La guerra civil ha estallado en el PSOE de Cantabria. Y dirigentes de los dos bandos, del oficialista, que lidera Pablo Zuloaga, y del crítico, con Pedro Casares y Susana Herrán a la cabeza, culpan a la dirección federal de no haber parado antes "la batalla campal" que se ha desatado. Casares y Herrán, diputado nacional y alcaldesa de Castro Urdiales, lograron vencer en las primarias que se celebraron este domingo al secretario general Zuloaga, imponiendo así una lista crítica para representar a Cantabria en el 41 Congreso Federal del mes de noviembre en Sevilla. Zuloaga será el único líder autonómico que no encabezará su delegación, que tendrá a Herrán como jefa, a menos que consiga que le den la razón en la impugnación de los resultados que ha impulsado.
Ferraz, explican afiliados de una y otra corriente, "no ha evitado" que se produjeran unas primarias que no han sido necesarias en la mayoría de territorios. Y todos los dedos señalan a Santos Cerdán, secretario de Organización del partido, el hombre que debería mantener la paz interna. En Santander, tanto los favorables de Zuloaga como los críticos con el secretario general del PSOE cántabro, lamentan que "Cerdán ha dejado que nos matásemos". En el entorno del actual líder del partido, que aparentemente cuenta con el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hablan de una "ruptura total" en la federación autonómica. Unos términos que rechazan sus rivales, que hablan de "un partido más vivo que nunca".
En toda esta crisis interna, que presagia un Congreso Federal movido en todos los sentidos, ya que pese a ser la batalla más sonora no es la única, Sánchez "no se ha querido mojar". Se ha quedado "muy al margen", explican unos y otros. Zuloaga esperaba una defensa más contundente por parte del líder del PSOE, con el objetivo de parar los planes de sus rivales. Pero no la tuvo. La dirección federal únicamente se ha limitado a recordar que él "es el secretario general actual". Casares, en la Ejecutiva Federal y con línea directa con el jefe del Ejecutivo, y Herrán, la mujer que ha prestado su nombre para precipitar la caída de Pablo Zuloaga, esperaban "que Sánchez nos diera su apoyo explícito como ha hecho en otras comunidades para forzar el cambio".
Pablo Zuloaga, en cuestión
Los discretos resultados electorales que ha obtenido Zuloaga desde que es secretario general del PSOE en Cantabria, cargo al que accedió en 2017, han hecho proliferar las críticas hacia su gestión. Aunque en 2019 logró formar parte del equipo de gobierno, convirtiéndose en vicepresidente de Miguel Ángel Revilla (PRC), en los últimos comicios, los celebrados en 2023, Zuloaga perdió todo el poder institucional al lograr el PP de María José Sáenz de Buruaga casi los mismos escaños que regionalistas y socialistas juntos. El apoyo de Vox convirtió a la popular en nueva presidenta autonómica. A partir de ese momento, los movimientos dentro de Cantabria contra su liderazgo fueron en aumento. Hasta este domingo. Cuando una candidatura crítica ha dinamitado la supuesta cohesión interna.
La ganadora de las primarias, en un tono muy distinto al del perdedor, que ha hablado en todo momento de que "el partido se ha roto", asegura que "ahora mismo toca unir, no sobra nadie, todo el mundo suma, pero hay que saber que el resultado es el que es". La alcaldesa de Castro - Urdiales logró la victoria por alrededor de unos cincuenta votos. Herrán parafraseó a su rival cuando, en 2017, se presentó "a un proceso absolutamente legítimo y democrático de primarias" y dijo que "hay que respetar el lenguaje de las urnas, hay que respetar estos procesos con los que contamos en el Partido Socialista, absolutamente democráticos. Y esto, al contrario de sus declaraciones que dice que se rompe el partido, absolutamente es incierto". En esas primarias se hizo con el control del partido.
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