Que "Patxi se ha quedado sin espacio" tras el recuento de avales es probablemente lo único en lo que coinciden sus rivales, susanistas y sanchistas, a una semana de las primarias para elegir secretario general del PSOE, el 21 de mayo. El ex lehendakari fue el primero en postularse, al día siguiente del Comité Federal del 10 de enero donde se aprobaron las fechas del 39 Congreso. Lo hizo tan pronto para disuadir a Pedro Sánchez, pero subestimó las ganas de volver del exsecretario general, quien anunciaría su candidatura tres semanas después, durante un multitudinario acto en Dos Hermanas (Sevilla).
Desde entonces, Sánchez no ha dejado ni un solo minuto de reivindicar para sí la autenticidad en el rechazo a la abstención en la investidura de Mariano Rajoy y el "no es no", predominante entre la militancia socialista. López jugó -y también Susana Díaz, en tanto que esa división la favorecía- a que buena parte del sanchismo terminara con él por miedo al "choque de trenes" con la andaluza.
El sueño acabó al conocerse la enorme diferencia en la recogida de avales entre el ex lehendakari (10.866) y el ex secretario general (53.692), muy cerca éste de los 60.000 de Díaz. Lo ocurrido echó por tierra esa estrategia en la medida en que Sánchez pisa los talones a la andaluza con serias opciones de superarla en voto. Y en ello está desde hace una semana con una 'OPA hostil' a López, quien tiene decidido concurrir a las urnas el día 21 pase lo que pase; solo o en compañía de los barones que han venido apoyándole.
Porque no solo es Pedro Sánchez el que intenta convencer a los 10.866 avalistas del vasco a fin de que vuelvan al redil; personalmente, el ex lehendakari no deja de recibir insinuaciones por parte de algunos barones que le han acompañado -particularmente la presidenta balear, Francina Armengol, y el secretario general de los socialistas murcianos, Rafael González Tovar-, para que evite "el ridículo" de lograr menos votos que avales.
Ambos mandatarios temen quedar en tierra de nadie con un candidato que ya no cuenta con opciones de victoria y tienen que afrontar en una situación de extrema debilidad sus congresos regionales en julio. En idéntica situación se encuentra la secretaria general del PSM, Sara Hernández, aunque la madrileña tiene menor margen de maniobra en una federación que ya no controla.
López no tira la toalla porque cree que sacará más votos que avales, en la medida en que Díaz y Sánchez han "presionado" de forma excesiva a los 188.000 militantes
Ese escenario, el de una desbandada de seguidores de Patxi López en Madrid, Murcia y Baleares, incluso en su tierra, el País Vasco, la única federación donde ganó con claridad en avales (2.800) a Sánchez (1.040) y a Díaz (96), es el que más teme la presidenta de la Junta de Andalucía porque está convencida de que irían a Sánchez, no a ella, en su mayoría.
De momento, el ex lehendakari hace oídos sordos a todas esas presiones de los barones de su entorno y confía en su teoría de que aún puede sacar más votos que avales porque los avales en el PSOE antes los daban los militantes de forma voluntaria, pero "las presiones y las coacciones que se han vivido han hecho que no sean tan voluntarios".
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