Política

Sánchez negocia con Merkel y Macron que Borrell sea el Alto Representante de la UE

Si el ministro de Exteriores se echa atrás por edad (72) y agotamiento, el presidente del Gobierno intentará que Nadia Calviño ocupe una vicepresidencia económica  

Pedro Sánchez está jugando fuerte en la negociación europea y, según diversas fuentes comunitarias y socialistas consultadas por Vozpópuli, va a "sondear" las posibilidades de que el ministro de Exteriores y cabeza de lista del PSOE al Parlamento, José Borrell, sea el próximo Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, en sustitución de la italiana Federica Mogherini.

Solo un paso atrás de Borrell, quien ha dejado entrever cansancio y dudas de aceptar un cargo que le obligará a viajar continuamente cinco años -tiene 72-, haría que el presidente del Gobierno se replantee su apuesta ante los otros 28 jefes de Estado y de Gobierno de la UE, especialmente la alemana, Ángela Merkel, y el francés, Emmanuel Macron.

Volvería entonces a tener opciones la ministra de Economía, Nadia Calviño -desde hace cuatro días también presidenta de la Junta de Gobernadores del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo-, pero no como Alta Representante de la Política Exterior, sino como Vicepresidenta de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, en sustitución el francés Pierre Moscovici; o de Competencia, en sustitución de la liberal danesa Marghrete Vestager. El ministro de Agricultura, Luis Planas, también está en la recámara política de Sánchez para esa vicepresidencia, pero con muchas menos posibilidades.

Son esas dos áreas, junto al Alto Representante y la propia Presidencia de la Comisión, que si el PP gana los comicios irá para el alemán Manfred Weber en sustitución del luxemburgués Jean Claude Juncker, el verdadero poder político comunitario.

La verdadera batalla se está produciendo entre Alemania y Francia por el control del BCE cuando Mario Draghi deje su presidencia el 31 de octubre

Porque el poder económico está en la presidencia del todopoderoso Banco Central Europeo (BCE) con sede en Frankfurt, que Macron pelea con Merkel para que vuelva a manos francesas -suena la responsable del FMI Christine Lagarde- cuando el italiano Mario Draghi deje el cargo el 31 de octubre. El problema es que Alemania quiere colocar al presidente del Bundesbank Jens Weidmann, y si no puede porque Weber se haga con la presidencia de la Comisión, a un finlandés: el ex gobernador del banco central, Erkki Liikanen, o su sucesor, Olli Rehn.

"Papel determinante"

Como todo en la UE pasa por esos cinco pivotes, Pedro Sánchez ya advirtió el pasado jueves en la cumbre extraordinaria de los 28 en Sibu (Rumanía), que "sin duda" España debe tener un "papel determinante" en el próximo gobierno europeo.

Considera el jefe del Gobierno que desde que el socialista Javier Solana ocupara la Secretaría General de la OTAN (1995-99) y, acto seguido, (1999-2009) fuera nombrado Alto Representante -el cargo que ahora quiere para Borrell-, España ha ido perdiendo peso comunitario paulatinamente con los gobiernos de Mariano Rajoy. La prueba es lo "desdibujado" que ha quedado Miguel Arias Cañete como Comisario de Energía estos últimos cinco años, explican las fuentes consultadas. 

Y esta es la coyuntura idónea para revertir esa situación, se dicen en La Moncloa, con el aumento de peso específico español por el Brexit, por un lado, y el protagonismo adquirido por Sánchez tras la victoria electoral del 28A -España es el único país de los cinco grandes de la UE gobernado por la socialdemocracia-, por otro.

Oficialmente, ni esos cinco cargos institucionales de la UE ni la propia Presidencia del Consejo Europeo -se especula incluso con que la propia Merkel podría quedársela para dar un impulso a una unificación europea actualmente paralizada por el auge de los populismos-, han empezado a ser negociados; tampoco la Secretaría General de la OTAN que, según un pacto no escrito, siempre ocupa un europeo. Irá en pack a las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno posteriores a las elecciones del 26 de mayo.

Una Europa más 'social'

Pero entre bambalinas los contactos entre los sherpas -diplomáticos de cada país en la UE- están "avanzando", aseguran a Vozpópuli las fuentes consultadas. Y solo un vuelco electoral el 26M -que el PP europeo pierda la mayoría que tiene con los conservadores desde hace décadas-, podría variar esos equilibrios de poder. Pero los sondeos no parecen indicar eso.

El grupo emergente en estos comicios parece que van a ser los liberales de ALDE, que tienen en el ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt, su candidato a presidir la Comisión Europea.

Fuentes de los eurodiputados socialistas españoles señalan que, aunque hoy no sea verosímil, si los socialdemócratas y los liberales aliados con Verdes y otros grupos europeos suman tras las elecciones escaños suficiente para que el candidato del PSE, el holandés Frans Timmermans se haga con la Presidencia de la Comisión, y el popular Weber no lo consigue, la política europea daría un vuelco hacia tesis más sociales. Y en ese caso, Verhofstadt, o Timmermans, podría presidir el Parlamento Europeo 

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