Le estaban esperando. La elaboración de listas en el Partido Popular produjo un malestar muy palpable en algunos sectores del partido, en especial, los desplazados. El barómetro del CIS, que sepulta al PP en un 17 por ciento de intención de voto, a más de sesenta escaños del PSOE, está sirviendo de herramienta para mover el saco de las quejas y, desde algunas instancias, agitar las brasas del descontento.
Las quejas van por barrios y en el PP, las zonas de menos sintonía con la renovación impulsada por Casado se centran en Galicia, País Vasco, Andalucía y algún rincón de Madrid. En Galicia impera Núñez Feijóo, el eterno delfín, que optó por no presentarse a las primarias por miedo a la derrota. Aguarda si momento, dicen en Génova. En dos años, cuando concluya su mandato al frente de la Xunta, quizás piense en Madrid. Es en el ámbito de los populares gallegos donde se escuchan los reproches más intensos contra Casado, quien viaja este domingo a Santiago dentro de su tour electoral por España.
Vox rompe el blindaje de Feijóo
"Nadie se cree el CIS pero algo hay", comenta un dirigente próximo a Feijóo. "Esto empieza a oler mal, la campaña de Casado es errática y lo de las manos manchadas de sangre...". Es en estos círculos donde se agita el fantasma de la UCD y otros cataclismos. "Apuntan contra Pablo para tapar lo suyo", responde un colaborador de Casado. El CIS tampoco deja en buen lugar a Feijóo, ya que el PSOE le dobla la muñeca con una ventaja de dos diputados. Además, también entran Ciudadanos y Vox, con dos y un escaño respectivamente. "Vox no tiene cabida en Galicia", clamaba hace unas semanas Feijóo. Atención que ya asoman la patita.
En el País Vasco, Casado impuso a los tres cabezas de cartel. Contra el criterio de la organización regional, que preside Alfonso Alonso, el número uno de los 'sorayistas', nombró a Bea Fanjul y a Íñigo Arcauz al frente de las listas por Vizcaya y Guipúzcoa. En Vitoria mantuvo a Javier Maroto, 'número tres' de Génova. La renovación no parece funcionar, dicen en este sector disidente del PP vasco. El CIS, por ejemplo, aventura que los populares se quedarán sin representación en esa comunidad.
El rechazo andaluz
Juanma Moreno, también del sector de Soraya Sáenz de Santamaría, ha limado asperezas con Casado tras su ascenso al sillón presidencial andaluz. En el PP andaluz, sin embargo, late un mal disimulado rechazo a los nuevos aires de Génova. Moreno impuso sus listas para las municipales y Casado aguantó la afrenta. No quiere líos en la comunidad más importante bajo gobierno del PP. Le devolvió el agravio en el cartel para las generales. Designó a Teresa Jiménez Becerril al frente de Sevilla y a Juan José Cortés, el padre de la pequeña Mariluz, a la cabeza de Huelva. El CIS apunta un vuelco notable en esta comunidad, con mayoría socialista en todas las provincias.
El fichaje más sonado fue el de Cayetana Álvarez de Toledo, que consigue su escaño por Barcelona. Y nada más porque de acuerdo con el barómetro de Tezanos, el pierde cuatro diputados. Cierto es que en Cataluña el voto del PP suele ser poco confesable y las sorpresas se producen en la noche electoral. Cayetana es una apuesta personal de Casado, en contra de la vieja guardia de los populares de la zona. Alejandro Fernández, presidente regional desde hace unos meses, es un puntal de esta renovación 'casadista'.
Génova ha reaccioado con cierto estoicismo ante la oleada de sondeos en los que se dibuja un horizonte difícil para el PP. Casado, con todo, confía en que, al final, las tres fuerzas de centroderecha puedan gobernar. "Falta mucho y lo de Tezanos no es fiable", señalan. "Una encuesta con el 41 por ciento de indecisos no vale para nada", añaden.
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