Política

El discurso de Ayuso en Bucarest cala en un PP Europeo más ideológico: fotos y una puya velada a Von der Leyen

La presidenta madrileña cobró protagonismo en la capital rumana, donde la familia popular europea endureció su mensaje migratorio y Von der Leyen fue reelegida con un blando apoyo

Isabel Díaz Ayuso no se amilanó ante los más de 2.000 delegados y varios jefes de Estado que llenaron miércoles y jueves el centro de negocios y exposiciones Romexpo, en Bucarest (Rumanía), donde el Partido Popular Europeo se conjuró de cara a las elecciones que celebrará la Unión el próximo junio. El miércoles, durante su intervención en una mesa redonda llamada 'Ganando elecciones', la presidenta madrileña habló ante el plenario como si estuviera en IFEMA. Sentada en el centro del escenario, lanzó, como acostumbra, mensajes directos, marcando los tiempos del argumentario del PP sin contar con Génova, pero lo hizo de una manera particularmente punzante, saltando de tema en tema siempre exponiendo la femoral.

¿El resultado de llenar de ayusismo un tedioso congreso sobre política europea? "Muchos políticos europeos se acercaron luego a saludarla y felicitarla por su intervención", se congratula en conversación con Vozpópuli un miembro de su equipo. "Ya era hora de que alguien en el PPE hablase así y defendiese esos temas", asegura la fuente consultada que le llegó a decir algún delegado.

Tal fue la acogida que, para el jueves, Ayuso ya se echaba fotos como si caminara por Ponzano. Y no sólo eran eurodiputados lituanos sentados en el gallinero de Bruselas los que se las pedían. "Hoy [por este jueves] la han buscado varios líderes para saludarla y hacerse fotos", siguen fuentes presenciales. De esto último hay pruebas documentales: la foto con Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, y Mariya Gabriel, actual ministra búlgara de Asuntos Exteriores, que ilustra este artículo y que ellas mismas le habrían pedido.

Ayuso, en la línea de Alberto Núñez Feijóo este jueves, denunció la Ley de Amnistía ante su familia política comunitaria con persistencia. Pero también rechazó el reconocimiento constitucional del aborto como derecho en Francia –"creo que nuestra defensa es la de la vida, y más en una región, la europea, que está envejeciendo"–, inaugurando la postura oficial del PP; reivindicó la familia y las "raíces judeocristianas de Europa" y denunció las mascarillas compradas "utilizando los fondos de todos los europeos" en el 'caso Koldo'.

Y no sólo eso: la presidenta madrileña, prácticamente, vetó cualquier relación, cualquier "compadreo", expresó, con el presidente del Gobierno de España. "Yo pido al Grupo Popular Europeo que no haya compadreo con ninguno de ellos [en relación al Ejecutivo y sus socios], con Pedro Sánchez, porque eso no es convivencia", argumentó. "No se le puede blanquear nunca más", exigió, antes de recordar cómo Sánchez fue "capaz de haber relacionado al presidente del grupo [el alemán Manfred Weber] con los nazis con tal de atacarle".

Un mensaje que parecía tener una destinataria clara: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y candidata del PPE para ostentar de nuevo el cargo. A tenor de las imágenes que han dejado las visitas de Sánchez a Bruselas, Von der Leyen no sólo ha tratado al presidente con la cordialidad que exige el cargo, sino también con afecto. Unos arrumacos institucionales que parecen no gustar a la presidenta madrileña.

"Detener la migración controlada"

La proclamación de Von der Leyen, no obstante, y aun siendo la única candidata en liza, estuvo repleta de recelos. De los 801 delegados presentes en Bucarest, la alemana consiguió 400 votos favorables y 89 votos en contra. El resto, más de 300, fueron abstenciones. La mayoría Von der Leyen que ha sostenido la legislatura (populares, socialistas, liberales e incluso verdes) ha larvado su imagen en según qué sectores del PPE. Es el caso de Los Republicanos franceses, cuyos delegados votaron en contra debido a su "deriva tecnocrática".

Feijóo, por su parte, comprometió los votos de su partido –el segundo con más peso en la alianza, sólo por detrás del CDU alemán– a su candidatura, pero con dos condiciones: que Von der Leyen "continúe con la defensa del Estado de derecho español" –una clara alusión a la Ley de Amnistía– y que "la política de la Comisión sobre agricultura se corrija".

Un último punto que, por su vinculación con las políticas medioambientales, conforma un marcado viraje hacia la derecha, hacia tesis más parecidas a las que actualmente defiende el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés), al que pertenece Vox, en la Eurocámara. La otra materia en la que el PPE ha endurecido su mensaje es en inmigración.

Así consta en el Manifiesto ratificado por la familia popular europea en Bucarest, al que ha tenido acceso Vozpópuli. En el documento, de 25 páginas, los populares europeos defienden que "Ucrania debería convertirse en miembro de la UE y de la OTAN tan pronto como cumpla todos los criterios" o una mayor inversión comunitaria en Defensa y Seguridad, habida cuenta de que "el ritmo de cambio geopolítico es dramático y el mundo se ha convertido en un lugar más peligroso".

Pero son la cuestión migratoria y las políticas de cambio climáticos, decíamos, las dos cuestiones más novedosas. "Buscamos detener la migración incontrolada para que la capacidad de integración de Europa no se vea abrumada. [...]. Los Estados miembros europeos, no los contrabandistas, deben decidir quiénes entran en Europa", acuerda el centroderecha europeo.

"La protección del clima, la biodiversidad y la conservación sostenible del paisaje sólo se pueden lograr con y no en contra de los agricultores", se comprometen en su compromiso con el campo, motivados por el auge de formaciones de derecha radical y extrema derecha con cada vez más apoyo en el grueso de países de la Unión. Son las formaciones que en la Eurocámara se articulan en torno al ECR –que podría ser la tercera fuerza y a quienes, previsiblemente, habrán de acercarse para conformar mayorías– e Identidad y Democracia (ID), cuyos principales partidos son el Frente Nacional de Marine Le Pen, la Liga de Matteo Salvini o el Partido por la Libertad del holandés Geert Wilders. "Populistas, nacionalistas y demagogos" y "amigos de Putin", dijo de ellos Von der Leyen.

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