El exdirector de Interviú Alberto Pozas, que dimitió como director general de Información Nacional de Moncloa tras verse implicado en el presunto espionaje al líder de Podemos, Pablo Iglesias, y a su partido, vuelve este lunes a la Audiencia Nacional a declarar como imputado tras haber comparecido como testigo.
Tras su dimisión, Pozas acudió a declarar como testigo en esta causa el pasado 8 de abril, condición que el juez Manuel García Castellón cambió ese mismo día a la de investigado por un presunto delito de revelación de secretos.
El juez ha preferido esperar a que pasen las elecciones generales para retomar esta declaración del ex cargo de Moncloa, ya como imputado, según informaron en su día a Efe fuentes jurídicas.
En su comparecencia como testigo, Pozas admitió que fue él, cuando era director de Interviú, quien facilitó al excomisario José Villarejo un pendrive con copia de los datos del teléfono de una asesora de Podemos, que habían recibido en la redacción y que no pensaban publicar, han señalado las fuentes consultadas.
De este modo, el excargo de Moncloa ratificaba la versión que prestó el propio Villarejo al respecto cuando declaró como investigado por esta causa y dijo que fue Pozas quien le entregó ese pendrive, una constatación que derivó en la imputación del periodista por presunta revelación de secretos.
Según declaró el excomisario, los datos habían llegado a la redacción de la revista, pero Pozas consideró que su contenido no era publicable y, por eso, se lo entregó a él.
Con el contenido del pendrive, según la declaración del excomisario, Villarejo elaboró un informe que elevó a sus superiores y en el que señalaba que el contenido del dispositivo carecía de "interés policial", por lo que lo archivó, como hacía con todos sus trabajos.
El presidente del grupo Zeta
Además de Villarejo y Pozas, por este caso también ha declarado el presidente del grupo Zeta, Antonio Asensio, al que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, apuntó en su declaración como perjudicado por estos hechos como la persona que le entregó la tarjeta del móvil sustraído a su asesora, Dina Bousselham, según adelantó El Independiente.
La sustracción del móvil se produjo en los meses previos a las negociaciones para formar Gobierno en 2016 y se investiga si el robo del teléfono está relacionado con un presunto espionaje al partido de Iglesias.
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