Política

El discurso plurinacional de Sánchez reaviva la tensión con Susana Díaz

Los argumentos del secretario general del PSOE explicando su idea de la "nación de naciones" cada vez convencen menos a los socialistas andaluces. La presidenta de la Junta ya ha avisado de que no va a permitir que su comunidad sea "menos" que Cataluña y Sánchez le pide que no confunda "igualdad" con "uniformidad".

Que el Estado plurinacional que propone el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no es del agrado de los socialistas andaluces es algo que se sabe desde hace mucho, pero la presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha pretendido cuidar sus palabras para no volver a reabrir una guerra que llegó hasta las primarias del 21 de mayo. Sin embargo, la indignación en su federación ha ido creciendo esta semana, a medida que escuchaban las explicaciones del líder del partido sobre su modelo territorial, y la tensión estalló ayer.

"No vamos a renunciar bajo ningún concepto a ningún nivel de autogobierno que pueda otorgársele a algún territorio del Estado". Ésta es la advertencia que lanzó el portavoz de los socialistas en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, después de días de mensajes cruzados entre Madrid y Sevilla. Los socialistas andaluces ponen pie en pared y exigen un "diálogo profundo" en el seno del partido para fijar una posición que todos compartan en un asunto "crucial".

Mientras tanto, en Ferraz sostienen que no se han movido de las resoluciones que aprobó el 39 Congreso el pasado junio y que ya son la norma del partido; unas resoluciones que, según recuerdan cada vez que tienen ocasión, Susana Díaz y los suyos decidieron no votar. El Estado plurinacional, defienden en la dirección federal, forma parte ya del discurso del PSOE y no hay lugar a más discusión. Debate zanjado, como se empeñan en decir sus dirigentes, que, hasta ahora, restan importancia a las reticencias de algunos territorios.

Los congresos regionales que comenzaron en julio sirvieron para sacar a flote las diferencias de interpretación del federalismo y la plurinacionalidad en el PSOE, pero, con Ferraz dando el asunto por cerrado, parecían no pasar de las tradicionales posiciones de cada sensibilidad.

Sin embargo, en los últimos días la tensión está creciendo. El discurso andaluz, en defensa de la igualdad de los territorios, ha pasado a advertencia a Ferraz. Y va más allá del "no me hagas elegir entre dos lealtades", que espetó Susana Díaz a Pedro Sánchez en Sevilla, en lo que se esperaba un reencuentro tranquilo con su rival, y que volvió a repetir a principios de esta semana.

Ese mismo día, el pasado lunes, Sánchez sorprendió a algunos cuando, en respuesta a la pregunta de cuántas naciones tiene el Estado plurinacional que plantea, después de que su candidato al PSOE de Madrid incluyera a su comunidad en esa categoría, contestó con la sentencia de que "todas las naciones son España"

Abundó un poco más en la respuesta un día después, en un desayuno informativo organizado por Europa Press. Ante la misma pregunta, se refirió a “al menos” tres territorios que “han hablado de su vocación de ser nación”: Cataluña, País Vasco y Galicia. El secretario general defendió su propuesta plurinacional, alegando que no es más que "asumir la “normalidad de que España es un país complejo, plural, donde conviven múltiples realidades”.

En los últimos días la tensión está creciendo. El discurso andaluz, en defensa de la igualdad de los territorios, ha pasado a advertencia a Ferraz

Pero su listado encendió las alarmas en Andalucía, donde los socialistas no están "dispuestos a volver al planteamiento de autonomías de primera y autonomías de segunda". Y así lo defendió la presidenta de la Junta, asegurando que tiene "absolutamente claro que Andalucía no es menos ni más que Cataluña, ni que Euskadi ni que Galicia".

La cosa no acabó ahí. Ayer fue el secretario general del PSOE el que replicó a su contrincante en las primarias. En una entrevista en La Ser, Sánchez avisó a Díaz de que "ser diferente no es tener más ni menos que nadie" y acudió al preámbulo del Estatuto de autonomía andaluz para subrayar que "la igualdad no es uniformidad".

A su juicio, defender la diversidad no pone en riesgo la unidad, como tampoco lo hace su propuesta de nación de naciones que, según dijo, ya fue reivindicada por el expresidente andaluz José Antonio Griñán. Este concepto, continuó, busca reconocer que hay una parte de la población que tiene vocación "de mayor autogobierno". Y abordarlo es necesario, dijo, como también lo es hablar del sistema de financiación.

Alarmas disparadas. Y pocas horas después le llegó la respuesta del portavoz andaluz, asegurando que Griñán "en ningún momento" defendió la nación de naciones y avisando de que Andalucía no va a permitir quedarse en un segundo nivel de autogobierno.

Desde el PSOE andaluz se asegura que no quieren abrir guerras, pero avisan de que no van a permanecer "callados" en este debate en el que creen que Ferraz está yendo ya "más allá". Ayer, sostienen, se vio que la nación de la que habla Sánchez no se reduce a un sentimiento identitario o un concepto cultural, sino que conduce a un mayor autogobierno y una "mejor financiación" para determinados territorios, entre los que no pretende incluir a Andalucía.

En el PSOE andaluz se cree que la nación de la que habla Pedro Sánchez conduce a un mayor autogobierno y una "mejor financiación" para determinados territorios

Y por ahí no quieren pasar. "Una cosa son las cuitas del partido y otra cosa es la defensa de los derechos de Andalucía y la autonomía", sostienen desde la federación andaluza. El compromiso de mantenerse al margen de "líos internos" sigue vivo, y sostienen que no han vuelto a entrar en ninguno, pero entienden que aquí se está hablando de otra cosa.

Los socialistas andaluces ven detrás de este discurso una distancia de las posiciones tradicionales del partido y una aproximación a la "asimetría" que no defienden ni van a defender. Y consideran más que un "olvido" que Sánchez excluya a Andalucía de las nacionalidades históricas y de la plena autonomía que "se ganó a pulso" en el proceso que comenzó el 4 de diciembre de 1977 y terminó en el referéndum andaluz del 28 de febrero de 1980.

Por eso, aseguran que no van a soltar esta bandera y se preparan para agitarla este otoño. Si la gran conmemoración que preparan para celebrar los 40 años de la manifestación del 4D ya se entendía como un ejercicio de reivindicación de la autonomía andaluza frente al procès catalán, al margen de la legalidad, ahora tendrá también lecturas internas.

El consejero andaluz de Economía, Antonio Ramírez de Arellano, ya se retrotrajo a 1977 en su cuenta de Twitter mencionando la lista de naciones de Sánchez y añadió que "podría ser necesario otro 4-D y 28-F". "No se hizo el 28F para ahora dejar ahora a otros reescribir la historia", insisten desde el PSOE andaluz, completamente indignados con el discurso del secretario general.

Por eso, en este marco, critican también la negativa de Pedro Sánchez a abrir un debate interno, que ayer le pidió públicamente la federación andaluza, en boca de Mario Jiménez. El líder del partido lo había rechazado horas antes en La Ser, donde argumentó que esperará a que concluyan todos los congresos regionales para citar a los 'barones'.

Sin embargo, desde Andalucía le reprochan que no se siente a hablar con los siete presidentes socialistas del PSOE ante algo tan serio como abrir el debate del modelo territorial, una posibilidad que Sánchez también ha rechazado hasta ahora, con el mismo argumento.

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