La fórmula para elegir presidente de despierta pasiones, disputas y alguna tensión en el seno del PP. La regional madrileña, por ejemplo, afronta este aspecto desde posiciones similares pero con diferencias señaladas. Cristina Cifuentes, presidenta de la gestora, defendió días atrás el sistema de primarias, sin mencionar la palabra ‘maldita’, mediante la aplicación de la norma de ‘un militante, un voto’. La cúpula de Génova reaccionó sin entusiasmo. Ahora es Íñigo Henríquez de Luna, número dos de Esperanza Aguirre en el grupo municipal, quien se suma a la reflexión y la polémica y defiende unas primarias ‘a la francesa’.
Las diferencias entre una y otra opción se basan en detalles técnicos. Cifuentes pretende que en la segunda vuelta de las primarias se elija entre todos los candidatos que hayan superado el diez por ciento de los votos y si han superado el 50 por ciento de los sufragios en más de la mitad de las regiones y supera en 15 puntos al segundo, se proclamaría automáticamente presidente.
Íñigo Henríquez de Luna, una de las voces más señaladas en la reclamación de democracia interna en el PP, defiende que a la segunda ronda sólo pasen los dos más votados y resulte elegido quien consiga un número superior de sufragios. Sin porcentajes ni otros elementos de corrección. Dos variantes para una misma propuesta: Que sean los militantes quienes elijan al presidente, tanto a nivel nacional como regional o local.
Un hueco para los perdedores
El debate vive momentos de intensidad en las semanas previas al Congreso Nacional de febrero. Un esfuerzo inútil, de acuerdo con los dirigentes más veteranos, ya que se da por hecho que las primarias no tienen cabida en el funcionamiento del PP. La ponencia de Estatutos, a la que se han presentado 1.300 enmiendas, propugna un sistema a doble vuelta pero concede la palabra final a los delegados. Será esta vía la que se abra finalmente paso, de acuerdo con los unánimes pronósticos.
Henríquez de Luna también sugiere que los perdedores tengan cabida en la Ejecutiva vencedora, que debería pasar de los 30 miembros actuales a 45, a fin de que puedan incorporarse a la dirección representantes de las opciones derrotadas. “Hay que esforzarse por sumar y no dividir. Las primarias desgastan o debilitan las organizaciones. Hay que intentar evitarlo, incorporando a la dirección a quienes han resultado vencidos”, comenta el concejal madrileño.
Este dirigente del PP madrileño también ha presentado una enmienda sobre la limitación de mandatos, la acumulación de cargos y la separación de funciones entre el Gobierno y el partido. “No se trata de una iniciativa contra la continuidad de Dolores Cospedal, a quien estimo y valoro, sino de evitar situaciones de corrupción que la falta de pesos y contrapesos facilita”, concluye Henríquez de Luna. Este será, así mismo, otro de los puntos para la polémica en el Congreso. El debate sobre la ponencia política abrirá el cónclave de los populares. Las enmiendas se discutirán en el plenario por lo que se adivina una sesión larga y, quizás, intensa.