El pesimismo inicial que se respiró durante toda la tarde en la sede de Vox acabó convertido en verdadera euforia. Aunque los votos del partido de Santiago Abascal se han desplomado a la mitad en el mes transcurrido desde las elecciones generales del 28 de abril, han conseguido el objetivo de ser determinantes no sólo en la Comunidad de Madrid y en la capital de España, sino en el 30% de las capitales de provincia.
"Vox va a hacer valer sus votos. No vamos a admitir cordones sanitarios de ningún tipo, ni insultos, estigmas o etiquetas de aquellos que para gobernar tendrán que pactar con nosotros", avisaba Santiago Abascal con el escrutinio ya muy avanzado. "Algunos deben tener muy claro que quien quiera contar con nuestro apoyo para establecer mayorías alternativas tendrá que ser respetuoso y flexible como Vox se compromete a ser", añadía.
Todo un aviso tanto a PP como a Ciudadanos. El partido que quedó condenado a una posición más que discreta en el Congreso con 24 diputados y casi 2,7 millones de votos (10,26%), se siente ahora con fuerza para reclamar que -a diferencia de Andalucía- los de Albert Rivera tengan que retratarse junto a ellos en una misma mesa de negociación.
En las europeas, la candidatura que lideraba Jorge Buxadé, ha cosechado un resultado muy escaso, con un 6,20% de los apoyos y apenas 1,4 millones de votos, frente a los 2,7 obtenidos el 28-A. A pesar de ello, la formación entrará en el Parlamento Europeo con tres eurodiputados, entre los que se incluye el periodista Hermann Tertsch.
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