Política

El divorcio de PP y Vox anticipa un nuevo curso político de negociaciones al límite en la derecha

El PP aspira a agotar la legislatura en las regiones donde gobierna, pero Vox no le pondrá las cosas fáciles y se mantendrá inflexible en cuanto a sus líneas rojas

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y Santiago Abascal, presidente de Vox
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y Santiago Abascal, presidente de Vox / Julián Salvadores.

El divorcio de la derecha española no tiene marcha atrás. La ruptura de PP y Vox en las comunidades autónomas augura un nuevo curso político a cara de perro. Fuentes de Génova apuntan a Vozpópuli que su intención es agotar la legislatura, mientras que desde Vox señalan que se tendrán que sentar a negociar cada iniciativa y presupuesto. "Conocen nuestro programa", subrayan desde Bambú.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, dio libertad a sus barones para tomar las decisiones que considerasen oportunas tras la salida de Vox de los gobiernos, incluyendo la repetición electoral. Sin embargo, todos los Ejecutivos populares abogan por el mismo camino, y aspiran a seguir gobernando y llegar a acuerdos con sus exsocios de Vox.

Uno de los que se muestra más confiado en seguir adelante con la legislatura es el presidente valenciano, Carlos Mazón. "La intención es dialogar y tratar de llegar a acuerdos siempre", afirman desde su entorno.

De la misma forma, desde el equipo de Jorge Azcón, presidente de Aragón, manifiestan su voluntad de gobernar en solitario sin convocar elecciones y negociar presupuestos y propuestas paso a paso con la formación de Santiago Abascal.

Fuentes cercanas a la Presidencia del murciano Fernando López Miras insisten a su vez en que "no se contempla una nueva convocatoria electoral", y añaden que de "cara a los presupuestos, se hablará con todos los grupos parlamentarios como siempre".

Mención aparte merece el polvorín balear, donde las relaciones entre PP y Vox han sido más complejas que en otros territorios. En Baleares, la popular Marga Prohens siempre ha gobernado en solitario, pero para ser investida ha requerido de los votos de los diputados de Vox, para lo cual llegó a un pacto de medidas y una hoja de ruta para su aprobación.

Con la ruptura de los gobiernos autonómicos, el PP balear da por roto también el acuerdo firmado con Vox en el territorio y el futuro del presidente de la Cámara autonómica, el diputado de Vox Gabriel Le Senne, está en entredicho al enfrentarse en septiembre a un pleno donde se decidirá su sustitución.

"Nosotros lo que sí que hemos dejado claro es que una vez rotos los acuerdos, los puntos acordados ya no nos comprometen y por lo tanto solo aplicaremos nuestro programa de gobierno. E iremos negociando iniciativa a iniciativa, hablando con todos los grupos -hay leyes que Vox tiene difícil no apoyar y otras que lo tendrá difícil la izquierda-. Durante este año ya hemos tenido que ir negociando iniciativa a iniciativa, así que eso tampoco es nuevo", señalan fuentes del Gobierno de Prohens.

Respecto a un viraje abrupto en las posiciones de Vox en Baleares explican que el cambio ha sido mínimo: "Aquí no hemos notado mucho cambio. Sí que Vox está fiscalizando ahora mucho más con preguntas parlamentarias y solicitudes de documentación, pero poco más".

Vox se mantendrá firme en sus posiciones

Las negociaciones entre PP y Vox llegarán al límite en muchos casos este nuevo curso político que está por comenzar. Vox no les pondrá las cosas fáciles y se mantendrán inflexibles en cuanto a sus líneas rojas, como apuntan desde Bambú.

"Vox es un partido predecible y coherente que no estafa a sus votantes, y lo seguiremos siendo. Desde que llegamos a las instituciones no hemos seguido más estrategia que la de la coherencia y la del sentido común. El programa político de Vox, al contrario que el del resto de partidos, es muy claro y por tanto no cabe esperar ninguna sorpresa por parte de Vox", aseveran desde el partido de Santiago Abascal.

Vox anuncia que "ahora que no estamos en los gobiernos debido a la ruptura de los pactos por parte del Partido Popular, será este partido el que tendrá que intentar negociar con nosotros cada iniciativa y los presupuestos. Como hemos dicho, somos un partido predecible y conocen perfectamente cuales son nuestras convicciones, nuestro programa y nuestras líneas rojas".

Acusan a Feijóo de hacer "seguidismo de los intereses personales y políticos de su jefa alemana, Úrsula von der Leyen. La misma semana que llamaba a los barones del PP para exigirles apoyar la política inmigratoria de Sánchez, se aprobaba el Reglamento de Restauración de la Naturaleza, que es un golpe mortal al campo y la pesca española. El PP no dijo ni pío".

Pese a que mantendrán posiciones de negociación duras, tampoco descartan llegar a acuerdos con el PP en las comunidades autónomas siempre y cuando no colisionen con sus líneas rojas: "Somos leales y coherentes, y votaremos a favor de todas las iniciativas que sean beneficiosas para los españoles y en contra de todas aquellas que sean perjudiciales o negativa para los españoles. Eso lo que hemos hecho siempre y lo que seguiremos haciendo".

"Está ahora en el Partido Popular decidir si pretende seguir haciendo seguidismo de las políticas de izquierda y buscar en las regiones el pacto con el PSOE que ya tienen en Bruselas, donde votan 9 de cada 10 veces conjuntamente, o en Madrid, donde Feijóo se ha repartido con Sánchez el gobierno de los jueces, o si por el contrario, quieren ser leales con sus propios votantes y llevar a cabo un verdadero cambio de políticas. Para lo segundo pueden contar con nosotros, y para lo primero, ya tienen al PSOE", concluye Vox.

Habrá pulso político para rato entre PP y Vox a la vuelta de vacaciones, cuando las instituciones legislativas autonómicas y nacionales vuelvan a ponerse en marcha. Una etapa en la que quedará aun más escenificada la escisión que vive la derecha española.

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