Política

ELECCIONES EUROPEAS

Cuando Vox rompió con Alvise en 2020 y orbitó el PP de Casado: "Hubo discrepancias y lo dejamos de llamar"

Fuentes de la anterior dirección del PP reconocen que el líder de Se Acabó la Fiesta "estuvo varias veces en Génova". En Bambú tasan en "seis u ocho" sus encuentros con Abascal

Estos lodos
El activista ultra Alvise Pérez en una imagen de archivo. EP

Ni en Génova ni en Bambú tienen que acudir a la Wikipedia para buscar quién diablos es Alvise Pérez (Sevilla, 1990), el activista antisistema que este 9-J ha irrumpido con 800.000 votos y tres eurodiputados en el Parlamento Europeo. Una hazaña conseguida sin atención mediática (pues pocos son los periodistas dispuestos a aguantar el gratuito escarnio público de hordas narcotizadas por informaciones resumidas y plagiadas o sin contrastar) y con la cobertura única de sendos canales en Telegram e Instagram que, ahora, cuentan con más de 500.000 y casi un millón de seguidores, respectivamente. Sólo eso ha bastado para que Se Acabó la Fiesta, sin estructura, cosido únicamente por la aversión de sus seguidores a la partitocracia, haya carburado en semanas desde los suburbios de la red.

Una incuestionable capacidad de movilización y de difusión de mensajes a través de las redes sociales por las que Luis Pérez Fernández (su nombre real), exmilitante de Unión Progreso y Democracia, ha trabajado para Ciudadanos –entre 2017 y 2019, como asesor y jefe de gabinete del grupo naranja en las Cortes Valencianas entonces liderado por Toni Cantó– y colaborado con PP y Vox. Partidos que acabaron por prescindir de sus servicios mientras el analista mutaba en una suerte de justiciero digital, muy parecido al encarnado por Homer Simpson en el célebre capítulo. En este caso, capaz Alvise de convertir España en Springfield, la vida personal de José Luis Ábalos y Óscar Puente causó el revuelo de los desmanes del alcalde Quimby.

Fuentes de Bambú, sede nacional de la formación de Santiago Abascal, reconocen en conversación con Vozpópuli la colaboración "puntual" con el eurodiputado electo hasta meses después de la explosión de la pandemia, hacia septiembre de 2020, y sólo interrumpida tras producirse una "falta de entendimiento" en dos acciones que el analista ofreció y Vox compró. "Hubo discrepancias y lo dejamos de llamar", zanjan desde el entorno del líder de Vox. Abascal se habría reunido con Alvise Pérez, auténtico trendsetter del universo Vox durante el despegue del partido, en unas "seis u ocho" ocasiones.

No obstante, lo cierto es que sus entradas han mantenido un seguimiento generalizado entre los militantes, simpatizantes y dirigentes del partido. Algo a lo que, con menos intensidad, tampoco ha sido ajeno el PP. En la dirección nacional de Vox también son conscientes de que el ahora líder de Se Acabó la Fiesta, además, al margen de la oficialidad, "ha mantenido relación personal con algunos cargos durante mucho tiempo". Relación que algunos siguen guardando pese al hosco viraje contra los planteamientos de Vox y su entrada en una espiral especialmente antisistema y radical.

¿Consideran que ha arañado su electorado este 9-J? La candidatura encabezada por Jorge Buxadé ha alcanzado algo más de 1.678.000 votos, el 9'62%, y seis diputados. El jefe de la delegación de Vox en Bruselas, además, reconoció haber mantenido contactos con Alvise Pérez una vez confirmados los resultados. Las fuentes consultadas en Bambú admiten haber estudiado el perfil de los electores del nuevo partido. La aparición de SALF es una especie de Vox para Vox.

"Son perfiles jóvenes que sólo se informan a través de las redes sociales y de muy alto poder adquisitivo, por lo general", aseguran en Bambú, donde subrayan el granero de votos que ha encontrado Alvise en barrios madrileños como Chamberí, Chamartín o Salamanca, en contraste con el cariz popular que ha tomado la papeleta de Vox en este carrusel electoral. Un alto cargo de la formación, y a la espera de tener datos certeros sobre la transferencia de voto, según ha podido saber este periódico, tasa en "no más de 100.000" los votos que SALF habría arañado a Vox.

Las "visitas" a Génova

"La guerra electoral de Vox y Se Acabó la Fiesta a nosotros no nos afecta", dijo este Borja Sémper en rueda de prensa. El portavoz nacional de los populares encasquetó, así, la responsabilidad de combatir a este nuevo adversario electoral en la derecha al partido de Abascal. Algo que pertenece a su "tablero político", estimó, y no a un PP lanzado a por el centro. Fuentes de la dirección nacional del PP descartan, además, su condición como interlocutor válido. Otras voces cercanas a Alberto Núñez Feijóo, no obstante, atisban cierta utilidad en este voto por su nota antisanchista. "Cada avance que conseguimos en el voto del centro cuesta mucho más", consideran.

Sin embargo, el PP y Alvise Pérez son dos viejos conocidos. Fuentes de la anterior dirección nacional, la dirigida por Pablo Casado, reconocen las "visitas" del agitador político a la sede nacional del PP, por lo menos, hasta finales de 2020 o principios de 2021. "Nos reunimos con él varias veces en Génova", confiesa un exdirigente popular sobre encuentros "más bien informales", enfocados en la actividad del partido en las redes sociales y con la presencia, entre otros, de Pablo Cano, quien fuera jefe de gabinete de Teodoro García Egea. Otro exdirigente reconoce que la "buena relación" entre Alvise y el exsecretario general del PP todavía perdura. No es el único que tenía (o tiene) buena sintonía con el líder de Se Acabó la Fiesta. La diputada vasca Beatriz Fanjul compartió en febrero de 2020 un selfie en la red social X (entonces Twitter) con una sola palabra: "Crack".

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