La 'limpia' del marianismo llevada a cabo por Pablo Casado en las listas electorales ha producido algún movimiento tectónico en la interna del partido. La vieja guardia censuraba la desaparición de veteranas figuras con experiencia y trayectoria. Sólo tres ministros han quedado en pie. Isabel García Tejerina, José Manuel García Margallo y Juan Ignacio Zoido. "Han llenado la lista con pipiolos de la generación de Pablo", se escucha estos días en los mentideros populares con relación a los cabeza de cartel para el Congreso.
Casado niega la mayor. Asegura que todo todos los que lo han querido han encontrado cobijo en las listas. No ha habido 'purgas' ni persecuciones. En verdad, el líder del PP ha tenido algún miramiento con la gente de Dolores Cospedal, como la propia Dolors Montserrat, al frente de la candidatura europea. Pero el 'sorayismo', ni uno. Salvo los que ya estaban nombrados antes del relevo de Génova. Como Juanma Moreno, ahora presidente de Andalucía.
La lista europea también ha producido reproches. Carlos Iturgáiz, por ejemplo, no se ha mordido la lengua. Beligerante en defensa de las víctimas y veterano en las filas del PP de Mayor Oreja y María San Gil,ha sido desplazado al puesto 17, sin opción práctica a escaño en Bruselas. "Sorpresa, tristeza y desilusión", ha comentado al conocer la noticia. "A los del PP vasco nos invitan a irnos".
La 'prevalencia' policial
Hay más quejas en la zona. Iñaki Oyarzábal, por ejemplo, jefe de las filas populares en Álava, salió al paso de la propuesta de Casado sobre la 'prevalencia' de Guardia Civil y Policía Nacional sobre las diferentes cuerpos de seguridad autonómicos. Es decir, sobre Mossos y Ertzaintza. "Eso no está en nuestro programa", subrayó.
Los populares vascos temen un retroceso severo este 28-A. Su cúpula actual, dirigida por Alfonso Alonso, no está en sintonía con la nueva dirección nacional. Se alinearon con Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias. Casado optó por deoir sus consejos y designó a gente de su confianza para las generales. Beatriz Fanjul por Vizcaya, e Íñigo Arcáuz por Guipuzcoa, más Javier Maroto, por Álava. Los dos primeros enlazan con el sector del PP más beligerante. Ahora se ha sumado, simbólicamente, Daniel Portero, hijo de una víctima de ETA y perseguidor de los terroristas en el terreno judicial, que aparece como el último de la lista por Vizcaya.
El retorno del aznarismo
También se escuchan ruidos de tormenta en el rincón gallego. Alberto Núñez Feijóo procura no hacer demasiado ruido, aunque su entorno no para. "Cuando lleguemos al Gobierno, Alberto será lo que quiera ser", apuntó Casado en reciente visita a Vigo. "Me debo a los gallegos", le respondió Feijóo al día siguiente. Cada uno en su sitio por lo que pueda pasar.
En Galicia manda el presidente. Y en el PP gallego, también. No se mueve una hoja sin que lo disponga Feijóo. Suben de tono, dentro del nivel de la moderación, las censuras a Casado. Otra vez, a vueltas con la 'derechización'. Con el arrollador retorno del aznarismo. Crece la desconfianza en un resultado honorable. Y tiemblan, también, por el ascenso de Vox en su zona, supuestamente 'tabú' para la 'extrema derecha'.
El equipo de Campaña responde desde Madrid con firmeza. No entra en disputas pero avisa a navegantes. "Crecemos en las encuestas desde que se hicieron los cambios", apuntan. O sea, que las 'purgas' cotizan al alza en los sondeos. También el empeño en el voto útil, aunque sobre este punto hay opiniones encontradas incluso en el propio equipo de Casado. Unos piensan que no hay que insistir tanto en ese punto y otros apoyan a tope el recordar que la Moncloa depende de veinte escaños en juego en las provincias pequeñas.
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