La batalla política entre Madrid y Moncloa sigue polarizándose a cada día que pasa. Si el choque entre Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida con Pedro Sánchez ya generaba tensiones sin necesidad de avivar las ascuas, la llegada de Francisco Martín a la delegación del Gobierno subió un punto más la apuesta de Ferraz contra la capital.
Consciente del poder que ostenta el Partido Popular tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Madrid, Pedro Sánchez decidió mover ficha para minimizar el liderazgo de los dos líderes madrileños de la región, Ayuso y Almeida.
En marzo de 2023, y tras la salida de la entonces delegada del Gobierno, Mercedes González, dirección a la Guardia Civil para sustituir a María Gámez, quien presentó su dimisión por la investigación abierta a su esposo, Juan Carlos Martínez, por presunta corrupción, el presidente del Gobierno vio hueco para poner a uno de los suyos.
Una persona leal a Ferraz, es decir, a Pedro Sánchez, que se dedicase a torpedear por tierra, mar y aire las acciones de los Ejecutivos populares en Madrid, ejerciendo de vocero de Moncloa cuando la situación así lo requiriera. Ese era Francisco Martín.
Secretario general de la Presidencia del Gobierno desde julio de 2021, Martín lleva meses atacando a Isabel Díaz Ayuso por activa y por pasiva, ganando puntos para superar el casting dos años después. Francisco Martín no ha eludido en ningún momento el encargo de Moncloa, es más, se le ve hasta cómodo en el constante enfrentamiento dialéctico contra Madrid.
La figura del delegado del Gobierno, sea en la región que sea, había sido, por lo general, la de una persona de perfil oficialista, que trataba de limar asperezas entre bloques políticos. Con Sánchez, los grises no tienen cabida, todo es cuestión de blanco o negro. Y Martín lo ha entendido a la perfección.
No importaba que el asunto del día no ocupase a Madrid, él siempre tenía preparado su discurso escrito desde Ferraz para defender con loas las decisiones del Gobierno. En junio del año pasado, apenas unos meses después de su nombramiento, Martín señaló que Bildu "ha hecho más por los españoles que los patrioteros de pulsera".
Incluso se permitió el lujo, en el 45 aniversario de la Constitución, de seguir la alabanza típica de "¡Viva España!, ¡Viva la Constitución! y ¡Viva el Rey!", al finalizar el discurso de la presidenta Ayuso.
Un delegado del Gobierno que siempre ha achacado a la presidenta Ayuso la falta de encuentros entre ambas Administraciones, pero cuyo perfil de 'X' (antes Twitter) está lleno de constantes ataques a la madrileña con un tono que recuerda a los mejores highlights del ministro Óscar Puente, todo un artesano del insulto.
Un delegado del Gobierno para combatirlos a todos
Si bien el delegado del Gobierno ha capitalizado sus polémicas con Ayuso, pues ha quedado meridiano que es la enemiga política a batir en Ferraz, a la que ha atacado por todos los frentes posibles, especialmente a propósito del caso de su pareja, Alberto González, Martín ha mantenido en este año y medio una relación bastante crítica con el alcalde Almeida.
Los choques con el primer edil madrileño son ya un clásico de la política local. El nivel de ostracismo al PP de Madrid ha llegado hasta al punto de poner en riesgo la celebración del Mad Cool por no sentarse con el Ayuntamiento a finiquitar el plan de movilidad.
Si las autonomías del PP presentaban un recurso en el Supremo por la no convocatoria en dos años de una Conferencia de Presidentes, ahí está Francisco Martín para defender la labor del jefe del Ejecutivo. Fanático del líder socialista, el delegado del Gobierno confirmó que a Madrid "le va mejor con Pedro Sánchez en la Moncloa" en la rueda de prensa del pasado jueves haciendo balance del año.
Francisco Martín fagocita a Juan Lobato y Reyes Maroto
Otro de los pilares del encargo de Sánchez a Martín fue aglutinar el papel de oposición al PP en Madrid. Una labor para la que no confía ni en Juan Lobato, portavoz del PSM en la Asamblea y líder del partido, ni en Reyes Maroto, defenestrada ministra de Industria a la que la oposición en el Ayuntamiento no le está haciendo sacar su mejor versión, quien tiene en su compañera Enma López al verdadero azote contra Almeida.
Un rol en el que también se encuentra cómodo, pues es la viva expresión del discurso sanchista en la capital. Con la silla de Lobato tambaleándose ante el empuje de Ferraz, quién sabe sino solo Javier Ayala, alcalde de Fuenlabrada, puede tener papeletas de conseguir el objetivo de Sánchez en el próximo Congreso del PSM, que es desbancar a Lobato, uno de los barones autonómicos más señalados por la dirección.
Un Lobato al que, por cierto, Francisco Martín le ha dedicado algún que otro recado en los últimos tiempos. Un delegado del Gobierno multidisciplinar.
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