Argentina, año 2011. Néstor Kirchner prepara su regreso tras el primer mandato de su mujer, Cristina Fernández, como presidenta del país. Su equipo elabora una campaña con un lema: “Vuelve”. El mensaje debe calar en el bloque peronista, el movimiento de izquierda inspirado en el justicialismo. Sin embargo, su muerte repentina empuja a Cristina a presentarse otra vez. Le apoyan, entre otros, Hugo Chávez, y gana las elecciones con el 54% de los votos.
Cumplirá ocho años en la Casa Rosada de Buenos Aires y, tras su salida, en 2017, decide luchar para entrar en el Senado. Y recupera el lema “vuelve”. Esta palabra ha desembarcado ahora en España de la mano de Podemos, que lanzó el miércoles ese mensaje para anunciar el regreso de Pablo Iglesias de su baja de paternidad.
En su cartel, Iglesias aparece de espaldas, delante de miles de personas reunidas en la Puerta del Sol, el lugar simbólico de nacimiento de los “indignados” durante el 15-M. Su mensaje era claro: tenía que ser el "renacimiento" del partido y de sus valores, dicen algunos en el partido de Iglesias. Pero la épica se ha truncado y ha dado paso a la polémica.
El cambio de colores en la sílaba “el”, propuesto durante la semana clave del 8 de marzo, además de una pose mesiánica del propio Iglesias, muy parecida a la de Cristina Kirchner en su campaña de 2017, ha despertado críticas dentro y fuera del partido. Algunos reconocen que ha sido por lo menos “poco conveniente” en el actual curso político. Y ha obligado el partido a rectificar.
Idea de liderazgo equivocada
“Esto no es lo que era en 2015”, comentan con los labios apretados algunos dirigentes del partido. Se refieren al tipo de mensaje que se ha lanzado -y por el que nadie todavía se ha responsabilizado plenamente- y a la idea de liderazgo que emana el cartel.
Confusión y rapidez, supuestamente del equipo de comunicación, han hecho el resto. Este diario adelantó que el líder de Podemos regresaría antes de que finalizara el mes y con la presión de otros medios se lanzó la campaña antes de que fuera afinada.
Algunos dejan entrever en el cartel la mano o la decisión ejecutiva del nuevo jefe de gabinete y fichaje estrella de Podemos para la campaña electoral. Se trata de Pablo Gentili, nacido en Argentina, exasesor de Lula Da Silva y Dilma Rousseff y miembro del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), como adelantó El Independiente. Un refuerzo elegido por el propio Iglesias para dar apoyo al partido en esos meses clave.
El peronismo interno
Sea como fuere, los tintes peronistas del cartel de Iglesias son evidentes. Y es que Podemos tiene muchos lazos ideológicos con la izquierda latinoamericana, y en concreto con el peronismo. El propio Iglesias definió varias veces a Rafa Mayoral, secretario de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales, como representante de la corriente peronista del partido morado.
El secretario general también habló en estos términos de Íñigo Errejón, voraz lector del filósofo argentino y teórico del populismo de nuevo cuño Ernesto Laclau. Pero eso fue antes de calificarlo un populista al estilo del cómico italiano Beppe Grillo, por el que según Iglesias todo vale con el de sumar votos, como se desprende en el libro-entrevista con Enric Juliana, Nudo España (Arpa).
Mayoral viajó a Argentina varias veces. En uno de esos viajes le acompañó la coportavoz Noelia Vera, y el diputado Segundo González, uno de los sherpas del partido que intentó evitar el naufragio de los presupuestos de Pedro Sánchez. En sus viajes estuvieron con militantes afines al movimiento peronista y pudieron ver de primera mano los barrios pobres de la capital argentina y sus problemas de viviendas. La vivienda: otro elemento clave de la política de los “indignados” españoles.
Sobre el cartel, Podemos ha tendido un velo de silencio. Nadie quiere hablar de algo que es mejor olvidar pronto. Ha sido un paso en falso, pero todos aseguran que el gran “revulsivo” de la presencia de Iglesias llegará.
Búsqueda de un "revulsivo"
El evento “público” y “emotivo” previsto para el próximo 23 de marzo en Madrid será el pistoletazo de salida de la campaña electoral. Aunque no se pueden excluir nuevas salidas en redes del propio Iglesias. La plaza elegida para el encuentro es la histórica plaza del museo Reina Sofía, al lado del barrio de Lavapiés, donde nació el movimiento. Todos aseguran que “se llenará” y que “habrá sorpresas”.
Iglesias pide a sus colaboradores que remen en la misma dirección. Ahora hace falta echar agua de la estiba, porque el contexto electoral es complicado e incluso asusta hablar de remontada. “Ha sido un error”, se limitan a comentar en Podemos. La vuelta de Iglesias está asegurada, aunque el triunfalismo será mejor dejarlo al lado.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación