"Hay delegaciones del Gobierno que están ya contando votos". El temor a unas elecciones anticipadas en 2021 sobrevuela en las altas esferas de La Moncloa, según ha sabido Vozpópuli. La profundidad de las crisis sanitaria, económica e institucional que sacude España y, sobre todo, las dudas que asolan la negociación presupuestaria hacen temer en algunos círculos del PSOE que el país se encamine a nuevas elecciones generales.
El Consejo de Ministros se reúne este martes tres semanas después de su último encuentro. La coalición PSOE-Podemos vive sus horas más bajas. La mayoría de la investidura se ha difuminado por completo tras los acuerdos del PSOE con Ciudadanos y la inminente convocatoria electoral en Cataluña. Pablo Iglesias afronta meses complicados por el batacazo electoral en el País Vasco y Galicia y la investigación por presunta financiación irregular del partido.
El Gobierno regresa con un país hecho jirones. La segunda oleada del coronavirus se ha adelantado. España registra las peores cifras de Europa y la apertura de los colegios está en el aire por el aumento descontrolado de casos. El cuadro económico empeora las previsiones del Banco de España. Y el Ejecutivo admite que puede necesitar un adelanto del fondo europeo de rescate para hacer frente a los ingentes gastos que ha provocado la crisis de la covid-19.
La mejor noticia, cree la dirección socialista, es la moción de censura de Vox.
Sin Presupuestos, elecciones
Los Presupuestos, que Sánchez ha sido incapaz de sacar adelante desde que llegó a la Moncloa en 2018, son imprescindibles. No solo para ajustar las cuentas a la nueva realidad económica, sino también para cumplir con los compromisos que exija Bruselas. El presidente dijo antes de irse de vacaciones que habrá subidas de impuestos.
"Si no hay presupuestos, la legislatura está muerta", admiten estas fuentes.
Sánchez ha repetido mil veces en público que su Gobierno es para cuatro años. Pero la débil mayoría parlamentaria de la coalición (155 escaños) le hace sudar tinta para cada decreto. Y sus rivales lo saben. Tanto en Moncloa como en el PP, muchos interpretan el relevo de Cayetana Álvarez de Toledo como una señal de que Pablo Casado intuye que podría haber elecciones antes de lo previsto. Y está cambiando algunos perfiles para preparar su estrategia.
El Gobierno necesita construir esa mayoría para los Presupuestos. No se sabe si con Ciudadanos o ERC. Lo seguro es que no será con los dos juntos. Los independentistas catalanes están cada vez más lejos de Sánchez y el adelanto electoral en Cataluña, que se da por supuesto, complica cualquier negociación hasta que el resultado aclare qué mayoría gobernará la Generalitat.
ERC se ha desmarcado del Gobierno en las últimas votaciones parlamentarias y la mesa de diálogo Gobierno-Generalitat no se reunió en julio, tal y como publicó este diario y a pesar de las promesas del propio presidente de hacerlo.
Ciudadanos o ERC
Ciudadanos, por su parte, se ha convertido en aliado parlamentario inesperado de Sánchez. El partido naranja mantiene un diálogo fluido con La Moncloa desde la recta final del estado de alarma. La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha dicho que su partido está dispuesto a negociar con el Gobierno. La duda es si Podemos aceptará este socio. Iglesias dijo que no. Para la formación morada Ciudadanos es incompatible con los Presupuestos.
Una de las opciones que Sánchez maneja para recuperar iniciativa es realizar una crisis de Gobierno. El objetivo es doble. Por un lado, adelgazar un gabinete de 23 ministros ante la debacle económica que se avecina. Por otro, el jefe del Ejecutivo quiere hacer cambios en algunos ministerios. La inquietud en varios de ellos ha sido notaria durante estos meses, y distintos asesores especulan ya con fusiones de competencias y posibles entradas y salidas.
A todo este maremágnum político se suma la declaración de Corinna en la Audiencia Nacional y el futuro del rey Juan Carlos I. A Sánchez le espera también una nueva ola de coronavirus, que ha golpeado el país mucho antes de lo previsto. El crecimiento de casos augura un septiembre complicado para la sanidad pública con la vuelta al curso de 10 millones de estudiantes en dos semanas. La primera tarea del Gobierno esta semana será preparar un protocolo de regreso a las aulas.
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