Las elecciones del 26-M han abierto una crisis en Ciudadanos Cataluña. El partido naranja pierde terreno a pasos agigantados en su comunidad de nacimiento. Ciudadanos ha perdido un 73% de voto -810.951 papeletas- si se comparan las autonómicas de diciembre del 2017 con las europeas del pasado domingo.
La dirección de Ciudadanos dice que no son magnitudes comparables y que es mezclar churras con merinas. Pero la preocupación cunde entre la militancia y los cargos catalanes, que achacan lo ocurrido a la estrategia nacional de ocupar el espacio del PP y al salto a la política nacional de la mayoría de referentes del partido en Cataluña.
"Hay que sentarse a pensar", admiten fuentes de Ciudadanos. "El partido tiene que decidir si queremos ganar alcaldías en Cataluña o que nos vaya bien en el resto de España".
"Pero el mismo discurso no sirve en ambos casos", añaden.
Auge y caída electoral
La década del proceso separatista ha supuesto la consolidación de Ciudadanos en Cataluña. Desde que el separatismo inició el camino hacia la independencia que culminó en octubre del 2017 con el referéndum y la fallida declaración unilateral, el partido naranja se ha convertido en la referencia del constitucionalismo en Cataluña.
En las autonómicas del 2015, las llamadas plebiscitarias, Ciudadanos pasó de nueve a 25 diputados con 735.000 votos y se convirtió en la primera fuerza de la oposición. El 21-D del 2017, tras la aplicación del 155, Inés Arrimadas logró una victoria histórica en las urnas, que no impidió la mayoría separatista en el Parlament. Arrimadas obtuvo 1,1 millón de votos.
Ciudadanos no ha conseguido acercarse si quiera a esos números en el ciclo electoral de generales, municipales, autonómicas y europeas. El 28-A obtuvo 478.000 votos, menos de la mitad que Arrimadas. El 26-M se quedó en los 277.300.
Es una pírrica subida con respecto al 2015 motivada, por un lado, porque el partido presentaba más candidaturas y, por otro, porque Manuel Valls mejoró ligeramente los resultados de Barcelona. El PSC, por hacer la comparativa, ha pasado de los 531.000 votos en 2015 a 735.000 en 2019.
Caídas donde ya estaban
El problema, advierten en Ciudadanos, es la caída en municipios en los que ya estaban. En Badalona, por ejemplo, han desaparecido del Ayuntamiento tras verse arrasados por el huracán de Xavier García Albiol. En Hospitalet, el PSC se ha llevado la mayoría absoluta. Y Ciudadanos ha perdido concejales en localidades como Gavá, El Masnou y en capitales como Lleida.
"Es difícil hacer una valoración certera", insisten estas fuentes. "Es cierto que la gente vota muy distinto en las municipales, pero al ver que en muchos sitios donde ya estábamos sacamos menos que en 2015 no deja de ser preocupante".
De puertas para fuera, Ciudadanos mantiene que ha crecido el 26-M. Y es un hecho objetivo en valores absolutos. Pero la sensación interna en Cataluña es de derrota, por más que los portavoces alienten el discurso positivo. También recuerdan que en 2015, por ejemplo, multiplicaron por cuatro sus votos de municipales a autonómicas.
"Son elecciones diferentes", dicen desde Cataluña. "La realidad es que hemos crecido respecto a las anteriores municipales y hemos logrado entrar en muchos municipios donde no teníamos representación".
Alma socialdemócrata
El crecimiento de Ciudadanos en Cataluña ha ido acompañado de un complejo proceso de expansión al resto de España. El partido es ya la tercera fuerza política a nivel nacional. Y la convivencia del alma catalana de Ciudadanos con la de otras comunidades ha sido complicada.
La militancia catalana, proveniente en muchos casos del PSC, fue la que se opuso al cambio de ideario que borró la socialdemocracia como influencia ideológica y consagró al liberalismo. Y fueron los intelectuales fundadores de Ciudadanos quienes más criticaron a Albert Rivera por vetar los acuerdos con el PSOE de Pedro Sánchez las pasadas generales.
El debate fue intenso en el seno del partido. No todo el mundo lo compartía, pero el gran resultado de Rivera, que alcanzó los 57 escaños el 28-A, acalló las pocas voces críticas. Lo que peor llevan en Ciudadanos Cataluña y en otros territorios es Vox.
Hay quien advierte riesgo de fractura si Ciudadanos comparte algún gobierno autonómico con la formación de Abascal. Por si acaso, el comité de pactos ha anunciado que se reserva la posibilidad de quedar fuera de los Ejecutivos si la fórmula de acuerdo no les satisface. La negociación se prevé complicada.
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