La extrema derecha francesa revalidó este domingo en las elecciones europeas el triunfo que había conseguido hace cinco años y asestó la primera derrota al presidente, Emmanuel Macron, desde que se lanzó en 2016 a la arena política.
Con una participación récord en este tipo de comicios en Francia, 52 %, diez puntos más que en las pasadas europeas, la Agrupación Nacional que preside Marine Le Pen obtuvo entorno a un cuarto de los votos, con casi el 80 % del voto escrutado. Eso le permitiría llevar a la Eurocámara 22 diputados, dos menos de los que tiene en la actualidad.
El partido de Macron obtuvo 4 puntos menos, lo que le dará al presidente francés 21 eurodiputados.
La gran sorpresa de la noche electoral la firmaron los ecologistas, que se erigieron como tercera fuera electoral con más del 12 % de los sufragios y 12 diputados.
Los resultados confirmaron también el descalabro de los conservadores de Los Republicanos, que con poco más del 8 % de los sufragios obtendrán 7 diputados, frente a los 20 actuales.
Francia insumisa, quinta
Los izquierdistas de La Francia Insumisa, que aspiraban a la tercera posición, se quedaron en la quinta, con poco más del 6 % de los votos que les permitirán tener seis eurodiputados, los mismos que los socialistas, que tenían 13.
La líder ultraderechista Marine Le Pen reivindicó la victoria y pidió al presidente la disolución de las cámaras para que representen el verdadero reparto de fuerzas que se desprenden de estos comicios. Para ello exigió, además, una reforma electoral que refleje más proporcionalmente los resultados, frente al actual que prima a los partidos mayoritarios.
Actualmente su partido cuenta con ocho de los 350 diputados en la Asamblea Nacional, pese a que en la primera vuelta de las presidenciales rozó el 20 % de los votos.
Le Pen aseguró que Macron hizo de estas elecciones un refrendo de su política y que su derrota supone una desautorización del pueblo. Además, consideró que hay un avance de los partidos nacionalistas en todo el continente que supone el inicio de un giro en la construcción europea.
No hicieron la misma lectura desde el partido de Macron, que aunque reconocieron la derrota aseguraron que se trata de la consolidación de una formación que apenas lleva dos años en el paisaje político francés.
El partido de Macron lamenta los resultados
El primer ministro, Édouard Philippe, fue el encargado de dar la cara, lamentó la consolidación de la extrema derecha en el país pero descartó todo giro político y aseguró que acelerarán en las reformas emprendidas para que los ciudadanos puedan sentir sus resultados.
Desde el partido se recordó que las europeas suelen ser un castigo al partido en el Gobierno, que solo en tres ocasiones ha ganado esos comicios.
Los ecologistas se mostraron exultantes por su resultado, conseguido en buena medida gracias al apoyo de los más jóvenes, y su líder, Yannick Jadot, aseguró que los temas medioambientales tienen que marcar la agenda en Francia y en Europa.
El cabeza de cartel se apoyó también en el avance de socios de Alemania y otros países para augurar "una oleada verde" en la Eurocámara.
La sorpresa ecologista
Los conservadores Los Republicanos, segundo partido en las cámaras y que aspiraban a ser terceros, se tuvieron que conformar con la cuarta, superados por los ecologistas, un revés a su nuevo líder, Laurent Wauquiez, que ha derechizado el discurso del partido.
Esa estrategia, que le hizo perder el apoyo de algunos líderes históricos, como los primeros ministros Alain Juppé y Jean-Pierre Raffarin, ambos convertidos al macronismo, le ha dado uno de los peores resultados de su historia, muy lejos del 20 % de su candidato a las presidenciales de 2017 François Fillon.
No funcionó la apuesta por un cabeza de cartel joven, el filósofo François-Xavier Bellamy, con un discurso muy tradicionalista.
Tampoco dio resultado a la izquierdista La Francia Insumisa, situar a un rostro desconocido al frente, la militante Manon Aubry, que no ha capitalizado el 19 % de los votos que su líder, Jean-Luc Mélenchon, obtuvo en las pasadas presidenciales.
Los socialistas, cuyo cartel estaba encabezado por el neófito ensayista Raphael Glucksman, pierden la mitad de su grupo en Bruselas y registran su peor resultado desde 1979.
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