partido propuso mi cese, lo acepté y reconocí que estaba en su derecho. Había un pacto con el PRC que decía que a los consejeros los ponía el partido y, por tanto, una vez que decidieron cesarme, no hice ningún movimiento de resistencia.
Lo que sí defendí, porque creo que era la cultura del partido y así se ha venido recogiendo a lo largo de los años tanto en gobiernos nacionales como autonómicos, es que cuando se nombra un consejero y tiene la confianza, también se le deja hacer el equipo. Yo he aceptado mi cese perfectamente, lo que no aceptaba es que me dejaran a mí de consejero y me cambiaran el equipo.
Zuloaga no se va atrever a pedir el cese de la vicepresidenta, porque ha sido la cabeza de cartel en las últimas elecciones y fue refrendada por 45.000 cántabros"
Y ésta es la situación ahora de la vicepresidenta. Dicen que confían en ella, que tiene toda la confianza del partido, pero le quieren quitar las competencias de Universidades y llevarlas a otro ámbito, y las dos empresas públicas en las que ella es la presidenta ejecutiva. Ella ha dicho claramente que no puede ser, que quiere continuar con su equipo, y lo que quedaría entonces es que Zuloaga decidiera su cese, pero no se va atrever, porque es muy fuerte pedir el cese de una persona que ha sido cabeza de cartel, que está cumpliendo el programa y que fue refrendada por un número de ciudadanos importantes de Cantabria, 45.000, que le dieron su confianza. Por tanto, ahí se encuentran en un dilema. No se atreven a proponer el cese, porque sería muy fuerte.
¿Cree que el objetivo es empezar pidiéndole cambios para después pedir su cese, como ocurrió con usted?
No se van atrever a proponer el cese y lo que están es empujándola con muchas cuestiones: miembros de la Ejecutiva hablando en las emisoras locales, mandándole un escrito al Gobierno de Cantabria pidiendo los ceses de los altos cargos... La están intentando minar políticamente, y minar incluso yo diría psicológicamente, para que ella haga lo que no se atreven a hacer, y que se vaya del Gobierno. Pero hay mucha gente alrededor de ella, muchas personas, porque hay que recordar que el Congreso acabó en un 46/54, o sea que hay medio partido que apoya a la vicepresidenta, y le piden que no tire la toalla y que en todo caso se atrevan a tomar la decisión.
Usted habla de presiones desde dentro del partido, dirigidas por la nueva dirección.
Yo lo llamo presiones. No sé como lo entenderá la gente, pero cuando a una persona, sin hablar con ella explícitamente, el partido lo que hace es mandar a miembros de la Ejecutiva a las emisoras a decir que se van a hacer los cambios sí o sí, que hay que darle tiempo para que lo madure, que parece que no ha aceptado aún el resultado, o se le manda un escrito oficial al propio Gobierno en el registro, lo que se está intentando es minar o, algo más grave, la están acosando para que tire la toalla.
¿Han denunciado estas presiones ante Ferraz?
Doce alcaldes escribieron a Pedro Sánchez diciéndole cuál era la situación y me consta que hay también otras informaciones de diputados a la propia Ejecutiva federal diciéndoles que se están traspasando todos los límites.
Lo que está ocurriendo en Cantabria es una cierta inseguridad y un cierto desbordamiento del nuevo secretario general. Aceptamos que al partido le corresponde marcar las directrices al Gobierno. Tanto es así que el 18 de agosto la vicepresidenta mandó una carta al secretario general diciéndole que iba a empezar el año académico y el año político, pidiéndole que mandara los posicionamientos políticos, y aún no ha contestado. Lo mismo que no ha contestado a una petición de reunión de bastantes alcaldes de Cantabria.
Pero el sector que ganó las primarias les acusó de “encastillarse” y de no escuchar los argumentos de la nueva dirección. ¿Hubo alguna posibilidad, o voluntad, de solucionarlo antes de llegar a los ceses?
Yo creo que se podía haber solucionado, pero no sé si era el objetivo oculto que tenía la nueva dirección. Pero creo que no gestionaron bien la victoria. Lo normal es que hubiera habido una reunión y una coordinación con el nuevo secretario general, al que nadie le ha quitado la legitimidad, con otra legitimidad, que era la de la vicepresidenta, que coordinaba todas las políticas.
En vez de hacer una reunión entre ambos y ver cómo se podían coordinar, que era lo que había pedido la vicepresidenta, la primera manifestación en público del secretario general no fue mandar un mensaje a los ciudadanos de Cantabria, no fue plantear sus políticas, fue plantear ceses de tres compañeros. Creo que se podría haber hecho de otra forma. Yo todavía pido, y no me importa que yo no esté ya en el Gobierno, que hay que arreglar esto por el bien del PSOE de Cantabria y porque los ciudadanos de Cantabria no están mirando y esperan de nosotros una mayor racionalidad de la que se está haciendo ahora.
"Se está haciendo con el visto bueno de Ferraz"
Cuando estalló la crisis, la dirección del PSOE se trasladó a Santander y después trascendió fue un mensaje de apoyo a la nueva dirección. ¿Hubo intentos de mediar? ¿Qué papel ha tenido Ferraz en esta crisis?
Esto se está haciendo con la autorización y con el visto bueno de Ferraz. Yo estuve en esa comida con el secretario de Organización, José Luis Ábalos, y la vicesecretaria general, Adriana Lastra, en Santander y lo que dijeron era una cosa comprensible. Dijeron que la nueva dirección tiene la legitimidad, y estamos de acuerdo, y luego también añadieron que el ganador tiene que tener la suficiente sensibilidad y la suficiente apertura par unir y no dividir y esto es lo que no ha ocurrido.
Usted habla ahora de una estrategia de presiones y de acoso. ¿Cree que el secretario general, Pedro Sánchez, debería intervenir?
No sé lo que piensa el secretario general, pero yo creo que, si puede, debe parar lo que está ocurriendo en Cantabria. Él sabe que Eva Díaz Tezanos estuvo con él hasta el último momento, es una persona que estaba en su Ejecutiva federal, que no dimitió y aguantó aquel día fatídico del 1 de octubre y que, además, es una política de raza, que lo está haciendo bien y una política muy bien valorada en Cantabria, y es desperdiciar un capital político y un capital social muy importante. Si él puede, debiera intervenir.
¿Se han dirigido a él para pedirlo?
Que me conste a mí, no se han dirigido a Pedro Sánchez directamente, después de esa carta de los alcaldes. Creo que la vicepresidenta personalmente no se ha dirigido.
Ha habido movimientos en defensa de usted y de Díaz Tezanos. La carta de los alcaldes, el mensaje explícito de Rubalcaba (después de muchos meses de silencio...), pero han echado en falta un mayor apoyo de otros territorios?
Yo creo que cada territorio tiene su problemática. Ahora mismo hay elecciones para la secretaría general en varios de ellos y creo que habrán pensado que cada uno debe gestionar sus problemas. Lo que sí hemos visto es que después de nosotros, han sido las primarias de Asturias y se está gestionando la victoria de una forma diferente.
En Asturias, el secretario general ha prometido colaboración, pero esta semana se ha censurado la gestión de Javier Fernández en agrupaciones importantes y el voto de castigo puede ir al congreso del sábado.
Lamento que en Asturias no hayan aprendido del descalabro que se está produciendo en Cantabria, de la imagen que estamos dando"
Pues entonces lamento que los vecinos y de al lado y buenos compañeros no hayan aprendido del descalabro que está produciendo en Cantabria, de la pérdida de apoyo ciudadano y de la imagen que estamos dando en un PSOE en el que debiéramos, como siempre, hablar las cosas dentro.
Y lamento que en el 2019 vamos a estar en peor situación que en el 2015, porque es un partido que hace tres meses estaba unido, que tenía buena imagen ciudadana, que habíamos conseguido tener un proyecto autónomo, a veces con fricciones con nuestro socio, y hoy día hemos entregado tanto el Gobierno como el partido al PRC. Es una cosa lamentable.
¿Puede tener el presidente Revilla el as en la manga de adelantar elecciones y pillarles con el pie cambiado?
No sé cuál es la estrategia de Revilla, pero creo que ahora mismo con la situación política en Cantabria, y la mayoría de los partidos divididos, el PP, Ciudadanos, Podemos y ahora también el PSOE, yo creo que Revilla y el PRC no tiene que pensar mucho para verse ganadores en el 2019.
Antes de esas elecciones habrá unas primarias. ¿Es otra clave para entender esta crisis?
Quieren retirar de la carrera política a la vicepresidenta, que ya ha dicho que no descarta presentarse a las primarias para 2019"
Yo creo que sí, que lo que quieren es que retirar de la carrera política a la vicepresidenta, que ya ha dicho que no descarta presentarse a las primarias para 2019 y que está apoyada por más de un 46% del partido y sobre todo por mucho poder institucional, por los alcaldes con mayoría absoluta. Puede ser una estrategia para quitarle todo el poder institucional, arrinconarla y que no tenga posibilidades en 2019.
¿Cree que en esta crisis han pesado de alguna manera las dinámicas de las primarias federales? Díaz Tezanos estuvo con Pedro Sánchez hasta el 1 de octubre, pero el pasado mayo no hubo un respaldo explícito...
Eva estuvo hasta el último momento con Pedro Sánchez y luego mantuvo la postura que había mantenido en las primarias anteriores. La Ejecutiva de Eva Díaz Tezanos estaba dividida, primero entre Sánchez y Madina en 2014, y ahora en tres partes: se podía decir que era un tercio para Susana Díaz, un tercio para Patxi López y un tercio para Sánchez. Ella estuvo en los mítines de los tres en Cantabria y ha mantenido la neutralidad.
Yo no creo que estuviera en clave nacional, porque mi sustituto apoyó a Susana conmigo y el consejero de Economía, que tiene todas las bendiciones de la Ejecutiva, también estuvo con Susana. Yo la apoyé porque creo que su proyecto representaba mejor lo que es la cultura socialdemócrata, pero ahora tenemos un nuevo secretario general al que respetamos y apoyamos.
O sea que usted no cree que haya tenido algo que ver en todo esto que usted fuera el coordinador de la campaña de Susana Díaz en Cantabria.
Sé ha hablado, y también en el entorno de Ferraz, pero me gustaría pensar que lo que ha motivado esto no son venganzas en frío.
¿Cómo ha respondido la militancia cántabra?
El partido está fraccionado y dividido, porque ganó Zuloaga en las primarias y pensábamos que iba gestionarlo con más inteligencia, en el sentido de propiciar una mayor unión. Y ya pudimos ver el día del congreso que no fue así, que se quiso no aprobar la gestión de Eva, cuando se venía aprobando comité regional a comité regional por mayoría absoluta, y no fue nada afortunado el discurso final del secretrio general, hablando de que hay una nueva música y hay que bailarla sí o sí y algunos no quieren.
Desde el primer momento tenía que haber sido más inteligente en la victoria y haber intentado propiciar una mayor unidad. Lo que ha ocurrido en estos meses, con los ceses, es que el partido sigue dividido tal cómo llegó y salió del congreso. El partido está al 50% dividido y la militancia, dolida, porque no entiende que llevemos al partido a este abismo.
¿Ha perdido el PSOE con la adenda ese pacto?
Yo tengo una teoría. El pacto que firmó Eva era un pacto muy bueno para el PSOE (dentro de las filas del PRC se criticó porque el PSOE había salido beneficiado) y no era necesario remover ese acuerdo, pero el secretario general quiso firmar una adenda para tener visibilidad en una firma junto al presidente y esa adenda lo que ha significado es perder autonomía en el presupuesto en 2018 y perder financiación.
¿Cree que el objetivo final de Pablo Zuloaga es ser vicepresidente?
Creo que no es una idea mía, sino de muchos militantes que nos seguimos reuniendo para reflexionar y pensamos que se trata de que necesita tener una visibilidad antes de 2019 y eso se lo daría ser vicepresidente de Cantabria. Y para eso tiene que, o bien forzar tanto para que Eva se vaya, cosa que muchos de la gente que está alrededor dice que se tiene que aguantar, o atreverse a pedir a Revilla un cese de una persona que fue refrendada por los ciudadanos. Ése es su objetivo.
¿Usted le recomienda que aguante?
Yo soy uno más. Hay mucha gente, el 46% del partido que salió del congreso, y ahora yo creo que son más los que están a favor de Eva porque se ha visto que las actuaciones que está llevando a cabo la Ejecutiva no son nada de lo prometido en las primarias que la está animando a que se mantenga en lo que ha dicho.
Ella ha dicho que se va a quedar siempre y cuando tenga sus competencias y su equipo, porque tiene que dar la cara por su gente ante el Parlamento, ante la sociedad y ante la Justicia si fuera necesario. Ése es el límite que ha puesto, lo ha dejado claro y ahora le toca al secretario general decir si va a hacer lo mismo que hizo conmigo, y pedir el cese, o reconocer que Eva tiene razón y dejar que transcurra la legislatura como empezó.
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