Política

El 'imán de la paz': así operaba uno de los cerebros del Daesh en Alicante

Los agentes de la Comisaría General de Información, que realizaron seguimientos a varios sospechosos, comprobaron que Hesham Shashaa había radicalizado al menos a dos personas.

Hesham Shashaa era el imán de la paz. O por lo menos así se presentaba él, ya que en las entrevistas que concedió a los medios de comunicación españoles se definía como comisionado para el diálogo interreligioso. También se dejaba ver en los minutos de silencio, por ejemplo tras el atentado del semanario Charlie Hebdo o los atentados de noviembre de 2015 en París, en los que los terroristas asesinaron a 130 personas y provocaron 350 heridos. Y en todo momento abogaba por un Islam abierto, llegando incluso a defender en público que el integrismo es una "enfermedad" que había que erradicar.

Hace un par de años el imán se instaló en Teulada, en la Marina Alta alicantina, territorio del que se mostraba enamorado en público. Y por Teulada abandonó la que durante varios años había sido su casa en Múnich (Alemania), ciudad en la que regentó una de sus mezquitas, en concreto la denominada Darul Quran (la casa del Corán),

Con fondos de asociaciones musulmanas de Alemania, Hesham Shashaa, que había protagonizado un reportaje de The New York Times, en el que el diario norteamericano le llegó a considerar como el paradigma de la lucha contra el yihadismo, aseguraba que rescataba a personas en riesgo en las zonas de conflicto, que trasladaba a Europa, donde les convencía para que abandonaran el terrorismo.

Sin embargo, los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía pudieron comprobar, tras realizar los oportunos seguimientos, que todo era un engaño. Y por eso procedieron a su detención el 26 de abril por orden del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que envió al imán a prisión como presunto autor de los delitos de integración en la organización terrorista Daesh, enaltecimiento del terrorismo y adoctrinamiento del ideario salafista yihadista.

Regreso de Siria e Irak

El detenido trató de facilitar el regreso de terroristas de Daesh que habían decidido abandonar Siria e Irak, proveyéndoles de los lugares necesarios de tránsito y refugio, fundamentalmente en España. También les auxilió en las labores de documentación y obtención de recursos económicos.

Los investigadores comprobaron que se había comprometido a traer a una familia desde Siria, donde uno de sus miembros habría fallecido combatiendo en las filas de Daesh. E intentó facilitarle el desplazamiento hasta la frontera turca, y posteriormente tenía intención de gestionarle documentación falsa para llegar a España. Las personas a las que pretendía ayudar tienen órdenes internacionales de detención por su integración en el grupo terrorista Daesh, confirma de forma oficial la Policía.

Además, Hesham Shashaa pretendió obtener, "de manera fraudulenta" cartas de invitación para dos personas con antecedentes policiales por su conexión con la organización terrorista con el objetivo de facilitarles la entrada desde Egipto a España.

El arresto se produjo en Teulada, localidad alicantina en la que Hesham Shashaa, egipcio de 46 años, se proponía crear un centro de entendimiento cultural en España. En este municipio el imán mantenía estrechos lazos con su comunidad islámica (llamada Omar Ibn Alkhatab), según el diario Levante.

"Buen trabajo policial"

Las pesquisas policiales han logrado determinar que el yihadista, con gran prestigio como pacifista, utilizaba el dinero de su asociación islámica que tendría que haber destinado a desradicalizar a yihadistas para todo lo contrario: traer a Europa a radicales y potenciar su adoctrinamiento, según explicaron fuentes judiciales a Vozpópuli que resaltan el "buen trabajo" realizado por los agentes.

Las citadas fuentes judiciales explican que la Policía llegó a pinchar el teléfono del religioso, y gracias a ello los agentes pudieron detectar actividades sospechosas de un imán, que ha tenido 16 hijos con cuatro mujeres, que en todos sus paseos por Alicante vestían el niqab o velo integral.

Hesham Shashaa vivía con sus mujeres, sus hijos y una nieta en una mansión valorada en un millón de euros, y según los investigadores al menos uno de sus 16 hijos llegó a reconocer que su padre "es un yihadista". El diario Levante explica también que las mujeres del imán no tenían permitido tocar el dinero, por lo que ellas siempre acudían acompañadas por su marido o alguno de sus asistentes varones a comprar al supermercado. "Era habitual verlas caminar con la prole de niños por la carretera en dirección al núcleo de Moraira. Al contrario que su marido, que se mostraba abierto y sociable con los vecinos y también con las mujeres occidentales, ellas no se relacionaban con nadie", completa el rotativo valenciano.

Niega ser terrorista

Sin embargo, el religioso niega cualquier vinculación con el terrorismo. Y rechaza la principal acusación, que no es otra que crear una ONG para desradicalizar a musulmanes, cuando en realidad lo que hacía era "lo contrario. Los llevaba más hacia el radicalismo", explican las fuentes consultadas que destacan el trabajo policial: "La Policía ha actuado muy bien, ha hecho un gran trabajo".

¿Y qué hicieron los agentes?. Pues realizaron seguimientos a tres personas que supuestamente iban a ser desradicalizadas por el imán. Uno de ellos no llegó a España, pero los otros dos sí: "Y los agentes hicieron un trabajo exhaustivo sobre sus actividades, tanto en persona como en internet (correo y redes sociales), y detectaron, por los signos externos e internos, que realmente estaban recibiendo doctrina para radicalizarse".

Tras ser detenido, Hesham Shashaa declaró durante dos días ante el juez Velasco, al que trató de convencer de que en realidad es un pacifista. En su testimonio, el imán llegó a decir que en realidad era una víctima, y se mantuvo firme en su posición de que su trabajo era alejar del yihadismo a otras personas.

Pero cuando el juez y el fiscal preguntaron, apoyándose en unas imágenes obtenidas en los lugares de conflicto, el motivo por el que en todo momento aparecía con conocidos yihadistas, Hesham Shashaa no fue capaz de dar una respuesta convincente.

"Nosotros creemos que en las zonas de guerra aparecía rodeado de terroristas porque él es un terrorista"

"Llegó a decir que él iba a los lugares de conflicto, y que ahí necesitaba guardaespaldas, que eran yihadistas", explican fuentes del caso, que se muestran seguros de que la realidad era muy diferente: "Nosotros creemos que era al revés, en las zonas de guerra estaba rodeado de terroristas, porque él es un terrorista".

La declaración del imán no logró convencer al instructor, que decretó prisión incondicional para el religioso por riesgo de fuga, ya que dispone de importantes fondos en el extranjero.

En estos momentos, los agentes de la Comisaría General de Información, que es la que se encarga de la lucha antiterrorista, están analizando más pruebas para completar la investigación del caso.

Fuentes jurídicas explican a Vozpópuli que en los delitos de enaltecimiento del terrorismo, los jueces y fiscales tienen en cuenta que el presunto autor sea un experto en la materia, como por ejemplo sería el imán arrestado, que otra persona cualquiera.

Y por eso la pena que se le podría imponer sería más elevada, ya que Hesham Shashaa tenía estudios coránicos, y sus vínculos con el terrorismo van más allá de Al Qaeda y del Daesh: "Contacta con gente armada y personas que han protagonizado episodios violentos. También es importante que haya utilizado para sus relaciones con terroristas una red de internet cerrada, como la Tor", completan las citadas fuentes de la operación antiyihadista de Teulada.

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