España está aislada. Los Ministerios no tienen otra agenda que el coronavirus. No hay reuniones con interlocutores de otros Gobiernos. Empresarios, agentes sociales y dirigentes políticos procedentes de otros países han cancelado sus viajes. Y visitas tan importantes como la del rey Felipe VI a Estados Unidos, prevista para abril, están ahora mismo en el aire.
Las críticas a la gestión de la crisis sanitaria y el impacto económico de las medidas que se están adoptando han hecho saltar por los aires los planes del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Ni Cataluña, ni Presupuestos. El Ejecutivo de coalición se enfrenta a una crisis económica que cambia por completo el guion de la legislatura.
España es el quinto país del mundo en número de casos de coronavirus. Más de 2.100 personas infectadas por el Covid-19 y casi medio centenar de fallecidos. Y lo peor está por llegar, según ha admitido el propio Sánchez.
España, en la lista negra
El Gobierno ha pasado de cero a 100 en apenas unos días. El Ministerio de Sanidad recomendó a finales de febrero llevar "una vida normal, en familia, con amigos y, en general, en el ámbito escolar y laboral". Dos semanas después, el Gobierno habla abiertamente de "emergencia de salud pública" y "días muy difíciles".
El Gobierno prevé que los españoles sean incluidos en las llamadas listas negras. Es decir, que se prohíba la entrada a determinados países para frenar el avance del virus y la potencial pandemia de la que ya alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sánchez enfrenta, por un lado, críticas por el abordaje inicial de la peor crisis sanitaria en España de los últimos tiempos. La oposición cree que el Gobierno debería haber aplicado medidas restrictivas antes, teniendo en cuenta el precedente de Italia. Y la Unión Europea ha tirado de las orejas al Ejecutivo por permitir concentraciones como las del 8-M cuando los expertos advertían de la rápida expansión del virus.
Por otro lado, la coalición PSOE-Podemos tiene ante sí una recesión económica que no esperaba. El frenazo económico destroza las previsiones del Gobierno, que confiaba en sacar unos Presupuestos Generales antes del verano.
Nuevo orden de prioridades
El Consejo de Ministros extraordinario del jueves aprobará un plan de choque económico para inyectar liquidez a los sectores más castigados por la emergencia del coronavirus y prestar ayuda a millones de familias que han visto las escuelas suspendidas en Madrid o Vitoria.
Sánchez e Iglesias se enfrentan al dilema de seguir adelante con los Presupuestos y algunas subidas de impuestos, o aparcarlas. La emergencia sanitaria ha alterado el orden de prioridades de la legislatura. La lucha contra el coronavirus es la única prioridad, por delante de los Presupuestos y la negociación con el separatismo catalán. Pero Sánchez depende para todo del apoyo de los partidos independentistas en el Congreso.
El impacto político de la crisis puede tener un primer reflejo en las elecciones autonómicas del 5 de abril en el País Vasco y Galicia. La cita en Cataluña todavía no tiene fecha. El País Vasco es, junto con Madrid, uno de los territorios más castigados por esta alerta sanitaria. Y es una incógnita si la sociedad castigará a los partidos políticos que han estado al frente de su gestión: PNV y PSOE.
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